Los trabajadores del Bauen vuelven a enfrentar el desalojo

La jueza en lo comercial Paula Hualde volvió a ordenar la restitución del inmueble de Callao 360 a la empresa Mercoteles antes del próximo 14 de marzo. Los trabajadores que, desde hace 14 años, gestionan la cooperativa de trabajo del hotel convocaron a una reunión abierta el próximo jueves 9 de marzo a las 18 para discutir un plan de lucha y pedir que el Congreso vuelva a tratar la Ley de expropiación vetada por Macri en diciembre del año pasado

Los trabajadores del Bauen vuelven a enfrentar el desalojo

El veto presidencial  dejó sin efecto la ley que declaraba de utilidad pública y sujetas a expropiación las instalaciones del edificio del Hotel Bauen, y su entrega en comodato a la cooperativa de trabajo que lo gestiona desde 2003.  El decreto desconoce la larga lucha de los trabajadores y los deja una vez más ante el peligro del inminente desalojo.

La gestión empresarial del Bauen acabó en 2001, con la quiebra de la firma chilena Solari S.A., a nombre de la familia Iurcovich. El plan de autogestión de los trabajadores comenzó dos años después, cuando comenzaron a reacondicionar el espacio y lo devolvieron a la vida. En el medio, los Iurcovich intentaron un cambio de personería jurídica –a partir de la creación de la firma Mercoteles– que les sirvió para reclamar el inmueble a pesar de haber violado acuerdos judiciales tras la quiebra.  

Desde 2006, Ualde insiste en que el lugar en donde funciona el hotel pertenece a Mercoteles y la amenaza de desalojo persigue a los trabajadores. Tras dos fallos en contra, buscaron la definición de la Corte Suprema, que en 2011 consideró que el tema no era de su incumbencia y devolvió el expediente a primera instancia. Desde entonces, los trabajadores apostaron a conseguir la ley de expropiación definitiva. 
 
El proyecto, presentado por Carlos Heller a fines de 2015, también establecía la continuidad y la ampliación de las actividades culturales, artísticas, sociales y educativas que el  Bauen alberga desde que se convirtió en una empresa recuperada y exigía que el hotel sirviera para el turismo social y derivaciones médicas de jubilados y pensionados de todo el país que requieran traslado a la Ciudad.