Cuatro años de impunidad

El domingo pasado se cumplieron cuatro años del asesinato de la Secretaria General de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) Rosario, Sandra Cabrera, quien había denunciando a la policía por coimas y complicidad en la explotación sexual infantil. Cuatro años después, el crimen sigue impune.
Cuatro años de impunidad

Información de Prensa
Buenos Aires, 17 de enero de 2008 (AMMAR Rosario).

El 27 de enero de 2004, un balazo en la nuca acabó con la vida de Sandra Cabrera, secretaria general de AMMAR Rosario y dirigente de la Central de Trabajadores de la Argentina. Cuatro años después, el crimen sigue impune. La causa está prácticamente cerrada y el único procesado, el policía Diego Víctor Parvulczyk, fue sobreseído por el juez Alfredo Ivaldi Artacho, quien argumentó “falta de pruebas”. La pista policial se dejó de lado a pesar de que Sandra Cabrera había sido amenazada en reiteradas oportunidades, luego de que sus denuncias por coimas y el amparo de la policía a lugares de explotación sexual infantil lograran la destitución de un jefe, un comisario y un subcomisario de la división de Moralidad Pública de la Policía de Santa Fe.
 
Días después del asesinato de Sandra Cabrera, finalmente el gobierno de Santa Fe disolvió la división policial de Moralidad, que la secretaria general de AMMAR Rosario denunciaba. Lo que no hicieron ni el Poder Judicial, ni el Poder Legislativo de Santa Fe, ni la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación fue involucrarse activamente en la investigación del crimen de Sandra, como se habían comprometido.
 
Tampoco anularon los artículos 83, 87 y 93 del Código de Faltas de la provincia de Santa Fe, que son las herramientas para la extorsión, el abuso y la violencia policial.
 
Hoy la causa está prácticamente cerrada y las trabajadoras sexuales de AMMAR no pudimos ser querellantes en la causa por dos motivos: por un lado porque el Código Procesal Penal santafesino impide que los representantes de la víctima actúen como querellantes, pero además porque en 2004 la Inspección General de Justicia (IGJ) se negaba a reconocernos argumentando que la organización de las trabajadoras sexuales no era ningún aporte al “bien común”. Luego de una larga lucha, hoy tenemos la personería. Pero no tenemos a Sandra.
 
Sandra Cabrera denunció la trata de personas cuando muy pocas voces se animaban a hablar del tema. Defendió a las trabajadoras sexuales del mayor proxeneta, que es la policía, hasta las últimas consecuencias.
 
Desde la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina decimos: No a la impunidad, Sí a la justicia. A Sandra la asesinaron, pero Sandra no murió. Vive en la lucha de cada compañera que se pone de pie y se organiza para cambiar tanta desigualdad e injusticia.
 
¡ Sandra Cabrera Presente!

Fuente:  Agencia Wlash