Las Abuelas recuperaron al nieto 103

Se trata de la hija menor de Cecilia Beatriz Barral y Ricardo Horacio Klotzman, una pareja de militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo desaparecidos el 2 de agosto de 1976 en la ciudad de Rosario.  La joven, identificada por la justicia federal de Rosario a través de un examen de ADN, nació durante el cautiverio de su madre en Centro Clandestino de Detención "Quinta Operacional de Fisherton".  
 

Las Abuelas recuperaron al nieto 103

La hija de una pareja de militantes del ERP desaparecidos en Rosario durante la última dictadura fue identificada ayer a través de un examen realizado por el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), ordenado por el juez federal Nº 4 Marcelo Bailaque.

La causa por la desaparición de la pareja del ERP se inició en Santa Fe, donde fue entregada en adopción la beba, pero luego fue trasladada a Rosario, lugar del secuestro de sus padres, explicó a Télam el titular de la Secretaría de Derechos Humanos de los tribunales federales, Gonzalo López Quintana. 

El caso de esta nieta llevaba varios años de tramitación en la justicia federal.  La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo se constituyó como querellante para que el ADN de la joven pueda ser analizado por el personal del Banco Nacional de Datos Genéticos "y no por el Cuerpo Médico Forense, tal como había solicitado la defensa" y también que pueda ser cruzado con todos los grupos familiares que se encuentran en el Banco. 

En el momento de su secuestro, Cecilia Barral estaba cursando un embarazo muy avanzado considerándose muy probable que ella diera a luz en ese estado de cautiverio. Según pudo establecer la investigación, Barral parió en cautiverio y su hija fue trasladada a los pocos días a una vivienda de Amenábar al 3000, en la ciudad de Santa Fe, donde fue criada por una familia adoptiva.

En diciembre del mismo año la beba fue inscripta en el Registro Civil de Santa Fe como N.N, y un día antes de que terminara 1976 la familia adoptiva la anotó con su apellido, que no trascendió, y el nombre María.

De acuerdo a la investigación, luego de transcurrido un año de guarda se iniciaron los trámites de adopción plena ante el juzgado en lo Civil y Comercial de la 9ª Nominación, dictándose sentencia en diciembre del año siguiente.

Treinta y cinco años después del secuestro de sus padres María pudo reencontrarse con su hermana Ana, quien motorizó la investigación que le permitió recuperar su verdad, su historia y su identidad.