“Queremos crear el estado de opinión”

 

REPORTAJE A SERGIO ABREVAYA. A tres meses de dar el puntapié inicial, el presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad explica cuáles son los objetivos de este nuevo organismo de consulta y análisis de las problemáticas porteñas.

 

“Queremos crear el estado de opinión”

 

Por Martina Noailles
Para la Cooperativa E.B.C.
Sergio Abrevaya cambió su despacho en la Legislatura porteña por una vista increíble de la avenida 9 de Julio, con el Teatro Colón como telón de fondo. Después de 4 años como diputado porteño por la Coalición Cívica, este radical de 48 años fue el elegido del jefe de Gobierno Mauricio Macri para ocupar el cargo de presidente del Consejo Económico y Social. Por eso, en esa oficina que huele a nuevo, Abrevaya es el encargado de reunir cada mes a 26 dirigentes sindicales, empresariales, académicos, sociales y religiosos para debatir sobre la Ciudad de Buenos Aires. Su objetivo es transformar a este nuevo organismo en un canal de diálogo y consulta.   
 
- ¿Cómo nace el Consejo?
- Fue uno de los organismos soñados en la Constituyente de la Ciudad de Buenos Aires. Fue creado en la Constitución de 1996 pero recién en el 2009 se aprobó la ley, luego de un amparo de la Confederación General Económica (CGE), algo similar a lo que ocurrió con las Comunas.
- ¿Por qué recién ahora?
- Nadie quiso integrarlo nunca. Iba a ir (Enrique) Olivera en un momento pero después desistió… Yo creo que nadie le tenía fe a lo que puede desarrollar. Ahora, cuando yo pensé el Consejo lo pensé con un fin específico que se va a cumplir ahora -no con toda la fuerza que yo quería pero igual- que es desarrollar la Ley de Congreso Pedagógico que se aprobó el año pasado en la Legislatura pero que después Macri vetó.
- ¿De qué se trata?
- Este fue el primer tema que aprobó el Consejo. Es un debate para la actualización de contenidos pedagógicos en el sistema educativo. Específicamente sobre educación media, porque es donde la crisis está más clara. ¿Por qué es bueno que se debata en el Consejo? Confirmé que es imposible en esta Legislatura debatir una ley de fondo sobre la educación. Es edificio o estatuto. Todo el sistema es conservador, estén a la izquierda o a la derecha todo lo que dicen es para que no le toques nunca el mundo en el que están. Pero en los últimos 15 años, la brecha entre el viejo sistema y lo que se necesita se agigantó. Hoy la construcción de conocimiento está en otro lado, en Internet, en Wikipedia, en Google. Si no brindás la herramienta moderna en todo el sistema educativo sólo la va a tener aquel que acceda a una educación privada alta. Aunque todos accedan a Internet.
- ¿Cómo lo abordan estos actores?
- Acá hay, por ejemplo, gremios que en los últimos 10 años cubrieron los déficit del sistema. Ellos dicen “estamos hartos que se considere no formal la educación gremial”. ¿Qué es lo formal hoy? La Uocra tiene los mejores pedagogos de la Ciudad y hace 10 años que la salida laboral está ahí. Y lo cubrieron como pudieron. También están las empresas. La tercera pata son las universidades que te dicen que lo que reciben no está a nivel. Entonces tenés un trípode central. Y además tenés las fe que tienen sus escuelas. Pero estos tres son los interesados de que las cosas cambien y desde afuera. Así que se decidió abrir la caja de Pandora e ir para adelante.
- ¿Creen que saldrá un proyecto para llevar a la Legislatura?
- Yo no me animo a que salga una conclusión cerrada porque en realidad eso le corresponde a la Legislatura, sus técnicos y diputados. Acá lo que falta es crear el estado de opinión, crear algo que convierta en insoslayable esa ley. Esto puede tener como final “por favor reformen la educación media” o un poco más, con ejes planteados.
- Además de la educación, están abordando el perfil socio productivo de la Ciudad…
- Sí, es otra pata del Consejo. Acá están los productores independientes (Capit), uno de los sectores de mayor desarrollo en estos años y que viene con mucho mercado afuera. Está Jorge Britos de la Asociación de Bancos. Está el decano de Ciencias Económicas de la UBA que contó, por ejemplo, que la Ciudad tiene entre grado y posgrado medio millón de chicos estudiando, que alquilan, gastan, que hacen de la Ciudad una referencia del posgrado en Latinoamérica… bueno, sobre ese sector nunca se trabajó. Otro tema innovador es la marca Buenos Aires, que estaría bueno que salga de acá para que no quede vinculada al logo de una gestión.
- ¿Temas como vivienda y salud se abordaron?
- Uno de los temas que más movió es vivienda. Empezamos a hacer reuniones entre CTA y ADEBA para explorar posibilidades de crédito diferentes desde el mundo privado. Hay un corte que es el que puede y el que no pagar un crédito. Para abajo está el Estado. Pero hoy el que puede pagar no lo puede obtener por que los requisitos no se lo permiten. Esa es una franja para trabajar. También se generó el debate de si puede vivir más gente en la Ciudad. Yo creo que si, otros que no. La Ciudad no creció, crecieron los asentamientos. Tiene 3 millones desde hace 50 años. En los últimos 15 años ningún gobierno estuvo a la altura de la demanda de vivienda. No sólo es que Macri no hizo vivienda, que no hizo. Y es probable que a la Ciudad le haya salido más caro todo lo que armó alrededor de no haber hecho vivienda, que la vivienda misma.
- ¿Y salud?
- Salud es un sector que toda la vida caminó solo. La Ciudad tiene la oferta de hospitales más grande del país, la concentración de aparatología, laboratorio, privadas… pero nunca hubo una política pensando: somos la capital del MERCOSUR de la salud. Las cosas ocurrieron. La pregunta es cómo sería si tuviésemos política. Eso es discutir el perfil económico y productivo de la salud. Que podamos decirle a la Legislatura y al Ejecutivo “miren, esto viene por acá, hay que ir para allá”. Lo interesante es que lo debaten actores que están en negocios de lo productivo.
- ¿Sirven estos debates?
- Creo que el Consejo se convierte en más útil en momentos en que la tensión política es mayor, porque te da la posibilidad de que conversen actores principales de la política no partidaria. La política en los últimos años, de Menem para acá, se transformo en un mundo de espejos. Y es muy interesante porque acá los integrantes del Consejo se dicen las cosas, no se acusan entre sí, se dicen y se contestan. Tal vez de acá salgan iniciativas parlamentarias pero si no, al menos en la Legislatura podrán decir “mirá, se debatió ahí”, donde todos de alguna manera u otra pueden referenciarse. Porque sino en este mundo de espejos nadie hace nada. Porque podés ser acusado de algo, entonces nunca resolvés nada.