A través de un comunicado, el organismo porteño encargado de administrar el sistema de subterráneos, sostuvo que “era muy claro que se necesitaba una tarifa mayor” y agregó: “mientras el boleto de subte aumentó un 57 por ciento entre el 2001 y el 2011, la nafta super se encareció el 360 por ciento; la leche, un 496 por ciento, y los salarios según el Indec, el 398 por ciento”.

Desde la oposición reclamaron que la suba sea sometida a audiencia pública tal como lo establece la ley local 210 para el caso de modificación de tarifas de servicios públicos. El auditor Eduardo Epszteyn aseguró que presentará un recurso de amparo para garantizar que se siga lo estipulado por la ley.

Por su parte, el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, no descartó que cuando se realice la transferencia definitiva del sistema, se convocará a una audiencia para “discutir tarifas a futuro y un mecanismo para subsidiar la demanda”.