El Café de los Angelitos volvió a brillar

La esquina de Rivadavia y Rincón volvió a respirar tango, anoche fue reinaugurado el mítico café de los Angelitos.
El Café de los Angelitos volvió a brillar

En 1992 había cerrado sus puertas y en diciembre de 2000 fue demolido. Desde entonces, aquella esquina porteña que fue escenario habitual de glorias del tango y de la incansable bohemia se pobló de olvido y abandono.

Anoche, además de recuperar un bar tradicional la ciudad recobró parte de su historia. La reapertura se hizo con una gran fiesta y, como en sus días de gloria cuando el 2x4 vibró hasta altas horas.

Eduardo Bergara Leumann fue uno de los primeros en llegar al lugar, también estaba Amanda, la viuda de Cátulo Castillo, uno de los autores del tango Café de los Ange litos.

El café fue fundado en 1890 por un italiano llamado Batista Fazio que lo llamó Bar Rivadavia. Por esos años, la esquina fue el reducto elegido por todo tipo de malandras, que según el comisario de Balvanera eran “verdaderos angelitos”. Por esas raras cosas del saber popular esa expresión rebautizaría a uno de los cafés más importantes de Buenos Aires.

Entre los habitués de lugar se desatacan: Carlos Gardel, Higinio Cazón, José Betinotti, José Razzano, Roberto Cassaux, Florencio Parravicini y los prohombres del socialismo argentino que tenían su Casa del Pueblo cincuenta metros más al oeste por la misma calle Rivadavia.

Era frecuente ver llegar a Juan B. Justo, a Alfredo Palacios, Juan Manuel Gálvez y José Ingenieros entre otros.

El café versión 2007 fue reconstruido manteniendo la esencia del original: tiene un restorán que permanecerá abierto las 24 horas y un salón donde habrá cena-show con 22 artistas en vivo. La obra que empezó en agosto de 2001 demandó una inversión de dos millones de pesos.

Las nostálgicas almas tangueras recuperaron un pedazo de historia y el resto de los vecinos una excelente oportunidad para adentrarnos en la atmósfera sin tiempo de Los Angenlitos.