La Técnica de la solidaridad

 

Alumnos de la escuela Beltrán de Barracas idearon una calesita para chicos con movilidad reducida. Pensar en el otro fue el disparador del proyecto que competirá en la Feria Nacional de Ciencias. “Ganar es verla funcionando en las plazas”, aseguran los pibes. Por Verónica Del Vecchio

 

La Técnica de la solidaridad

 

Si hay algo que abunda en las calles de Barracas son las fábricas, las herramientas, las extensas jornadas laborales y el esfuerzo. Pero si a ese engranaje se le añade el valor agregado de la inclusión social, puede pasar algo similar a lo que ocurrió en la escuela Técnica Nº 10 Fray Luis Beltrán. Sin descanso y con un solo objetivo en común, alumnos y profesores le buscaron la vuelta para no dar tregua al individualismo e idearon una calesita para chicos con movilidad reducida que pronto estará a disposición de la comunidad.
 
“Lágrimas y orgullo”, “felicidad”, “ver que nuestro proyecto se hizo realidad”, resumen los chicos de entre 16 y 18 años al imaginar el momento en que el juego de la sortija se encuentre instalado en cada plaza. Ese motor los impulsó a quedarse fuera de clase, a trabajar alrededor de once horas en el prototipo sin notarlo, y como cuenta Facundo Marrero, alumno de 4º año, a “pensar en tercera persona”, a creer que si alguien quiere realizar un proyecto, por más difícil que parezca “puede esforzarse y llevarlo a cabo”.
 
La calesita innovadora comenzó a girar en sus cabezas un año atrás, cuando los profesores de tercer año de mecánica les propusieron presentar un proyecto para la feria de ciencias bajo la premisa de pensar en el otro. “Empezamos con una lluvia de ideas, pensando en que había alguna que otra calesita para discapacitados en las que los tienen que subir con las sillas y hamacarlos, pero nosotros quisimos que el mismo chico se hamacara”, relata Johanna Cabrera, profesora del taller de mecánica. En ese sentido, su compañero Pedro Susino explica con entusiasmo que el objetivo es que el chico “se sienta bien y no se sienta atado, que esos diez o quince minutos el pibe sea otro”.
 
El prototipo estuvo a disposición de los vecinos y curiosos durante la Expo Beltrán, el 16 de septiembre en las instalaciones de la escuela, en Vieytes al 900. Los nueve alumnos involucrados en llevar adelante el proyecto representaron al juego infantil como una plataforma circular a la altura del suelo, que funciona a través de un sistema de palanca para manos y pies. “Los chicos empujan la palanca y la calesita se impulsa y vuelve sola”, explica Johanna señalando la mini calesita que conlleva grandes promesas.
 
Según un relevo que realizó durante el 2013 el Servicio Nacional de Rehabilitación, solo en la provincia de Buenos Aires hay 17.115 personas menores de 15 años que posee algún tipo de capacidad diferente. El 12 por ciento de ese total, lo representan aquellos con alguna discapacidad motora. En ese sentido, Johanna cuenta que como grupo buscan “lograr la inclusión social, la motivación, la rehabilitación corporal, y por qué no, mental de los chicos”.
 
Fue durante la Bienal Biel + Light + Building, que tuvo lugar en La Rural el año pasado, que los integrantes del grupo “Calesa” pudieron mostrar su iniciativa frente al público de la industria a nivel internacional, entre otras exposiciones. Cada paso los llevó más cerca de su objetivo: construir la calesita en escala real. Así fue como “el Rotary nos propuso hacer la calesita, y el proyecto está pensado para el año que viene”, cuenta Susino.
 
Tras ganar el quinto puesto en la feria regional Innova a principios del mes pasado, el próximo desafío se les presenta pisando fuerte: del 9 al 14 de noviembre competirán en la 48 Feria Nacional de Ciencias en el predio de Tecnópolis, con la posibilidad de ir más allá y concursar en el exterior a nivel internacional. Si bien las expectativas son enormes, para este grupo de emprendedores la victoria implica algo mucho más profundo: “Nosotros lo único que hacemos es abrir puertas, porque el verdadero ganador es el que va a usar la calesita, dice con énfasis Stefanía Martin, profesora de la parte teórica de la materia de mecánica. Destaca, además, la importancia que tiene el trabajo en conjunto como generador de valores positivos dentro del aula, al pensar que “esto no es ni para vos ni para mí, es para alguien que no tiene lo que vos y yo tenemos, entonces yo te valoro, vos me valorás a mí y yo valoro al otro”.
 
Y ese sentimiento solidario es el que lograron transmitirle a sus alumnos. Al final de las jornadas de trabajo, María, Facundo, Valeria, Brian, Fernando, Sergio, María Eugenia, Román, Marcela, todos alumnos de entre 3º y 4º piensan un momento sobre qué significa ganar para ellos. Sergio dice sin mucha vuelta, “poner la calesita en un parque”. Todos concuerdan. Marcela piensa igual. Ganar es “pasar por una plaza y decir: en ese proyecto estuve yo”.