La Prefectura secuestró y torturó a dos jóvenes de La Garganta Poderosa

Dos adolescentes de 15 y 18 años fueron secuestrados, golpeados y amenazados de muerte por 12 prefectos en Osvaldo Cruz e Iguazú, cerca de la Villa 21, en Barracas. La fiscalía ordenó la detención de los uniformados.

La Prefectura secuestró y torturó a dos jóvenes de La Garganta Poderosa

Integrantes del colectivo La Garganta Poderosa denunciaron que el sábado pasado dos jóvenes que integran el equipo de la revista fueron torturados en la Villa 21, en Barracas, por prefectos y policías federales.

Ezequiel Villanueva Moya, de 15 años, salió esa noche para visitar a su abuela Beti, que también vive en la Villa 21. Al rato, se cruzó con su amigo Iván Navarro, y ambos fueron parados para una requisa por miembros de la Policía Federal. “Yo me acerqué para darle un abrazo a Eze y un oficial, así, de la nada, directamente vino y me pegó una trompada”, relató Iván.

Los federales les preguntaron por el origen de sus ropas y los dejaron ir, pero apenas habían caminado una cuadra cuando tres móviles de Prefectura los interceptaron. Eran doce miembros de la fuerza, cuatro en cada vehículo. “Nos tiraron adentro de un coche y nos llevaron hasta la garita de Osvaldo Cruz e Iguazú, para cagarnos a palos”, explicó Iván, en el comunicado difundido por La Garganta Poderosa.
 
Después “nos subieron a otro auto, pero primero nos taparon la cabeza y nos obligaron a sentarnos uno encima del otro”. Llegaron a un descampado junto al Riachuelo, en el Camino de Sirga, detrás de una fábrica. “Cuando ya había unos 10 prefectos, uno dijo que nos iban a matar, porque total nadie nos iba a reclamar”.
 
Allí empezaron los golpes en la cara y los palazos en las piernas. “Nos obligaron a tirarnos al piso y hacer flexiones de brazos, hasta que uno le saltó sobre la espalda a Ezequiel y otro me preguntó a mí dónde quería el tiro. Alterados, como sacados, nos esposaron a un caño y dispararon varios tiros al aire, mientras nos quitaban las camperas que supuestamente habíamos robado”.
 
Los prefectos les sacaron a los chicos las camperas, las zapatillas y las cadenitas. En ese momento, uno uniformado apoyó su arma en la nuca de Iván y los obligó a rezar. Luego los soltaron, los encañonaron con una escopeta por la espalda y los obligaron a correr al grito de “Corran bien rápido, o van a ser boleta”.
 
Los dos jóvenes llegaron a sus hogares y avisaron a la revista. De allí salieron a la Procuraduría contra la Violencia Institucional a hacer la denuncia, que ratificaron en la fiscalía de Pompeya, donde se les tomó declaración. Allí se encontraron con uno de los prefectos, Leandro Adolfo Antúnez, a quien denunciaron en el momento. El fiscal Marcelo Munilla Lacasa ordenó la detención de los agentes que actuaron esa noche en la villa.
 
La Garganta Poderosa afirma que “nuestros compañeros tienen miedo. Sus familias tienen miedo. Nosotros tenemos miedo. ¡Basta de silencio y basta de impunidad!¡Control Popular a las Fuerzas de Seguridad!”
 
Fuente: Diario Z