EDITORIAL AGOSTO

Organizados, el techo se acerca 

Por Martina Noailles
Se sabe. Pero siempre vale la pena recordarlo. Imitarlo. Multiplicarlo. En las últimas semanas, dos hechos reafirmaron la importancia (y la urgencia) de la organización de los vecinos de La Boca en la lucha por su derecho a la vivienda.
 
En la edición de Sur Capitalino de julio, bajo el título “El Instituto de la No Vivienda”, relatamos la situación que estaban atravesando las familias de Brin 1252, luego de que el IVC apelara una decisión judicial que lo obligaba a hacer efectivos dos créditos que el mismo organismo había aprobado meses antes. ¿El argumento? Que el conventillo estaba en malas condiciones estructurales y que era “inhabitable”. El dinero tenía (y tiene) como fin que las 15 familias que conforman la Cooperativa Crecer en Brin puedan comprar el lugar en el que viven hace largos años y que, si se ejecuta la orden de desalojo, deberían abandonar. Una vez adquirido, podrán recibir un subsidio de Nación para ponerlo en condiciones.

 

EDITORIAL AGOSTO

 

La pésima noticia duró unos días: La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil rechazó el planteo del IVC y confirmó lo que había ordenado el juez de primera instancia Gustavo Caramelo. Tras el fallo, el organismo encabezado por Emilio Basavilbaso deberá acreditar los préstamos a las dos familias que lo tenían aprobado, y el Ministerio de Desarrollo deberá pagar los subsidios habitacionales al resto. Según decidieron solidariamente los vecinos, todo ese dinero irá a un fondo común para comprar el inmueble. Una salida colectiva.
 
De la misma forma, juntos, los integrantes de la Cooperativa de Vivienda Los Pibes (CO.VI.L.PI) decidieron movilizarse al edificio del Instituto de la Vivienda para reclamar por el incumplimiento de los acuerdos y avances de obra que les impide terminar las 33 viviendas que están construyendo en Lamadrid y Brin. Hartos de esperar y “agotados de los maltratos y argumentaciones falsas que solo sirven para demorar la obra”, los vecinos se plantaron en el IVC para que cumpla con lo que había acordado un mes antes. Luego de varias horas de espera y dilaciones, Basavilbaso los atendió y se comprometió a una nueva fecha, la que esta vez cumplió.
 
El proyecto habitacional de COVILPI se presentó en el IVC en 2003 en el marco de la ley 341. Y en 2007 comenzaron a construir. Hoy, 7 años después y con el 88 por ciento de la obra terminada, los vecinos volvieron a demostrar que con unidad y solidaridad se le puede arrancar al Gobierno porteño ese derecho humano que según la Constitución de la Ciudad tiene la obligación de garantizar.
 
Nada de esto es un regalo. Tanto las familias de Brin como los miembros de COVILPI son beneficiarios de créditos de la ley 341. Y créditos son préstamos. No subsidios. Los vecinos lo devolverán. Sin moños, con organización.