Cómo prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico

Tras la noticia de la menor de 13 años fallecida el lunes en el Sanatorio de la Trinidad, a causa de complicaciones derivadas de un Síndrome Urémico Hemolítico, el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires público algunas recomendaciones para evitar más casos.
Cómo prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico

Si bien, hasta el momento no se ha detectado ningún otro caso de SUH en alumnos de la escuela del Barrio de Saavedra, profesionales médicos del Área Programática del Hospital Pirovano se contactaron con los directivos de la Escuela Nº 12 -Crámer 3271- para hacer un seguimiento de la salud de sus alumnos, e informar a toda la comunidad escolar sobre las medidas de detección temprana y prevención de esta enfermedad.


Algunas recomendaciones generales

• Amamantar a los menores en etapa de lactancia, para reducir el riesgo de manipulación y contaminación de alimentos.


• Beber y cocinar siempre con agua potable.


• Lavarse las manos antes y después de preparar alimentos.


• Lavarse las manos antes y después de ir al baño, y/o del cambio de pañales.
• Los propios alimentos crudos son con frecuencia fuente de contaminantes, pues albergan en circunstancias naturales agentes patógenos o proceden de animales infectados.


• Es importante la rápida refrigeración de los alimentos cocidos (no mantenerlos a temperatura ambiente).


• Cocinar los alimentos de manera homogénea y uniforme, especialmente aquellos de origen animal (no deben quedar partes centrales a medio cocer), de modo de esterilizar a través del calor los posibles agentes patógenos contaminantes, o sus toxinas.


• Recalentar correctamente aquellos alimentos preparados con antelación.
• Limpiar los cubiertos, tablas, y/o mesadas utilizados para cocinar.  No utilizar los mismos utensilios (cuchillo, tenedor, cuchara, etc.) para los alimentos crudos y los cocidos.


• Lavar las frutas y verduras con agua segura.


• Evitar consumir productos expendidos en la vía pública o de fabricación casera; jugos, lácteos y bebidas no pasteurizados; embutidos no debidamente controlados por el SENASA; quesillos de cabra, etc.


• Las personas que estén cursando enfermedades dermatológicas, respiratorias agudas, gastrointestinales, y/o parasitarias, pueden transmitir microorganismos contaminantes, a través de la manipulación de alimentos.