Una iniciativa para salvar la histórica confiteria "Del Molino"

Organizado por la asociación Civil "Basta de Demoler", mañana desde las 11, se realizará  un té en la puerta de la Confitería Del Molino, frente al Congreso Nacional, con el propósito de lanzar un plan de salvataje para el histórico edificio.
 

Una iniciativa para salvar la histórica confiteria "Del Molino"

"Con el deseo de que en este edificio patrimonial, que abrió sus puertas en el Centenario de la Revolución de Mayo, lo vuelva a hacer en el Bicentenario", los organizadores darán a conocer los detalles de un proyecto de ley, en estudio en la Legislatura, para la restauración y puesta en valor del tradicional edificio porteño ubicado en Rivadavia 1801.

Para evitar que el deterioro siga su paso, lanzaron la convoctoria "volver a tomar el té" en Del Molino con el objetivo de dar a conocer los proyectos que se debaten en la Legislatura para "declarar de utilidad pública, y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural" el edificio, los bienes muebles, instalaciones originales existentes y los bienes intangibles.

Otras de las iniciativas, propuesta por el legislador Eduardo Epszteyn, prevé que el Gobierno de la Ciudad "proceda a la restauración y puesta en valor de la totalidad de la fachada y las terrazas, incluyendo la cúpula".

La histórica confitería abrió sus puertas en 1821, en la esquina de las calles de las Torres y Somavilla, años más tarde, Federación y Garantías y en la actualidad Rivadavia y Rodríguez Peña.  Su nombre fue elegido en homenaje al primer molino harinero instalado en la Ciudad de Buenos Aires.

En 1905, con motivo de la construcción de la Plaza Congreso, se trasladó a la mítica esquina de Rivadavia y Callao.  El nuevo edificio, inaugurado en 1917, fue proyectado y construido por el arquitecto italiano Francisco Tereso Gianotti, incluye también los tres subsuelos donde se producía y fabricaba la pastelería que luego se ofrecía a los comensales.

Durante sus años de esplendor, la confitería no sólo fue el lugar de encuentro de la diregencia política, sino también de personajes como Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Aníbal Troilo, Tita Merello, Carlos Gardel, Irineo Leguizamo, Alfredo Palacios, Olinda Bozán y Amado Nervo.

El 24 de enero de 1997, Del Molino cerró sus puertas por vacaciones y, desde entonces, no volvieron a abrirse. Como sostienen los integrantes de la Asociación "existe otra forma de ´demoler´ y es dejar todo como está, porque el paso del tiempo acaba de derribar lo poco que queda de nuestro pasado".