Carta Abierta y Propuesta al Gobierno de la Ciudad

Carta Abierta y Propuesta al Gobierno de la Ciudad

Al Jefe de Gobierno, Sr. Mauricio Macri:

Soy un ciudadano, una persona, un vecino que vive en el Barrio de La Boca, soy deudor de ABL y Patentes de mi vehículo, entre estos impuestos sumo una importante cifra, número para nada despreciable teniendo en cuenta las posibilidades que brindó y brinda el Gobierno de la Ciudad para rescindir dichas deudas (léase moratoria, planes de pago o lo que el jefe de turno disponga), si bien pude haberme anotado en uno de estos planes no lo hice, y no porque no pude económicamente, sino porque me niego a pagar por algo que no me beneficia como debería hacerlo, se suponeque los impuestos tienen que volver al contribuyente de manera de soluciones, limpieza y arreglo de calles y veredas, seguridad y una amplia lista de retribuciones que lamentablemente no las veo como tendría que verlas.

No está demás comentarle que vivo en La Boca desde mi nacimiento y que este barrio es mi vida y haría cualquier cosa por él y ver como mi querido reducto en el universo se desploma y que los políticos no hacen absolutamente nada me enerva sobremanera y me produce una impotencia atroz; mientras Puerto Madero, Palermo Soho, Hollywood y la sarta de estúpidos e incontables nombres que derivaron de ese hermoso barrio (y demás también) siguen creciendo a pasos abismales en todos sus aspectos, los vecinos de La Boca y aledaños vemos pasar nuestros derechos por el fondo del Riachuelo, esa nauseabunda, inhumana y pestilente herida abierta de todos los argentinos pero que en especial respiramos los habitantes de su cuenca.

Es momento de cambiar, me dije, es tiempo de hacer algo por mis hijos, mis vecinos y por mi querido y amado barrio, es momento de escribir esta epístola que vengo pregonando desde hace tantos años.

Tampoco esta demás decirle que trabajo en mi local de La Boca desde hace 10 años y que en transcurso de esos 10 benditos años me han robado 4 veces a mano armada e intentado hacerlo otras tantas, que mi cuadra es una verdadera “Boca de Lobo” por las noches y que la iluminación de la misma a sido una constante denuncia y que los problemas se “pseudo-solucionan” únicamente cuando hay elecciones y que se “tapan baches” para “pozos existentes” que seguirán siéndolo si no se los toma de raíz, amén de las inundaciones que se producen cuando una leve llovizna de 4 mm sopla estos lares; único e individual suceso que nos asemeja y pone a la par (solo en lo referente al agua) con lugares como Venecia, Nordelta y el Tigre todo.

Muchas veces me pregunto y trato de ponerme en el pellejo de un político, como sería yo si lo fuera, pero rápidamente esa idea se desvanece en mi conciencia, no podría soportar “decir algo” para después no cumplirlo y no porque fuera hipócrita, sino porque no dependería de mí, siempre depende de otros, pero, ¿quiénes son o serían esos “otros”?, lamentablemente son los que me permitirían llegar al poder, los que ponen el sutil dinero, los que en definitiva manejan y tienen las riendas de “Yo, el títere” de turno. No poder ver plasmadas todas esas ideas que dije y afirmé para llegar al poder, sería como ver desplomarse una pirámide de cartas debido al inminente soplido de mi dependencia económica. No podría dedicarme a la gente, pero si a “devolver favores” a quienes lograron que llegue a donde estoy y que en definitiva terminarán siendo quienes me correrán cuando más no sirva; todo esto parecería una joda si no fuera una verdad tan grande e irrefutable como una casa.

Comprendo, entiendo y reconozco que no pagar los impuestos es un acto que, en su momento, fue de rebeldía, pero que puede “NO” caer en el olvido si se materializa el “porque” en la persistencia de no hacerlo hasta la fecha.

Mi objetivo desde el día en que dejé de abonarlos fue el de pensar en qué hacer con ese dinero sabiendo que no me pertenece explícitamente, que si bien lo poseo y hago uso y abuso del mismo, siempre se lo deberé a la “gente”, a mi vecino/a de una u otra manera. También sabía y sé que acomodarme en uno de esos planes de pago o moratoria era y es volver a caer en una rueda que seguirá girando y que siempre será “más de lo mismo”, fue entonces que me percaté del cambio, percibí y percibo una posible solución que solo depende de la BUENA VOLUNTAD del gobernante de turno y que no interviene con su “dependencia” sino que, al contrario, lo beneficia por donde se lo mire, y no solo a estos últimos, sino que beneficia en mi caso puntual a mis vecinos, a mi barrio y por extensión a toda la ciudad.

Mi propuesta es de trabajo, que obviamente no es gratis, sino que dependerá en gran medida de la deuda en cuestión y será proporcional a la misma, ¿qué tipo de trabajo?, pues bien, en mi querido barrio estamos faltos de muchas cosas y en lo que a mi aspecto refiero, soy bueno en herrería, albañilería, electricidad y me doy maña con todo tipo de trabajos manuales; ahora bien, ¿cómo se conecta la susodicha deuda con todo esto?, vamos a intentar aclararlo: por ejemplo, a pasos de mi hogar hay una plaza a la que le faltan bancos, que si bien fueron pedidos en su momento por mí y otros vecinos, nunca los pusieron y he aquí una alternativa que puede llegar a buen puerto si es administrada diestramente por alguien con VOLUNTAD. 

Estoy dispuesto a fabricar esos bancos, y no solo estoy dispuesto, me siento capaz de hacerlo CORRECTAMENTE y no dejarlo a la deriva como esas intangibles ideas políticas que nunca llegan a puerto alguno.

He aquí una propuesta, una idea, un deseo, una ayuda que puede provocar una revolución en la forma de ver y pensar las cosas en la Ciudad de Buenos Aires, podrá parecer una loca y absurda contienda, podrán decir que es un pensamiento efímero, fugaz y sin fundamento, pero no pueden decir que es real y que también lo es la falta de bancos en esa y otras tantas plazas, como también son realidad muchísimas otras tantas demandas que posee la ciudad y que podrían evacuarse con esta inusual propuesta.

La voluntad y determinación de un pueblo es la que hizo y hace a la historia, me comprometo a manejar y llevar a cabo esta empresa de la mejor manera y con la mayor de las responsabilidades, propongo, además, que se sumen no solo las “plazas sin bancos” sino todo instrumento que haga ver a la gente en la realidad en la que vivimos.

Materializar esta enmienda daría como resultado no solo el hecho de haber pagado mi deuda con el fisco y con la gente, sino también ver plasmada con absoluta coherencia mis impuestos en algo tangible, visible, palpable, algo que me llenaría de orgullo a mí y a los que me rodean, sería como haber aportado una pequeña e insignificante solución, haber sacado un grano de arena de entre las dunas de problemas que nos aquejan, pero sin dudas un gran aporte a la sociedad en su conjunto.

Demás esta decir que poseo una ciega esperanza en que el cambio es posible y que si esto llegase a concretarse doy por hecho que será para muchos vecinos un símbolo de unión y fe en que los problemas pueden encontrar soluciones y que más allá de las ideologías políticas y credos de cada ser humano, la mutua ayuda crea, une y afianza raíces.

Tengo la ilusión que de hacerlo solo por una vez y para “ver que puede llegar a pasar.....” y que con probarlo nada se perdería, esta idea se propagaría como una epidemia de beneficios para todos los habitantes de mi barrio; que de hacerse pública muchos ciudadanos que no pueden pagar con dinero, bien lo harían con el sudor de su frente, generando una confianza personal en ellos sabiendo que contribuyeron con el prójimo aunque sea en un mínimo acto de suma importancia para con nuestra idiosincrasia.

Demás esta decirle que el contrato sería inmediato y sin burocracia mediante, por lo menos de mi parte. Poseo ya mismo los planes de trabajo para llevar a cabo dicha empresa en tiempo y forma. Me encuentro a su disposición para lo que usted disponga, más, me gustaría recibir una respuesta a ésta.

Sin otro particular deseo, lo saludo Atte.
Ariel Esteban Robbio
DNI 23509961