Diputado Morgado: “Macri no va a gobernar para la gente”

Las reuniones se multiplican en estos días en que estrena envestidura legislativa. Hace menos de un mes que Claudio Morgado asumió la banca de diputado que dejase Rafael Bielsa –con destino diplomático- pero llega con el plus de notoriedad que da la exposición mediática a través de varios éxitos televisivos.
Diputado Morgado: “Macri no va a gobernar para la gente”

Quizás allí radique la solvencia de un discurso atravesado permanentemente por la integración y la justicia social que comenzó a modelar en un escenario de luces y rating y que fuese afianzando a partir de su acceso a la política formal.

“La indiferencia es el peso muerto de la historia”, ensaya a la hora de justificar su paso de la pantalla chica, del reconocimiento y afecto publico, a la exposición en un campo en el que, en general, no rankean demasiado sus figuras.

El flamante legislador nacional del Frente para la Victoria, en representación del electorado porteño, reconoce su formación e inclinación hacia la política en sus años de secundario, en el Colegio Nacional 6 Manuel Belgrano: “en esos cinco años pase del saco y cortaba con Lanusse, a los recreos politizados, con Campora, la discusión política y filosófica con Perón, Isabelita y termine otra vez con la corbata, esta vez mas ajustada, con Videla”. No obstante, Morgado asegura que el paso fundamental lo dio tras su paso por Televisión Registrada, donde comenzó a dar cuerpo un discurso político a contramano “de la realidad perversa que representan los medios”.

El reciente diputado anticipo cual será el eje de su trabajo en las Comisiones parlamentarias que integrara: Discapacidad –es probable que obtenga su presidencia- ; Cultura; Comunicación y Medio Ambiente. Reemplazar la mirada del asistencialismo por la de integración, es el hilo común con el que hilvana desde el acceso de los discapacitados a una ciudad de iguales, hasta la defensa de la idiosincrasia de las comunidades originarias.

También analiza el futuro político de una ciudad que, en la próxima gestión, “nos tendrá en la trinchera” y en la que considera “serán fundamental los periódicos barriales para articular un discurso plural”.

-¿Qué lo llevo a arriesgar la ovación de la tele por la exposición política?

-Yo hace 16 años que trabajo en los medios y hay una saturación del aplauso, del autógrafo. Hay un punto donde todo eso tiene una cuota de irrealidad y siempre he tenido ciertas inquietudes políticas. Desde mis años de adolescente donde discutíamos mucho de política.

-¿Pero en que momento es que hace el clic?

-Tuvo mucho que ver con TVR. Yo venia trabajando en programas infantiles, donde íbamos bajando cierta cosa ideológica en la manera de concebir los medios para los chicos, pero con Televisión Registrada renacieron ciertas cosas de aquella época adolescente de tanta ebullición política. Cuando armábamos algún informe con cierta crítica social o política eso se recogía rápidamente y tenía una respuesta inmediata de la gente. Y sobretodo después de la crisis y el estallido del 2001, ya que tuvimos la posibilidad de darle una narración a todo lo que estaba pasando. Ahí podíamos poner nuestra critica personal desde una ideológica y la posibilidad y exponerlo en la tele, que –en general- presenta la realidad de manera solapada y perversa.

-¿Qué motivo su inclinación hacia las comisiones que integrara?

-Trabajo hace tiempo tema de discapacidad. Mi hija mayor, de 14 años, es hipoacusica por lo que tengo gran terreno transitado en esa materia. Incluso ahora estoy trabajando también con Mabel Remon, que es la traductora de lenguas de Cristina, que tiene un trabajo muy especial desarrollado en lo educativo.

 Tratamos de trabajar sobre el concepto de inclusión. Ese es un de los lineamientos básicos para todas las comisiones donde este. Creemos que si bien una de las características que pregona el Frente para la Victoria es la inclusión, como cuestión ideológica y de gestión, hay que profundizar en la aplicación practica del tema porque sino las palabras se van gastando y quedan como meras aspiraciones.

La discapacidad es uno de esos terrenos donde hay que recuperar el sentido de las palabras. Mi hija fue un colegio en el que se trabajo el tema de la inclusión pero, por lo general, los discapacitados dentro de una comunidad funcionan como personas que despiertan determinados valores muy positivos: de aceptación, básicamente, solidaridad. Pero en el mejor de los casos el discapacitado cumple esa función, que esta bueno, pero eso no es integración. Es colocar a la persona con discapacidad como si tuviese en un plano de igualdad, que genera sentimientos de tolerancia, de aceptación de lo diferente, pero no revela ningún esfuerzo.

La integración debe venir acompañada de un esfuerzo: por ejemplo, para integrar a los chicos con discapacidad auditiva, la comunidad de oyentes debiera aprender lenguaje de señas, desde los primeros grados de la escuela. Es un idioma, ¿Por qué no esta en la curricula? De lo contrario, el esfuerzo es del chico que tiene que ver si te puede leer los labios. Hay algunas cosas que mejora en la legislación sobre discapacidad pero igualmente es de las mejores de latinoamericana, abra que modificar y aggiornar algunas, pero lo que falta es que se cumplan esas leyes y que haya contralores.

-¿Y en cuanto a Medio Ambiente tiene esta misma mirada?

-Si miramos la migración de las comunidades originarias en función de los desbarajustes medio ambientales, también vemos que el tema de inclusión es básico sino caemos en que desde acá (el Congreso) le damos alguna cosita. Y eso es también una forma de asistencialismo, como decir “somos todos ciudadanos, pero nosotros somos de primera y ustedes de segunda y le estamos concediendo tal cosa”. Tanto sea en discapacidad, medio ambiente o cultura. Hay que trabajar el concepto inverso y buscar la forma de apuntalar el desarrollo de la idiosincrasia de cada comunidad.  

-Respecto al Canal Ciudad, ¿que le genera el cierre de la señal que anuncio Mauricio Macri?

-Yo tengo una cosa muy especial con el canal de la Ciudad. Por el programa “Changüí”,  tuve dos nominaciones, una para los Martín Fierro y otra para los premios a la televisión por cable. Creo que la Ciudad todavía no dimensiono el daño tremendo que implica cerrar un canal. Si la gente tuviese, primero, la idea instalada que la ciudad tiene un canal y, después, reaccionaria.

Me parece que Macri vendió el tema de la gestión, del eficientismo, la construcción de la no política –como eso fuese posible- pero el electorado de la Capital siempre le dio mucha bola a la cultura y a los espacios como Ciudad Abierta. Yo creo que Macri se fue de boca con el tema y después no pude volver atrás. Pero no fue una decisión meditada sino más bien fue algo que salio en el ámbito de un debate.

Considero que no se puede tabular un canal publico con los mismos parámetros que ponderas un canal comercial, Ciudad Abierta no tiene que medir para vender comercialmente. La cultura no es un negocio es una inversión. El Colon tampoco nunca dio números positivos pero seria ridículo. Si se mira bajo esta lógica la propuesta cultural estamos en el horno y me parece que esa será la óptica del nuevo gobierno porteño. Cuando uno quiere poner como responsable de la cultura a un tipo que esta vinculado con la venta de cuadros (Liprandi) es parte de esa mirada.

Me parece que seria más interesante estar de lado de la producción, no de la venta de los bienes simbólicos. Finalmente no va por otras cuestiones y lo ponen a Felner que lo primero que expone es un concepto un poco extraño sobre la necesidad de arte abstracto de la comunidad. Y ahora se plantea un turismo cultural, cuya enunciación ya me da vergüenza. ¿Cómo se va a manifestar esto? ¿Con parejas en las esquinas bailando el tango? No tengo idea como se ejecuta esto de la cultura relacionada al turismo, no deja de sorprenderme.

- ¿Como imagina el mapa político de la ciudad y ante un electorado tan volátil como es el de la ciudad de Buenos Aires?

-Bueno, lo de Lilita Carrio siempre es un enigma. La lectura que hace la Coalición Cívica de las elecciones y de su representatividad es muy peligrosa, casi mesiánica, como cuando dijo que tenía que liberar a las clases pobres del clientelismo, que esa era la misión que ella tenía. Y además hay un punto en que lo que hace Carrio se toca con lo que hace el PRO: ambos están edificando una estructura en una cierta base al estilo populista.

El ARI habla de la ética sobre la política. Esto es: “nosotros no somos de izquierda ni de derecha, somos éticos”, lo que reduce el mensaje un poco a la nada porque es llenar un significante vacío con una muy buena carga; mientras que Macri lo pone en el lado de la eficiencia por encima de la política: “yo soy buen gestor, no somos de derecha ni de izquierda”. Desde ese lugar, donde el otro era una referencia absolutamente negativa frente a su discurso de buena gestión, todo era campaña sucia y no se pudo discutir nada. Hasta hubo momentos en que Macri parecía el Che Guevara hablando de inclusión, justicia social. Un tipo que echo gente de fabricas, que hizo negocios con el Estado…

-¿Qué otras cosas quisiera sobre la ciudad le hubiera gustado discutir con Macri?

-En realidad toda su cadena discursiva. Básicamente, Macri es un tipo de derecha y nosotros no. El va a seguir laburando por las grandes empresas, para los mercados, para lo que siempre trabajo, porque viene de ahí y quienes lo impulsaron al lugar donde esta esperan su retribución. No va a gobernar para la gente sino para los intereses que siempre sostuvo. Como podemos pensar que un tipo que afano, que fue condenado en segunda instancia, que no esta en cana porque lo beneficio la Corte Suprema de Menem, se aparte de esa lógica. Son ópticas absolutamente diferentes. Entonces, en capital, nos toca el lugar de la resistencia. Y acá estamos, en la trinchera.

El 27 de noviembre –dos días después de la entrevista- el programa “Changuí”, realizado por Morgado en el canal público Ciudad Abierta, recibió el Premio al Mejor Programa Infantil en la entrega del Martín Fierro al cable 2006.
Numerosos programas del canal han sido nominados para prestigiosos premios. Otros tanto han sido exportados a varios países de la región.
Mauricio Macri, mientras tanto, solo piensa en cerrarlo.

Por Cristina Pérez