Un funcionario de Larreta fue procesado por la represión en el Borda

El ex subjefe de la Policía Metropolitana y actual director de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) porteña, Ricardo Raúl Pedace, quedó procesado por la represión en el Hospital Borda ocurrida en abril de 2013.

 
Un funcionario de Larreta fue procesado por la represión en el Borda

La medida judicial  fue dictada por la Sala V de la Cámara Nacional Criminal y Correccional, por presunto abuso de autoridad en concurso con lesiones leves a 32 damnificados, entre ellos a pacientes, personal médico y de enfermería, legisladores, trabajadores y periodistas que cubrían operativo policial.

La resolución concluyó que Pedace habría ejercido su cargo de un modo contrario a la norma que regula su desempeño, la Ley 2894 de Seguridad Pública de la CABA. La misma expresa en su articulo 5°.- “La seguridad pública es deber propio e irrenunciable del Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que debe arbitrar los medios para salvaguardar la libertad, la integridad y derechos de las personas, así como preservar el orden público, implementando políticas públicas tendientes a asegurar la convivencia y fortalecer la cohesión social, dentro del estado de derecho, posibilitando el goce y pleno ejercicio, por parte de las personas, de las libertades, derechos y garantías constitucionalmente consagrados.” 

Los camaristas Ignacio Rodríguez Varela, Hernán López y Magdalena Laiño consideraron que Pedace es responsable ya que “frente al conocimiento real y efectivo de que se estaba llevando a cabo un procedimiento irrazonable y excesiva de las fuerzas policiales”, como “alto funcionario policial a cargo”, debió evitar la conducta lesiva.
 
La represión se dio en el marco del desalojo y demolición del “Taller Protegido 19”, para posibilitar una obra impulsada por el Ministerio de Desarrollo Urbano del gobierno porteño.  El gobierno macrista pretendía demoler el espacio donde muchos pacientes del neuropsiquiátrico, trabajaban en la fabricación de muebles que se destinaban a hospitales de la Ciudad. 
 
El operativo “implicó arrojar gas pimienta directamente en el rostro de los ciudadanos, golpear hombres y mujeres con tonfas y escudos, propinarles puntapiés, incluso cuando se hallaban caídos en el piso, dispararles postas de goma a escasa distancia por encima de la cintura, a la cabeza e incluso por la espalda”.