Los datos son contundentes y se desprenden  del informe de ejecución presupuestaria dados a conocer por el Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El Ministerio de Cultura ejecutó sólo un 5% sobre el total. La jefatura de Gabinete, un 10,7%. El Ministerio de Desarrollo Económico, 12.8%. Ambiente y Espacio Público, un 22,8%. Desarrollo Urbano, un 26,8 %.

Durante los dos primeros trimestres de este año los fondos sancionados para Vivienda tuvieron una de las ejecuciones más pobres. A pesar de la crisis habitacional el gobierno porteño destinó apenas $2,14 de cada $100 para resolver la problemática, exactamente la mitad de lo estipulado para la Seguridad. A su vez, de los fondos estipulados para Vivienda, el PRO gastó menos del 36%.

A través del programa “Mejoramiento de villas” se gastaron solo 6 millones de los más de 38 millones que fueron sancionados.  Algo similar sucedió con “Hábitat”, programa que también depende de la Secretaría de Hábitat e Inclusión, en la primera mitad del año gastó apenas el 14% de sus fondos.

En tanto, el Instituto para la Vivienda, sólo entregó 350 mil pesos de los 3 millones que tiene para el programa “Reintegración, integración y transformación de villas”.

También se destacan  bajísimos niveles de ejecución en las obras referidas al Programa de Gestión de Riesgo Hídrico, Unidad de Proyecto Especial del Arroyo Maldonado que alcanzó sólo un 6.4% de ejecución del vigente y el desarrollo del Nuevo Distrito Gubernamental con un 12.1%.

Otros programas del Ministerio de Desarrollo Urbano con baja ejecución son las referidas a la ejecución y rehabilitación de Obras Complementarias contra las inundaciones que alcanzó el 35,3%, las Obras de Infraestructura Urbana alcanzaron un  41 % de ejecución y el programa vinculado a la Recuperación del Barrio Parque Donado-Holmberg sólo gastó el 26.8% del dinero asignado.

La ejecución de obras en los hospitales de la ciudad alcanzó sólo el 22,2% al finalizar el primer semestre del año, alcanzando apenas los $ 55.8 millones.

En relación a las problemáticas de Transporte, la utilización de los fondos para el Metrobus fue bajísima; apenas $2,36 de cada $100. Algo similar ocurrió con el dinero sancionado para los semáforos y la señalización de las vías; en el primer caso se gastó menos del 18%  y en el segundo solo un 5,13%.  Posiblemente esto explique por qué de las más de 51 mil señalizaciones viales propuestas en el Presupuesto solo se lograron 1.768.

Las obras de infraestructura del subterráneo no escapan a esta lógica. En la primera mitad del año se gastó apenas el 34% de lo sancionado para ese fin. A su vez, la Dirección General de Transporte, encargada de ordenar el transporte público y privado de pasajeros apenas dispuso $21 de cada $100 que tenía disponibles.

Apenas algunos de los datos oficiales que permiten conocer las prioridades del gasto público  y  verificar el cumplimiento del presupuesto que cada año vota la Legislatura.

Fuente: La Fábrica porteña