Un museo azul y oro

En el corazón mismo del barrio que lo vio nacer, y bajo las tribunas de la Bombonera, el Club Atlético Boca Juniors tiene su Museo de la Pasión Boquense. Imperdible para los hinchas xeneizes que buscan un lugar para el recuerdo, más allá de su corazón.
Un museo azul y oro

¿Qué hincha de Boca no soñó alguna vez, dormido o despierto, con entrar por el túnel a la Bombonera y sentir en su piel lo mismo que sienten los jugadores, el grito ensordecedor de la Número12? Ese sueño y muchos otros, pueden convertirse en realidad visitando el flamante museo del club.

Debajo de la tribuna popular que da al Riachuelo, el hincha puede revivir -en buena parte gracias a la tecnología- cada gol, cada ídolo, cada campeonato. Pagando una entrada de 3 pesos y medio, el socio puede disfrutar de un mural que exhibe todas las camisetas utilizadas por los equipos xeneizes desde su creación. Desde la primera, blanca con rayitas azules, pasando por la clásica de piqué azul y oro, hasta las actuales de franjas anchas.

El recorrido por los 1800 metros cuadrados del museo obligan a recordar a  cada jugador que alguna vez vistió la casaca del club. El primero en la lista de los 807 es Lucas Gatti, quien jugó sólo una vez para el equipo de la Ribera. El penúltimo, curiosamente, es su papá Hugo Gatti, superado solamente por Roberto Mouzo en cantidad de partidos disputados para Boca.

Las computadoras no podían faltar. Quien las consulta obtiene desde información estadística de la historia de Boca -goles, partidos, jugadores- hasta el desarrollo de cada campeonato ganado, con su correspondiente contexto histórico a nivel local e internacional. Con una mezcla entre nostalgia y tecnología, característica del museo, unas pantallas de
televisión permiten revivir aquellos goles que hacían erizar la piel en blanco y negro y saber qué pasaba en la Argentina y el Mundo mientras los xeneizes caminaban rumbo a una vuelta olímpica.

Pero el Museo de la Pasión Boquense no se olvidó de su querido barrio. Una maqueta gigante reconstruye sus calles, sus casitas de colores, sus  vecinos y cada rincón de La Boca bajo una suave neblina.

Los ídolos también tienen su espacio, afiches con glorias como Antonio Rattin, Rubén Suñé y Antonio Roma se desparraman por el salón de la memoria. Pero el sector más emotivo es, sin dudas, el Geo Estadio. Es dentro de esa enorme pelota de 12 metros de diámetro, donde el hincha logra cumplir su sueño. Desde una pantalla de 360 grados se podrá poner en la piel de un jugador y ser protagonista de su historia: quien ingrese al Geo Estadio se
probará para ingresar a las inferiores de Boca, sentirá la alegría de haber sido elegido para arrancar su carrera futbolística, debutará en Reserva, y gracias a un gol festejado con un gran abrazo junto a sus compañeros será convocado para jugar con la Primera. A partir de allí y gracias a un gran efecto sonoro y visual el hincha será un integrante más del equipo de Carlos Bianchi y saldrá al campo de juego de una Bombonera repleta de gente, codo
a codo con su ídolo, bajo el grito ensordecedor y emocionante de la hinchada.

Una vitrina con copas y elementos curiosos no podrá evitar la atención del visitante. Allí se exhibe la camiseta que Pelé le regaló a Rattin cuando el Santos jugó contra Boca, una entrada al partido contra el Borussia Moenchengladbach que le dio a Boca su primera Intercontinental en 1978, la foto del equipo que viajó de gira a Europa en 1925 y hasta el pasaje de avión de Martín Palermo a Japón.

Obviamente el recorrido no estaría terminado sin una referencia a los dos orgullos más grandes del hincha: en un mural gigante Diego Maradona posa, lengua afuera y azul y oro sobre la piel, con la hinchada de Boca de fondo. “Señores... con ustedes, la historia de Boca”.

El museo funciona en Brandsen 809 de martes a domingos de 10 a 19 hs (incluido los días que haya partidos en la Bombonera y los feriados).

Martina Noailles