El Poder Ejecutivo porteño anunció que logró desmantelar un taller clandestino donde se confeccionaban prendas de vestir en el barrio de Flores. Se trata de una fábrica en la que se encontraron a 25 personas que trabajaban “en situación inadecuada, comían en un lugar sin condiciones mínimas de higiene y cumplían jornadas de más de 12 horas”.

Luego de recibir denuncias sobre el funcionamiento del taller, una de ellas iniciada por la Defensoría del Pueblo porteña, la Dirección General de Protección del Trabajo solicitó una orden de allanamiento al  Juzgado de primera Instancia en lo Contravencional y Faltas Nº 18, a cargo de Ricardo Felix Baldomar.

Al ingresar al inmueble en la calle Pergamino 42, inspectores del Ministerio de Desarrollo Económico porteño constataron que en el lugar trabajaban 21 ciudadanos bolivianos, tres peruanos y un argentino.

Los funcionarios porteños también comprobaron que el taller trabajaba para cinco empresas de la zona de Avellaneda y, pese a que tenía un orden de clausura, continuaba funcionando de manera ilícita.