“El amor vence al odio”
Cuando abrió la puerta de su casa-merendero de La Boca, Roxana Cainzos jamás se imaginó que se encontraría con semejante sorpresa. El chapón con la cara y el nombre de su hijo Nehuen, que había de desaparecido hace diez meses de la entrada al barrio, volvía de la mano de un hombre que desconocía pero que estaba casi más emocionado que ella. Darío, trabajador de Espacio Público de la Ciudad, hacía rato que la buscaba...