Homenaje y reivindicación

Familiares, vecinos y organizaciones recordaron a los miembros de la Junta Vecinal de Villa 21-24 que la dictadura asesinó el 29 de abril de 1976. Ese día también se llevaron a María Ester Peralta, embarazada de 5 meses, quien fue vista en la Esma, donde habría nacido el niño que aún se busca. Por Lucrecia Raimondi

 Homenaje y reivindicación

Teodoro y Marta Urunaga acercaban, con bronca y tristeza, flores a una fosa común en el cementerio de Bajo Flores. Ahí yacen los restos de su padre, asesinado en la última dictadura cívico militar por representar a sus vecinos. Ellos sabían que en algún punto de la villa de Barracas estaba la casa donde vivieron con él. Durante años bordearon los límites del barrio. No entraban. No encontrarían a Teodoro. Pero en 2012, el hijo de Marta reconoció el rostro de su abuelo en una foto de Facebook. Así descubrieron que, en una actividad, colocaron una baldosa con su nombre a puertas de la Casa de la Cultura Popular de Villa 21. Desde entonces, vuelven al barrio de su infancia a reconocer rostros y fachadas en su memoria, a agradecer que tengan presente a su héroe. “Nos llena de alegría y orgullo que recuerden lo que significó, que papá sea un ejemplo. Ahora tenemos dónde llevarle flores y eso nos llena de paz”, transmitieron emocionados los hijos de Teodoro Urunaga.

 
A 39 años del secuestro de los tres miembros de la Junta Vecinal, la Comisión de Derechos Humanos de la Villa 21-24 organizó el homenaje, por primera vez, junto con la Casa Central de la Cultura Popular, vecinos y organizaciones sociales. En medio de la villa, el 30 de abril alzaron un escenario sobre Iriarte al 3500. El evento convocó más de 200 personas. Mostraron la identidad del barrio junto al legado de Teodoro Urunaga, Ricardo Gamarra Ortiz, Oscar Alfredo Zalazar y María Ester Peralta. El director de la Casa, Mario Gómez, valoró: “Queremos reflejarnos en su alegría, sentir la pertenencia de la gente con abundancia de calidez humana, rodeados de memoria y reivindicaciones en un acto digno de su historia”.
 
La Junta
 
Se juntaban en la casa de algún vecino. Las reuniones eran amenas, alegres, comprometidas. Entre mates y luz de vela planificaban qué era necesario para mejorar la calidad de vida de sus semejantes y las condiciones de la villa. Vendían rifas para colocar cañerías y el tendido eléctrico, documentaban para radicar a los extranjeros, conseguían materiales de construcción, mejoraron los pasillos, querían levantar un centro de salud e incluir a sus hijos en las escuelas de la zona. En eso ocupaban la mayor parte de su tiempo libre Teodoro, Oscar y Ricardo. Ellos, con otros vecinos, empezaron a organizarse. Decidieron hacer elecciones y elegir una Junta Vecinal. Ganó la lista de Teodoro para presidente.
 
“Estábamos en la postura de reivindicación, no en la militancia política por un cargo”, aseguró Teresa Godoy. Ella tenía 18 años cuando asumió como secretaria de esa Junta. Luego del secuestro de sus compañeros tuvo que esconderse y exiliarse en Paraguay. Adriana y Jorge, militantes de la Juventud Peronista de Villa 21 en los setenta, también recuerdan aquellas épocas: “Nosotros ayudamos a armar la Junta. Pero no los eligieron por el proyecto político que apoyaban sino por su dedicación, porque trabajaban para el barrio, porque defendían sus derechos”, aseguran.
 
El 29 de abril de 1976, a los tres miembros de la Junta los secuestraron de sus casas, los asesinaron y tiraron al Parque Centenario. También se llevaron a María Ester, la mujer de Oscar Zalazar, y a sus dos hijos pequeños Marcelo y Cristina, a quienes encontraron tres meses después en la villa, desnutridos y con tuberculosis. Cuando se la llevaron, María Ester estaba embarazada de 5 meses. Fue vista con vida en la Esma, donde habría nacido el niño. Sus hermanos aún lo buscan.
 
Memoria y Justicia
 
El acto de este aniversario se desarrolló con vecinos y militantes, en un clima emocionante y fraternal. Los presentes atendían a los espectáculos, tomaban mate, conversaban iniciativas, recuerdos y proyectos, circulaban por los puestos. Una banda de jóvenes del barrio tocó “Los Dinosaurios” de Charly García y todos corearon. Un grupo del CENS Nº75 presentó el libro “El barrio obrero conocido como Villa 21-24 Zavaleta: Una historia de dificultades, luchas y conquistas”, que generó intriga. La orquesta de la Escuela Nº6 expuso una actuación en vivo con proyecciones que critican la mirada de los medios masivos sobre los habitantes de las villas. El momento más conmovedor tuvo lugar con las palabras de familiares y compañeros de los homenajeados.
 
Estoy muy emocionado, nunca tuvimos tanta gente como hoy. La difusión generó interés de los vecinos por este tema, especialmente de la juventud. Pedimos un espacio de Memoria y Justicia en la Casa para seguir trabajando juntos”, reveló José Luis Morales vecino de la Villa 21 e integrante de la Comisión. Por su parte, Gladys Zalazar - hermana de Oscar y cuñada de María Ester, aún en busca de su sobrino – destacó que el mejor homenaje para sus familiares está en elevar las banderas de la solidaridad concreta y batallar contra los que no quieren un lugar como la Casa de la Cultura en los barrios humildes.