Lo que mata de McDonald’s es la velocidad

El viernes 21 de julio los empleados de Mc donald´s hicieron una marcha por Jorge Hernán Lucracio, un repartidor del delivery, que murió aplastado por un colectivo el 9 de julio, producto de las condiciones de trabajo imperantes.
Lo que mata de McDonald’s es la velocidad

McDonald´s ya tiene su empleado del mes: Jorge Hernán Lucracio era un repartidor del delivery, un servicio que Arcos Dorados S.A. terceriza a través de la empresa CorreoGrupal.com. El domingo 9 de julio a las 15, mientras se apresuraba a entregar un pedido, un colectivo que pasó en rojo lo atropelló. Falleció a las pocas horas.

Sus compañeros afirman que su muerte es también producto de las condiciones de trabajo, por eso el viernes 21 hicieron una marcha y planean otra, cuya fecha se decidirá en una asamblea.

“Exigimos justicia para los familiares de nuestro compañero y el pase a planta del delivery para terminar con las condiciones negreras de trabajo y que no haya un muerto más entre nuestros compañeros”, dice un comunicado firmado por los Trabajadores Unidos de McDonald’s.

“Nosotros estamos yendo a las marchas principalmente en apoyo a la familia. El año pasado, cuando tomamos un McDonald’s denunciamos que en cualquier momento iba a pasar esto, por la forma en que venimos trabajando. Pero el Ministerio de Trabajo y la empresa hicieron oídos sordos”, explica Marcos.

En junio del año pasado, cansados de los sueldos bajos tapados por la cultura de la “cajita feliz” de la cadena de comidas rápidas, tomaron el local que está frente al Obelisco para reclamar mejores condiciones laborales.

“Salís del local, pusiste un pie afuera y tenés siete minutos para llegar. Si no, se les vence el producto, porque tiene un tiempo de vencimiento. Entonces, te exigen que vos te mates para llegar a una casa. Hay contradicciones: mi contrato dice que tengo que respetar todas las leyes de tránsito, no tengo que subir a la vereda ni pasar un semáforo en rojo. Pero me pedís que esté en siete minutos cuando tengo que ir a 15 cuadras... ¿cómo hago?”, explicaba en ese momento Gabriel, uno de los llevadores.

Antes de la medida de fuerza, los motoqueros cobraban un plus en negro de 25 centavos por cada viaje veloz. Luego lograron blanquear el sueldo: en la actualidad, le pagan 3,33 pesos por hora a los nuevos y 4,56 a los que ya tienen antigüedad.

Pero la premisa de “calidad, servicio y limpieza” es inamovible: aún tienen 20 minutos en total para ir y volver. “Ahora son los gerentes los que cobran 120 pesos por mes por hacer un porcentaje alto de las entregas a tiempo. Por eso, son ellos los que te apuran continuamente”, explica Marcos, enfundado en su campera negra con un logo de McEntrega.

“La empresa no hizo ninguna medida de duelo. Es más, a varios nos suspendieron dos días por faltar para ir al velatorio”, contó Marcos.

En el comunicado que difundieron, insisten en que la muerte de Lucracio no fue “una fatalidad”: “Veníamos reclamando las mejora en las condiciones laborales y el fin de la tercerización del servicio de delivery que es la forma a través de la cual McDonald’s y las grandes patronales, con la complicidad del gobierno nacional, imponen regímenes de explotación insoportable a la juventud”.

Los llevadores consideran que la tercerización “no sólo fue la vía para imponer salarios miserables sino también para deslindarse de la responsabilidad que le cabe a McDonald’s frente a las condiciones de inseguridad de los trabajadores”.

Señalan que CorreoGrupal.com no entrega ni cascos, ni ropa de lluvia, ni paga un plus por el mantenimiento de las motos o bicicletas.

Los únicos extra que reciben siguen la lógica del “empleado del mes”, de premios y castigos. “Son premios por productividad. En este caso, la productividad es la velocidad en la entrega que conduce a la muerte. Sin tomar en cuenta que los salarios bajos obligan a depender de la propina que aumenta según la cantidad de entregas”, concluyen.

Fuente: Werner Pertot para Prensa De Frente