"El club y el barrio afrontan la misma problemática: la expulsión de la clase popular"

Su nombre es en sí mismo toda una declaración de principios. Por eso, quienes integran Boca Es Pueblo no sólo reclaman un club que privilegie a sus hinchas por sobre los negocios. También salen a la calle a exigir un barrio con menos injusticias. Por Carla Perelló

 

"El club y el barrio afrontan la misma problemática: la expulsión de la clase popular"

“Boca para mí era agua caliente para bañarme”, dicen que cuenta un antiguo habitante del barrio. Sin embargo, en la actualidad, el Club Atlético Boca Junior (CABJ) recibe con otra cara a vecinos, vecinas, hinchas y simpatizantes. La dirigencia desde hace casi dos décadas “aplica una política elitista que alejó progresivamente al pueblo xeneize” de la institución, sostienen desde Boca Es Pueblo (BEP). El nombre de la organización es la síntesis del proyecto que construyen desde 2012 militantes bosteros que trabajan para que las puertas estén abiertas a los socios pero, también, a la comunidad. “El Club y el barrio afrontan la misma problemática, que es la expulsión de la clase popular, por eso nuestra lucha es la misma”, apuntaron dos de sus integrantes a Sur Capitalino.

Empezaron de manera anónima. Un banderazo, otro. Panfletitos que volaban por el aire en algún momento en la cancha. Reclamaban que hubiera más entradas, que las tribunas populares no se achicaran para que turistas fueran de visita a las plateas o palcos VIP; repudiaban la venta ilegal de entradas y exigían (exigen) que haya boleterías abiertas. “Si no peleamos nosotros, nadie va hacerlo”, cuentan que pensaron Ariel y Luciano. Para entonces, habían pasado casi 20 años de dirigentes tallados con el mismo cincel: “Fue un proceso que empezó por el 95, en el que muchos hinchas empezaron a valorar el éxito deportivo, pero ahora son pocos los que pueden ir a la cancha. Dejaron afuera a toda la gente que forjó el club, que viene de los sectores populares”.

 
Un ejemplo, es la obligatoriedad que tiene el hincha de estar bancarizado para poder asociarse. Además, no cualquiera que pase caminando por la puerta del emblemático estadio puede ingresar. Si no hay carnet, no entrás, no jugás ni mirás. “Antes pagaba el que podía y las instalaciones estaban abiertas”, indica Luciano. Las anécdotas llegan de quienes se acercan cada vez que salen a hacer pitadas en el barrio -“para generar identidad”- y Ariel dice que una señora le contó que para sus 15 se cambió y se vistió en la Bombonera, porque no tenía otro lugar para hacerlo.
 
Así las cosas, la organización que crece en uno de los bordes de la Ciudad, se asienta sobre cuatro cimientos: “La Bombonera, el barrio de La Boca, los colores (azul y oro) y los hinchas”. La defensa de cada uno de esos puntos establecidos explícitamente en las acciones que realizan constituyen ejes de disputa política y económica hacia adentro y hacia afuera del Club.
 
El club
 
Para hacer que la historia pegue un volantazo es necesario, a través de la participación y la militancia, lograr imponer un proyecto de club social que se anteponga al actual de club-empresa. Por eso, este grupo de jóvenes está trabajando en una plataforma electoral. Algunas de sus reivindicaciones son la recuperación de la autonomía económica de la institución, la eliminación de las terciarizaciones, la venta de entradas a no socios, entre otras. Sin embargo, para presentarse a elecciones, deben primero estar constituidos como agrupación oficialmente reconocida, algo que depende de la discreción de la Comisión Directiva de turno. Además, una agrupación oficial, para presentar candidatos, debe presentar avales económicos por el 5% del Patrimonio Neto del Club, lo que a diciembre de 2015 (próximas elecciones) calculan en algo menos que 9 millones de pesos. Por lo tanto, bajo este sistema antidemocrático, “sólo los millonarios pueden presentarse a elecciones en Boca”.
 
El alejamiento de la institución del barrio y de los mismos socios se hace sentir cada día. Por ejemplo, el último gesto que tuvieron para con los hinchas fue la reacción de pedirle a Prefectura que custodie las instalaciones durante el reclamo generado por el hecho de que se agotaran en menos de 12 horas las 27 mil entradas que tenían disponibles para el superclásico en la semifinal de la Copa Libertadores.
 
Además, Boca año tras año se fue convirtiendo en un club para pocos, excluyendo a los hinchas de menores recursos. Según denuncian en un informe publicado en la página web de BEP, el club de la franja oro tiene los abonos a platea más costosos del país. Y se calcula que entre junio de 2003 y junio de 2014, el costo de un asiento por temporada en los sectores de platea media A y B sufrió un incremento de 1029 por ciento (es decir, una suba promedio de 24,7 por ciento por año), casi el doble que la inflación registrada en el mismo período (+536 por ciento) medida con fuentes alternativas al INDEC, y 1,3 veces el aumento registrado por los salarios en los últimos once años (+771 por ciento).
 
El barrio
 
“Un club tiene que cumplir con una función social en el lugar en el que está y eso acá no pasa, la gente piensa que acá no hay un club”, coincidieron los jóvenes militantes. Una de las razones quizá se halla en uno de los informes que la organización realizó durante este año. CABJ cuenta con la colonia de vacaciones para niños y niñas con los precios más altos entre los clubes de fútbol de la Ciudad y el conurbano. Es decir: 31,4 por ciento más que la colonia de River y 34 por ciento que la de Lanús, por ejemplo. “Nosotros queremos que haya una beca para los pibes del barrio”, sentencian.
 
“Navegantes del Sur”, ubicado en Pedro de Mendoza 1455, es el espacio con el que cuentan y donde comenzaron a brindar apoyo escolar. El edificio es la cantina que muchos habitantes habrán conocido como Castello Vecchio, que por sus años necesita mantenimiento. Para eso, convocan en ese espacio a un Bingo solidario que se realizará el sábado 13 a las 15. Desde allí, llegaron también, a los casos de violencia institucional que los pibes y pibas del barrio atraviesan y fueron parte de la marcha que vecinos y organizaciones realizaron el 4 de diciembre pasado “por más inclusión para un futuro digno”.
 
En la dirigencia del CABJ, que lleva el sello PRO, están al frente de Daniel Angelici y Oscar Moscariello, que también ejerce como legislador porteño del partido macrista. La maniobra implementada en las últimas semanas en la Legislatura para rezonificar los terrenos de Casa Amarilla y habilitarlos así a una futura compra por parte del club (ver nota de tapa) fue el intento por volver a instalar la idea de que es necesario un estadio nuevo “para que entren más”. “En el estadio-shopping no van a entrar más personas porque van a ser todas butacas”, desmiente Ariel. Pero no sólo eso, la idea de construir una cancha en esas tierras “es un foco de conflictividad social –señalan- porque se estará cometiendo un grave atentado a la seguridad ambiental”.
 
Las batallas por dar son muchas. Pero, de alguna forma, en esa dirección tiró la camiseta, pasión que no pueden poner en palabras, que les cierra el estómago cuando pierden, pero que pretenden agitar al calor de los hechos que poco a poco comienzan a tomar forma.