Primer terciario en Isla Maciel

Hace menos de un año, la fundación Valdocco abrió las carreras de turismo social y deporte, tiempo libre y recreación. Funciona dentro del convento y es abierto, laico y gratuito. Por Lucrecia Raimondi.

Primer terciario en Isla Maciel

En Isla Maciel funciona desde hace 10 meses la primera propuesta de educación superior. Una institución privada de fe católica y con financiamiento mayormente estatal, impulsa un proyecto de Terciario Social con las carreras de Turismo social y Deporte social, tiempo libre y recreación. No exigen condiciones ni dinero para ingresar y permanecer: en la Fundación Valdocco la oferta educativa es abierta, laica y gratuita.

La “Casa Valdocco” funciona en un cuarto del convento de Isla Maciel, en José María Montaña 445. La fundación tiene un equipo de 14 docentes que prestan apoyo escolar, las clases formales del terciario, más los talleres productivos y de arte. Algunos fines de sema- na programan actividades comunitarias o excursiones socioeducativas. Dan servicio a diez estudiantes entre 19 y 58 años.

Daniela, coordinadora de Valdocco, explica que ellos trabajan para vivir, estar y comprender lo que le pasa al otro, le prestan atención al detalle y eso les requiere una dedicación particular. Buscan un método personalizado que presenta los contenidos académicos desde el punto de vista del alumno, cada uno a su tiempo, con su forma.

En el patio del convento hay un mural, mosaicos que bendicen donaciones, foto- grafías del Che Guevara, el Gauchito Gil, el Padre Mujica, la Virgen de Guadalupe y Monseñor Romero. Allí, el terciario colabora con sus alumnos para mantenerlo y lo toman como espacio de encuentro. Cualquier vecino interesado puede participar de las propuestas extracurriculares y el acercamiento lo promueven los estudiantes de Valdocco. “Los chicos dicen que encuentran contención y estímulo a crear un proyecto de vida”, comparte el coordinador Nicolás.

Cecilia, Paola, Silvia y Epifanía cursan Turismo Social. Ponen en práctica sus conocimientos, crean un tour por las calles de Isla Maciel y revisan su propia historia: exponen las zonas bajas y cuentan la inundación de petróleo en 1991; los murales ilustran que en mayo jugó el equipo de San Telmo después de treinta años sin patear la cancha; la casa de Pocho Eusebi, el artesano de botes, recupera la tradición de los astilleros y las mansiones de 1930, que ahora son fachada de conventillos, recuerdan una antigua desigualdad social que nunca dejó de existir.

El director del terciario, Pablo Poliakoff, relata que llegaron por un encuentro casual entre el cura fundador de Valdocco y actual secretario de SEDRONAR, Juan Carlos Molina, y Paco el cura de Isla Maciel. Ambos acompañaron a Cristina Fernández cuando Bergoglio asumió como Papa Francisco en el Vaticano. Los padres se pusieron en contacto porque la presidenta hizo el comentario de que el barrio necesitaba un terciario. La convocatoria se originó así con acciones comunitarias, contenida por los vecinos de Fundación Isla Maciel. En agosto de 2013 la primera camada inicia las clases del Terciario Social. “El tercia- rio se establece como una propuesta concreta, con la mirada puesta en devolverle a su propio lugar un proyecto armado para que toda la comunidad tome parte y confíe que la realidad de su barrio puede cambiar”, sintetiza Daniel, coordinador de deportes.