Un barrio que espera a una escuela

En diciembre pasado, el Ministerio de Educación de la Nación y la Universidad de Buenos Aires firmaron un convenio para crear una escuela secundaria cerca de la Estación Buenos Aires, en Barracas. Con la asunción del nuevo gobierno el proyecto está frenado. El colegio será imprescindible cuando concluyan las 3.600 viviendas del Pro.CRe.Ar que se levantan en el mismo terreno. Por Luciana Rosende 

Un barrio que espera a una escuela

 El 18 de diciembre del año pasado, ocho días después de la asunción de Mauricio Macri, el decanato de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires emitió un comunicado con buenas noticias. Informaba que el 4 de diciembre –seis días antes del cambio de Gobierno- se había firmado un convenio entre el Ministerio de Educación de la Nación y la UBA para la construcción de una escuela secundaria orientada en Humanidades y Artes en un predio de Barracas cedido por Pro.Cre.Ar. El comunicado anunciaba que en enero comenzaría la obra del edificio anexo, y en febrero se iniciaría el trabajo en relación al plan de estudios y con los actores sociales de la zona. Pero al cierre de esta edición, con marzo ya en curso, el proyecto parecía estancado.

“Las autoridades de la Facultad trabajamos intensamente para dar forma al convenio desde el 21 de octubre de 2015, fecha en que recibimos el acuerdo de cesión de los terrenos donde se ubica el Centro de Innovación y Desarrollo para la Acción Comunitaria (CIDAC), en el predio de la vieja estación Buenos Aires. Tanto la localización en la zona sur de la Ciudad como el sentido político de las actividades de extensión en el CIDAC fueron factores decisivos para ingresar en el Programa del Ministerio de Educación del gobierno saliente. Por su parte, las autoridades de la UBA apoyaron la iniciativa”, destacaba el comunicado de la Facultad publicado en diciembre. Tres meses después, desde esa casa de estudios manifestaban con preocupación a Sur Capitalino que el proyecto no registraba avances. “Frente al cambio de autoridades, se complicaron todos los vínculos con las universidades. La idea era arrancar en julio con las clases, eso es lo que se firmó, para arrancar en el segundo cuatrimestre. Pero está todo parado”, advirtieron. Desde el Rectorado y la Secretaría de Educación Media de la UBA, pese a las reiteradas consultas de este medio, no informaron en qué situación se encuentra la escuela.

“Está frenado desde que cambió el Gobierno. Esperemos que el Gobierno se sensibilice con esto y lo saque para adelante. Hay un montón de valores por los cuales cualquier gobernante debería pensar en abrir esta escuela. Está todo listo”, resaltó Daniel Markarian, vicedirector de la Escuela Normal Superior 5 de Barracas, que no puede cubrir toda la demanda de vacantes que hay en la zona. “La necesidad de más escuelas, más vacantes, es una necesidad en el barrio. Al margen de las propuestas no escolares que hay –talleres, capacitaciones en el campo no formal-, la problemática de que haya más escuelas y más espacio en las escuelas es clave. Y viene un crecimiento demográfico porque vienen 3.600 viviendas al barrio. Esos chicos hoy no tendrían lugar”, advirtió el docente.
 
Maximiliano Malfatti, profesor en la Escuela Media 6 y uno de los coordinadores del programa “Decir es poder”, advirtió que esa secundaria ya está al límite de su capacidad. “Sabemos por los censos que hicimos con ‘Decir es poder’ en el barrio de Tierra Amarilla –un sector de la villa- que hay un montón de jóvenes que están en la secundaria pero están viajando porque la oferta en el barrio es muy pobre”, dijo el educador, al frente del programa por el cual adolescentes y jóvenes que se recibieron o estudian en la escuela 6 se convierten en alfabetizadores de los adultos del barrio. “No podemos dar oferta a todos, estamos al límite del funcionamiento, tenemos 500 estudiantes. No podemos ni queremos ir en detrimento de la calidad educativa superpoblando. Desde que se creó la escuela en 2009 venimos denunciando que la falta de secundarias era una de las problemáticas del barrio”, planteó Malfatti. La secundaria dependiente de Filosofía y Letras estaría destinada a “una población aproximada de 450 estudiantes”, según la memoria del proyecto.
 
Mario Gómez, delegado de la Villa 21-24, coincidió sobre la necesidad de más vacantes secundarias en el barrio y sobre la importancia que tendría la escuela de la UBA en la zona. “Tenemos un problema enorme con relación a la salida laboral. Esta secundaria que vendría a ser una extensión de la UBA es algo paradigmático para el barrio. Muchos de los pibes que terminan el secundario terminan siendo cooptados por las fuerzas de seguridad, les terminan enseñando a reprimir a su propia población. No es lo mismo una secundaria donde se trabaje mucho el tema de humanidades, trabajar en cuestiones sociales, con carreras universitarias con otra mirada, generando genuinas profesiones para puestos de trabajo”, comparó Gómez. El informe de descripción del proyecto, al que accedió Sur Capitalino, avanza en ese sentido: “Las orientaciones elegidas para esta escuela son Ciencias Sociales y Humanidades, Turismo y Artes cada una de ellas articulada con un trayecto de formación profesional vinculado a la orientación”.
 
Para la concreción de esta iniciativa, el convenio firmado entre el Ministerio y la UBA contempla que corresponde a la cartera de Educación “asignar y transferir a la Universidad los fondos para cubrir los salarios de personal docente y de gastos no salariales, necesarios para la implementación de la Escuela”. El monto convenido es de 18.711.371 pesos. La falta de avances en estos meses sembró una preocupación entre los actores involucrados, que se incrementó el 11 de febrero cuando el Gobierno nacional oficializó a través del Boletín Oficial –decreto 336/2016- la finalización de convenios con universidades.