Ni una menos: seis años del grito colectivo

Se cumplen seis años de esa plaza desbordante donde miles de mujeres y disidencias transformaron la consigna Ni una menos en grito colectivo, en cuerpo-marea para decir basta a la violencia machista y exigir que no nos falte ni una más.

Ni una menos: seis años del grito colectivo

El grito colectivo empujó para que los reclamos por violencia de género y los femicidios dejaran de ser temas marginales y pasarán a formar parte de la agenda pública de medios y gobiernos. Estamos lejos aún de poner fin al machismo estructural que formatea nuestras sociedades patriarcales, pero se logró desnaturalizar sus prácticas, sus discursos y, sobre todo, sus silencios.

Este año, sin la posibilidad del encuentro en las calles, el colectivo #NiUnaMenos convocó a un cartelazo que se hizo presente y tomó las paredes de barrios, plazas y ciudades.

El aislamiento obligó a muchas mujeres a permanecer en sus casas, muchas veces,  junto a sus agresores. Durante el primer año de pandemia, hubo un 40% más de denuncias a las líneas de atención por violencia de género.

Las últimas cifras oficiales sobre femicidios, difundidas el fin de semana por la Oficina de la Mujer de la Corte, revelan que el año pasado hubo 251 víctimas.  Esto significa, una mujer, trans o travesti asesinada cada 35 horas.

Este año, los números no son más alentadores.  Un informe de la organización MuMalá-Mujeres de la Matria Latinoamericana registró un total de 94 femicidos en lo que va del 2021, entre ellos 15 vinculados y 4 trans-travesticidios, lo que significa uno cada 38 horas.

Además, la pandemia expuso con mayor crudeza las desigualdades de género.  La precarización laboral, la exigencia por las tareas de cuidado no remuneradas, la presencia de mujeres en la primera línea sosteniendo la salud y el trabajo comunitarios en los barrios.  Según datos de la Encuesta Permanente a Hogares del INDEC, en el tercer trimestre de 2020, 7 de cada 10 personas asalariadas empleadas en las actividades esenciales para combatir el virus, fueron mujeres.

Todavía hay mucho camino por recorrer en la lucha feminista, pero si algo marcó el Ni una menos es la conciencia de que el camino es colectivo, latinoamericano, antirracista, anticolonial y antifacista.

La historia

Un tuit de la periodista Marcela Ojeda, tras conocerse el brutal asesinato de la joven, Chiara Páez, el 11 de mayo de 2015, fue la mecha que encendió el hartazgo colectivo. “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales... Mujeres, todas, bah... ¿No vamos a levantar la voz? Nos están matando”. Tres semanas más tarde, se convocó a una manifestación frente al Congreso que marcaría un antes y un después en la historia de las luchas feministas en Argentina y en el mundo.

Ni una menos “es un grito colectivo contra la violencia machista. Surgió de la necesidad de decir ‘basta de femicidios’ porque en Argentina cada 30 horas asesinan a una mujer sólo por ser mujer. La convocatoria nació de un grupo de periodistas, activistas, artistas, pero creció cuando la sociedad la hizo suya y la convirtió en una campaña colectiva”, afirman desde el Colectivo Ni Una Menos.