Resistencia urbana y gastronómica

 El viernes 31 de marzo la ONG Proyecto Pulpería con el acompañamiento de Sur Capitalino y el teatro “Querida Elena” dieron el puntapié a una cruzada para recuperar el bodegón más antiguo de La Boca, “La Buena Medida”, fundado en 1905 y pieza fundamental de la historia barrial. Por Leandro Vesco.

Resistencia urbana y gastronómica

Personajes de la cultura, el arte, el deporte y la gastronomía se dieron cita en la esquina de Caboto y Suárez para recrear la ceremonia del vermut, y recuperar los sabores característicos de nuestra cocina barrial. “El Tony” Schiavone, dueño del bodegón, con una sonrisa franca, tuvo un deja vu al ver todas las mesas ocupadas por vecinos y admiradores de estos espacios que habían cruzado toda la ciudad un viernes al mediodía para sentarse en una de las mesas: “Así estaba siempre, lleno de amigos y vecinos que venían a comer”.

 
Pietro Sorba, reconocido periodista, escritor y explorador de los sabores de la provincia y del país, estuvo presente en el almuerzo barrial. Llamó a este mediodía, un acto de “resistencia urbana y gastronómica”. La Buena Medida, aseguró, “es un bodegón donde aún se pueden reconocer los sabores francos y simples que han creado la gastronomía porteña”. Con la presencia de todos los vecinos se logró llenar el salón, creando un ambiente de alegría y camaradería como hacía años no se producía en el bodegón.
 
Desde la cocina salían sin cesar las albóndigas con puré, los sorrentinos y ravioles fundacionales que bajaban a las mesas donde se hermanaron el Cinzano y el legendario “Vasco Viejo”, junto a heraldos sifones de soda que silbaron en vasos cargados y felices.
 
Estuvo presente la magia de la charla entre amigos, demostrando que estos espacios gozan de buena salud. “Ahora debemos asegurarle continuidad, y para eso tenemos que promover el boca en boca y la asistencia”, comentó Soledad Bastida, miembro de la ONG Proyecto Pulpería, que se dedica a rescatar y revalorizar lugares así en la provincia de Buenos Aires, pero que toman a nuestros bodegones como “pulperías urbanas”.
 
Entre los invitados, estuvo Carly Randazzo, gloria del deporte y vecino querido del barrio quien se acercó con su amigo Guillermo Coppola, que tiene con “La Buena Medida” una relación entrañable ya que su padre solía parar en el bodegón.
 
El almuerzo en “La Buena Medida” comprobó que es cierto y posible la recuperación de la ceremonia del vertmut, de la charla y del disfrute de una mesa tranquila. Los que asistieron al evento dieron un mensaje: estos lugares deben permanecer abiertos porque aquí los vecinos y las familias se unen alrededor de una mesa donde se ofrecen platos con sabores que van desapareciendo y sólo se recrean aquí. Estas pulperías urbanas son centros culturales mistongos.