El lunes pasado se realizó una conferencia de prensa convocada por los trabajadores del Casino en el anfiteatro del Parque Lezama. Más de 600 compañeros se mostraban pacíficamente sentados en las escalinatas y vestidos con sus ropas de trabajo.

De esa manera contradecían las versiones empresarias que referían a que la mayoría estaba trabajando en el casino flotante y que solo un grupo minúsculo impedía el normal funcionamiento sus salas de juego. 

Luego de una asamblea, los trabajadores decidieron marchar hasta 9 de Julio y San Juan. La columna encabezada por las madres de los trabajadores, ocupaba dos carriles y se desplazaba de manera pacífica custodiada por un cordón de agentes policiales. Cuando llegaron a la intersección de la Avenida San Juan por Paseo Colón, se produjeron los primeros empujones con la policía que impidió que la marcha tome esa arteria. Los manifestantes, continuaron sin alterar el orden, por Colon para girar hacia 9 de julio por la Avenida Independencia. Allí fueron perseguidos a la carrera por la guardia de infantería que no reparó en palos y golpes para impedir que los trabajadores siguiesen su camino.

El saldo de la represión: varios trabajadores golpeados, la cronista de canal 7 Julieta Hegul con traumatismo en su hombro y el camarógrafo de la misma emisora, Miguel García con un tremendo chichón en su cabeza.

La periodista relato a esta agencia lo sucedido: “Veníamos con la marcha del casino, y de pronto desde San Juan corriendo los efectivos de infantería hacen una encerrona en forma de U, acá e n Paseo Colon e independencia. Desde la segunda línea, sale lo que nosotros llamamos habitualmente, un correctivo, un bastón corto que le pega en la cabeza a mi camarógrafo. Previamente le habían pegado a una chica con el escudo y después, un segundo efectivo me pega a mí en el hombro y nuestro ayudante Daniel Cristóbal trata ayudarnos, de sacarnos del medio. Porque quedamos en el medio de los trabajadores y de los efectivo. Pero, ellos pegan sin discriminar, ni ver a quien están golpeando”.

Más tarde, una ambulancia del Same, trasladaba al hospital Cosme Argerich a la trabajadora María Elisa Martínez (crupiere) con un fuerte dolor en su rodilla.

Varias personalidades políticas que estaban en el lugar como Vilma Ripoll, Luis Zamora, Juan Carlos Giordano; Marcelo Ramal; Agustín Vanella entre otros  solicitaban explicaciones a los jefes policiales ¿Quién había dado la orden de reprimir?; ¿No pueden manejar a su tropa?;¿Es una zona liberada?; ¿Por qué no permiten manifestar? Primero fue un largo silencio; luego uno de los jefes del operativo se animó a decir: “Ustedes deben organizarse, quédense tranquilos, no quiero que ocurra otro accidente”.

Leonardo Bonanni, uno de los delegados de los trabajadores, evaluaba los hechos: “lo que pasó hoy es un nuevo acto de impunidad que detenta Cristóbal López, con la responsabilidad directa del gobierno, donde queda más que demostrada cual es la relación de este empresario que es un socio más de Kirchner”. Agrego: “este utiliza todas las fuerzas, pagando a los directivos de los medios para que no tomen absolutamente nada de los hechos”. Finalizó: “nosotros seguimos juntos y somos cientos de trabajadores con nuestras madres encabezando la lucha y creemos que esto fortalece a la medida y que la empresa esta terriblemente desesperada por conseguir lo que no puede tener, que es la voluntad de los trabajadores y clientes arriba del barco”

Con los ánimos más calmos los trabajadores permanecieron en el lugar en asamblea hasta que decidieron dirigirse hacia el Casino, la marcha de ayer a Plaza de Mayo para solicitar nuevamente ser recibidos por la presidente Cristina Kirchner.

El próximo Viernes, de acuerdo con lo establecido en el tercer Plenario de Trabajadores Anti – Burocrático, realizarán una acción nacional para escrachar contra el empresario Cristóbal López, uno de los dueños del Casino Flotante.

Desde la segunda etapa del conflicto que mantienen los trabajadores con la empresa Casino Club, ya han sido reprimidos en media docena de veces lo que pone en riesgo no solo la continuidad laboral, sino también la vida de quienes pretenden manifestarse.

Fuente: Agencia Walsh