Un cero en infraestructura

En las escuelas de La Boca y Barracas no sólo faltaron vacantes. Muchos de los chicos que sí lograron inscribirse se encontraron con caños rotos, goteras y obras sin terminar. Detalles de un relevamiento que vuelve a evidenciar el desinterés del Gobierno porteño por la educación pública. Por Carla Perelló

Un cero en infraestructura
Por una hendija de una terraza se cuelan gotitas de agua. Del otro lado, en el cielo razo una mancha de humedad se expande por el techo y arruina los libros de la biblioteca. La imagen se repite en muchas de las aulas de las escuela del sur de la Ciudad. Caños rotos, obras sin terminar y escuelas sucias, ésa es la foto de la vuelta a clases. Ante esta situación, docentes y padres emprenden un camino de lucha ante un Estado que pocas respuestas tiene para darle: le otorga a empresas tercericadas el mantenimiento de la infraestructura escolar y, ante la evidente falta de vacantes, en lugar de construir edificios emparcha con aulas modulares.
 
“Los problemas son los mismos que en 2013”, detalla un informe sobre la Escuela Nº10, de La Boca. Falta de agua, luz, gas, dicen, por un lado. “Cables pelados y problemas cloacales”, se oye a los de la escuela Carlos Della Penna y a las madres del Jardín 7 Casa Amarilla. Vidrios rotos, baldosas levantadas y baños a medio funcionar. Las condiciones de habitabilidad se deterioran poco a poco.
Para dar cuenta y visibilizar la situación, los comuneros Victoria Colombo y Maximiliano Nenna, del Frente para la Victoria, junto con la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), elaboraron un informe que resume lo que ocurre en varias de las escuelas de los Distritos 4 y 5, que abarcan parte de La Boca, Parque Patricios y Barracas. Aquí la muestra de la desidia:
 
Escuela Nº1, Barracas: En Hornos 530 está en marcha el Plan Mejoras en Escuelas, de financiamiento nacional. Comenzó un mes después de lo previsto, en diciembre de 2013. A tres días del inicio de clases la escuela estaba “sucia y las instalaciones eléctricas sin terminar”. La obra debería estar para mayo, “pero a primera vista parece que no podrá cumplirse”, detalla el informe.
 
Escuela Nº 10 de La Boca: En las aulas y patios de la escuela de Lamadrid 499 “faltan vidrios, hay humedad en las instalaciones eléctricas y de gas, que están sin terminar”. Además, el informe señala: “No hay plan de obras concreto. Los problemas son los mismos que en 2013”.
 
Escuela Nº 8 Della Penna: “Con esta reunión descubrimos que no existe un plan de obras para nuestra escuela”, sentenció Andrea Lukjanionok, directora de la Escuela Nº 8 de La Boca, más conocida como Carlos Della Penna. Hacía pocos minutos que el Director de Infraestructura del Ministerio de Educación porteño, Carlos Regazzoni, se había retirado del establecimiento ubicado en Braun Menéndez 260.
El establecimiento data de 1971 y según el Colegio de Arquitectos porteño “es un ejemplo de arquitectura moderna”. Ante la propuesta de otorgarle protección bajo esa figura para “facilitar el mantenimiento”, Regazzoni esbozó una sonrisa y dejó la respuesta en suspenso.
Según la directora, “las cosas empezaron a moverse por la cobertura mediática” que generó el abrazo que la comunidad dio a la escuela el 12 de marzo pasado. Pero ya a principio del ciclo lectivo habían realizado una denuncia ante la Defensoría del Pueblo: “Los estudiantes fueron recibidos sin luz, agua ni baños y las obras que habían comenzado durante el receso están sin terminar. Había escombros, polvo, goteras, cables de electricidad sin protección y problemas cloacales”.
Los inconvenientes no son nuevos. En 2008, reclamaron a la Dirección General de Infraestructura. En 2010, realizaron el “Paraguazo” por las goteras. En 2011, la empresa Indaltec S.A logró la adjudicación de las obras de mantenimiento pero debido al incumplimiento se sucedieron más quejas (Expediente Nº2542261/MGYA).
Ahora, el arquitecto Alberto Bernales explica que las filtraciones en los techos en las salas de jardín, la biblioteca y en primaria corresponden a una mala obra en las terrazas que se usan para recreación. Una solución duradera “debería realizarse en época de receso escolar (verano)”, opinó el subsecretario de Gestión Económica Financiera y Administración de Recursos, Fernando Domínguez, quien se quedó en lugar de Regazzoni para recorrer la escuela. A diferencia de lo que planteó su par, el funcionario Domínguez dio cuenta de que “una mano de Plavicom cada seis meses” para impermeabilizar los techos no es suficiente para tapar las grietas.
 
La Nº6, de la 21-24: “Discriminación a los sectores más desfavorecidos” es el título del apartado dedicado a la escuela ubicada en Iriarte y Montesquieu, en la villa 21-24 de Barracas. “Se supone que la escuela se especializa en deportes pero el predio dedicado a la práctica está cerrado y fue entregado sin instalación eléctrica”, precisa el documento presentado al Ministerio de Educación. Además, cuenta que fue inaugurada en 2009 pero que recién en 2013 finalizaron la colocación de los pisos y la apertura de nuevas aulas.
 
Escuela Fuentealba: Ante la falta de vacantes y de construcción de nuevos establecimiento, un grupo de docentes decidió tomar un edificio que supo ser escuela en Manuel García 370 y comenzaron a acondicionarlo. Un día antes del aniversario de la muerte del docente Carlos Fuentealba, los legisladores de la Ciudad dieron el visto bueno al proyecto para expropiar el inmueble de Parque Patricios. “Sabemos que en el distrito 5 tenemos más de 1500 chicos sin vacantes en primaria, no podíamos permitir que eso sucediera, así que estamos orgullosos”, dijo ante Sur Capitalino, Damian Drescher, uno de los docentes que tomó el establecimiento.
 
Inscripción online, vacantes en espera
Sumado a esa situación, el combo inscripción online más aulas containers sacudió a la comunidad educativa. Según datos que el Gobierno porteño aportó a la Juticia en los distritos escolares 4 y 5 –que abarcan parte de la zona sur— hay cerca de un 20 por ciento de vacantes insatisfechas en niños de entre 45 días y 5 años. Las vacantes en “espera”, detallan son: 248 para los de un año; 236 de dos; 198 de tres años, y 10 en los casos de cuatro y cinco años. Aunque, según Roberto Amette, de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), “son muchos más, porque el gobierno no precisa los chicos que están en aulas modulares ni las condiciones en las que se instalaron, tampoco a quiénes otorgaron vacante lejos de su hogar”.
Mientras tanto, el Gobierno porteño sólo ejecutó 14 de las 24 obras que debían estar para 2012 y desde hace más de dos años que el edificio ubicado en Suárez y Almirante Brown se resquebraja a la espera de la aplicación de la ley de expropiación para transformarlo en jardín maternal.