Una herida abierta

Allí, donde hace ocho años el fuego intencional transformó en cenizas los papeles de grandes empresas denunciadas por lavado de dinero. Allí, donde la caída de una estructura que no debería haber estado habilitada provocó la muerte de doce personas que fueron a salvar vidas. Allí, ante familiares, compañeres y amigues que con el corazón estrujado siguen exigiendo justicia, se proyectó por primera vez En cumplimiento del deber, un documental que es denuncia y reconocimiento.

Una herida abierta

Es viernes por la tarde y en la esquina de Jovellanos y Quinquela Martín se ajustan los preparativos. El técnico calibra la pantalla gigante montada sobre un camión. Otras personas acomodan, cuidando las distancias, cerca de 200 sillas que ocupan casi media cuadra. A un lado, el memorial que recuerda a quienes murieron por el incendio de Iron Mountain da el contexto. Prueban el sonido. La música que acompaña la espera es serena. En un momento se escucha a Liliana Herrero entonando la Oración del remanso. Como un rezo. En un par de horas, cuando caiga la tarde, comenzará la proyección.

De a poco se arriman vecinas y vecinos, y el bullicio de los encuentros y las primeras charlas empieza a darle vida a la jornada. Llega una delegación de bomberos y bomberas voluntarias de Vuelta de Rocha, también del cuerpo de bomberos de la Policía Federal: en ambos casos, se trata de los compañeros y compañeras de quienes perdieron la vida en esa misma equina, ocho años atrás. Son recibidos con aplausos, muestras de valoración y respeto. También se suman a los preparativos los familiares de las víctimas, quienes vienen sosteniendo el reclamo de justicia y son protagonistas del documental que está a punto de proyectarse por primera vez. Cerca de las siete y media de la tarde, la hora de la convocatoria, las sillas no alcanzan y cientos de vecinos y vecinas se acomodan a los costados, de pie. O sentados en los cordones, como hace Cecilia Roth, la actriz invitada a la función porque es quien le pone voz al relato documental. También desde los balcones y ventanas de las casas linderas se suman a presenciar el estreno.

Lo que sigue, después de las palabras de presentación, es la exhibición de “En cumplimiento del deber”, el documental que devela la trama oculta detrás de las llamas. Ya con las primeras imágenes, un llanto de angustia se deja oír desde el lugar donde están los bomberos voluntarios. Es el dolor de Nora Fernández, mamá de Facundo Ambrosi, fallecido tras el incendio. También ella es bombera voluntaria, al igual que lo fue su hijo. El día de la tragedia estuvo en el cuartel, de guardia. Facundo agonizó 12 días, fue la víctima número 10. Los compañeros de Nora se le acercan, y el llanto no cesa, aunque ella parece lograr algo de sosiego en medio de los abrazos. No es la única que lagrimea. El documental avanza y se revela como mucho más que una denuncia: con una producción muy cuidada, un minucioso trabajo de investigación y, sobre todo, con la sensibilidad apropiada al dar voz a los familiares de las víctimas, la filmación resulta un llamado a la memoria, un reconocimiento a quienes reclaman justicia sobre un hecho doloroso que aún es una herida abierta.

Fuegos impunes

Iron Mountain es una empresa de capitales norteamericanos que ofrece el almacenamiento de documentación e información sensible a grandes compañías. Opera en más de 60 países, incluyendo la Argentina. Sí, Iron Mountain sigue brindando servicios en el país, aún después de la tragedia. Como si nada. En su página web dice contar con "Edificios a prueba de todo", y asegura que sus depósitos cuentan con "construcciones a prueba de incendios y tomas de agua confiables". Sin embargo, uno de los puntos fuertes de la investigación que se muestra en el documental desmiente esas afirmaciones, y no solo por el incendio provocado en Barracas.

* En 1997, tres incendios consecutivos los días 7, 10 y 20 de marzo en sus depósitos de Nueva Jersey, Estados Unidos, acabaron con la documentación de 200 empresas.

* En 2006, otro incendio destruyó el contenido alojado en sus depósitos de Ottawa, Canadá. Eso sucedió el 11 de julio.

* Un día después, el 12 de julio de 2006, ardió otro de sus principales depósitos, esa vez en Londres, Inglaterra. Las llamas destruyeron todo lo que la compañía debía resguardar en un imponente edificio de 9 pisos que se extendía a dos manzanas. 200 bomberos debieron actuar durante 49 horas para apagar el segundo incendio más importante de la historia de la ciudad.

* En 2011, el 4 de noviembre, fue el turno de sus depósitos en la zona industrial de Aprilia, Italia. Todo el edificio ardió.

"¿Cómo una empresa que se jactaba de ser inexpugnable, de tener los estándares de seguridad más altos, podía prenderse fuego de manera tan asidua?" se pregunta Cecilia Roth en la película. Quienes más investigaron esos casos dan una respuesta contundente: Iron Mountain brindó almacenamiento de información delicada a grandes compañías, pero también la capacidad de hacer desaparecer documentación que pudiera dejar rastros de maniobras ilegales. Por eso los incendios.

En el caso de Barracas, a diferencia de los otros depósitos que ardieron en distintas ciudades del mundo, hubo muertos. El desmoronamiento de la pared lateral de 45 centímetros sobre el grupo de bomberos y rescatistas que combatían el fuego fue una consecuencia seguramente no buscada, pero predecible. Las primeras pericias tras el incendio establecieron que se originó en cuatro focos simultáneos, y que había material que aceleró la expansión incontrolable del incendio. La falta de controles y la complicidad del poder político local explican la impunidad que los responsables de esas muertes aún gozan.

Iron Mountain se instaló en Barracas en 2007 a instancias de Mauricio Macri (en ese entonces jefe de gobierno de la ciudad), que estableció esa zona libre de impuestos en nombre de un presunto "Distrito Tecnológico". La compañía aprovechó el regalo, aunque el depósito que allí estableció nada tuviera que ver con la actividad tecnológica o productiva que se buscaba promover. Los familiares explican que, mientras Macri fue jefe de gobierno primero y presidente después, para ellos todas fueron trabas. "Me ordenaron que no investigue Iron Mountain porque llamó Macri", se le oyó decir a Edgardo Castro, en aquel entonces inspector de la Ciudad. El periodista Ricardo Ragendorfer denunció que el fuego también destruyó una caja con el rótulo “Coimas Perú”, depositada por Sideco, una de las empresas de la familia del expresidente.

"Para mí, mi hijo había muerto en un incendio... No sabía que Iron Mountain prendía fuego el mundo", dice Mimí, madre de Sebastián, uno de los bomberos voluntarios de Vuelta de Rocha que murió aquella mañana fatal.

El documental, dirigido por Jorge Gaggero, contó con un equipo de investigación del que formó parte Pablo Waisberg, periodista y vecino del barrio de La Boca. Al terminar la proyección, compartió la emoción con los familiares, compañeros y compañeras de trabajo.

–Con el aplauso final te da la sensación de que para algo sirvió, que el documental puede ser reparador para muchos familiares. Pero verlo me sigue generando mucha bronca. Se trata de gente que fue con la intención de salvar vidas y murió por salvar papeles.

–Ante la falta de sanción a los responsables, ¿el documental es también una forma de hacer justicia? –preguntamos.

–No sé si justicia... –concluye Pablo– Puede ser algo reparador, mostrar que esas vidas tienen un sentido... Pero hasta que no haya condenas, no habrá justicia.

Liliana Barícola, la hermana del rescatista Pedro Baricola, coincide: “El poder judicial actúa con parcialidad, jamás harán justicia por el pueblo; en estos ocho años solo respondieron al poder político neoliberal y a los empresarios inescrupulosos”.

Por último, expresa un reconocimiento que contrasta con la desidia de los de arriba:

–Quiero agradecer al grupo vecinos de Barracas que en el peor momento cobijaron a nuestros hijos, hicieron lo que no pudimos hacer quienes estábamos lejos, enterándonos por la televisión. –Liliana eleva la mirada a quienes presencian la ceremonia con atención desde los balcones de las casas vecinas; con la voz quebrada, agrega: –Gracias por ser tan respetuosos al acompañarnos cada año. Gracias infinitas...