Desde su nombramiento,  el 2 de julio pasado, la designación provocó el repudio de toda la oposición política, los familiares de víctimas del atentado a la AMIA (causa en la que está imputado, organismos de Derechos Humanos  y amplios sectores de la sociedad civil.

Además de la causa AMIA, Palacios fue acusado de haber participado de la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001, pero fue sobreseído. También, luego de una escucha telefónica, se lo acuso de supuesta vinculación con uno de los secuestradores de Axel Blumberg.  

Luego de la ola de críticas y,  a poco más de dos meses  de la puesta en funcionamiento de la nueva fuerza policial,  sorprendió en el entorno macrismo la renuncia presentada ayer por el ex comisario. 

En Conferencia de prensa, Macri junto al ministro de Seguridad y Justicia, Guillermo Montenegro, y el secretario general de Gobierno, Marcos Peña,  confirmo la decisión y sostuvo que Palacios "se fue por motivos personales. No ha querido entorpecer la formación de la nueva policía", y  agregó que el sucesor será Osvaldo Chamorro, el subjefe de la Metropolitana, otro ex comisario de la Federal.

El Jefe de Gobierno destacó su "gesto de grandeza" al dar un paso al costado para que la nueva fuerza se pueda organizar "sin inconvenientes", y criticó la agresión de "un sector de los familiares de la AMIA". “Todos tenemos que reflexionar sobre porqué se politizó tanto el tema", sentenció.

Entre las versiones que circulaban ayer, se habló del grave estado de salud de la madre del ex comisario, otros señalan las repercusiones que habrían tenido las declaraciones del fiscal de la causa AMIA, Alberto Niesman,  quien adelantó que no tenía dudas de que el juez Ariel Lijo lo iba a procesar.  

Al ser interrogados sobre las versiones, desde el Gobierno  insistieron con que la renuncia se debió a motivos personales y destacaron las cualidades del ex comisario es "un excelente profesional, no sólo en sus características técnicas sino morales".