El otro yo de Macri

 El libro sobre el empresario Nicolás Caputo relata en espejo la vida de su íntimo amigo, el Presidente. Una relación simbiótica, donde se mezclan política, negocios y amistades. “Se protegen entre sí”, sintetizan los periodistas Noelia Barral Grigera y Esteban Rafele. Por Pablo Waisberg

El otro yo de Macri

 “Yo no sé para qué quieren escribir este libro. Es un libro muy aburrido. No lo va a comprar nadie”, repitió una y otra vez Iván Pavlovsky, el vocero histórico de Mauricio Macri, durante media hora. Eso fue lo que duró la reunión con los dos periodistas que habían puesto la lupa sobre Nicolás Caputo. Los había llamado porque se había enterado de que estaban tras la pista de Nicky, el amigo más amigo del entonces flamante presidente. Y aunque Nicky no fuera funcionario, Iván intentó jugar una carta –aunque fuera para hacer el gesto- para frenar ese libro que empezaba a cocinarse y organizó ese encuentro en la Casa Rosada.

 
Lo que estaba en juego era la posibilidad de que un texto que explicara a Macri a través de la relación “simbiótica” y de “protección mutua” que mantiene con Caputo estuviera en la calle. Y hablar de Nicky no es hablar solamente de esa elite económica y social que llegó a la Casa Rosada con el voto popular, es hablar también de cómo Caputo SA –la empresa familiar de Nicky- dejó de licitar obras públicas cuando Macri llegó al Gobierno porteño para que su lugar fuera ocupado por SES SA, una compañía que comparte el mismo presidente con Caputo SA y que es dueña del 50 por ciento de sus acciones.
 
Pero Esteban Rafele y Noelia Barral Grigera pusieron cara de pocker y esperaron a que terminara la reunión. Salieron de allí pensando en que valía la pena mirar con detenimiento al empresario que había sido el mayor aportante del Fondo Común de Inversión de Boca Juniors y que –en forma directa o indirecta- recicló la Usina del Arte, reparó el Hospital Borda y había estado detrás de una empresa que vio crecer 379 por ciento sus ganancias entre 2011 y 2015 de la mano de la obra pública.
 
¿Por qué decidieron hacer un libro sobre Caputo?
Rafele: Caputo es central para entender el ascenso político de Macri. Lo acompañó en toda su carrera: la escuela, la universidad, crearon juntos Mirgor –empresa de aire acondicionados para autos-, Caputo llevó la plata para pagar el rescate del secuestro de Macri y fue el principal aportante del fondo de inversión con el que Macri salió a comprar jugadores para Boca. Varios de los entrevistados lo definieron como “el otro yo de Macri” y de allí salió el título del libro.
 
¿Qué les llamó la atención de Caputo cuando se acercaron a su círculo de amistades, político y económico?
Barral Grigera: Nos sorprendió lo cerrado de ese círculo, lo difícil de entrarle. Estuvimos varios meses hasta poder entrar a su círculo íntimo. Se protegen entre sí. Y cuando lo conocimos nos sorprendió su amabilidad y buen trato. La contracara de Macri.
 
Ustedes dan cuenta de una lealtad muy fuerte hacia Caputo ¿A qué se debe?
BG: La lealtad está en línea con las buenas relaciones interpersonales y el poder que tiene. Es la única persona que puede decirle a Macri lo que quiere.
R: Mucha gente del Pro le debe cosas a Caputo.  Se ganó el lugar de componedor pero al lado de Macri y pelearse con Caputo es pelearse con Macri.
 
American idol. Las deudas con Caputo no son pocas. Fue el encargado de armar el primer gabinete porteño de Macri. Entre junio y diciembre de 2007 se entrevistó personalmente con los candidatos. Esa particular forma de organizar un gobierno les valió el mote de “American idol”, en referencia a un concurso televisivo para demostrar talentos que se emitía en Estados Unidos.
De ese casting surgió también la conducción de la Auditoría General de la Ciudad que debía ejercer el control del sector público porteño, donde Caputo tenía fuertes intereses. Una de las preguntas recurrentes en esos encuentros era “si en tu trabajo como auditor encontrás información o una documentación que compromete al gobierno, a tu gobierno ¿qué hacés?”. Caputo buscaba leales, fieles. Intentaba replicar la misma lealtad que construyeron los alumnos del colegio Cardenal Newman, al que fue con Macri, frente a la disciplina forjada en castigos físicos que aplicaban los curas irlandeses.
 
Uds muestran que Caputo ganó licitaciones con Ibarra y Telerman y, también, con Macri en la Ciudad ¿Qué significa eso?
BG: Más allá de la relación con Macri, él es parte de este grupo de empresarios que hacen negocio con la obra pública.
R: Cuando asumió Macri sólo tenía la remodelación de la Usina, la terminó y no se presentó más. Pero después se presentó SES, que empezó a ganar más contratos y expandió su negocio. Al mantenimiento de hospitales sumó mantenimiento en escuelas y espacios verdes, y pequeñas obras como pasos a nivel.  Uno podría pensar que el know how pasó de Caputo SA a SES.
 
¿Por qué el macrismo insiste en despegar la relación político-económica entre Caputo y las administraciones de Macri?
BG: Es lo que dice Duran Barba de que tienen que parecer honestos y hago hincapié en parecer. Por eso, Macri llega a mentir públicamente y dice que Caputo no tiene obras en la ciudad y sí las tiene a través de SES.
R: Es elemental despegarlo pero todo proyecto político tiene un proyecto económico detrás y para ello basta el ejemplo de Diego Santilli, que definió a Caputo como “un amigo” y como ministro de Ambiente porteño vio a SES ganar las licitaciones para mantener parques y las estaciones de Metrobus.