Un policía de la Ciudad va a juicio por un caso de gatillo fácil

La Justicia procesó al policía Adrián Gustavo Otero, acusado de asesinar a Cristian "Paragüita" Toledo el pasado sábado 15 de julio. El oficial descargó ocho disparos sobre el auto en el que se trasladaban el joven y dos amigos cuando volvían a sus casa en la villa 21-24.

Un policía de la Ciudad va a juicio por un caso de gatillo fácil

El juez de instrucción Osvaldo Rappa acusó a Otero de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y abuso de su condición de integrante de una fuerza de seguridad" por el asesinato del Paragüita (24),  y de "tentativa de homicidio" por lo ocurrido con Carlos Daniel Gavilán (24) y Jorge Daniel Nadalich (25), quienes también viajaban en el auto.  

 
La Correpi destacó la resolución del juez del caso. En este sentido, la abogada María del Carmen Verdú, representante de la familia Toledo, destacó la carátula de la causa, y en declaraciones a la agencia oficial Télam advirtió que los jueces "suelen escapar a considerar el abuso cuando pueden, porque además de conducir a perpetua como única opción de pena, señala claramente la responsabilidad estatal". 
 
"Otero continuó disparando y se colocó con su auto junto al lado izquierdo del otro vehículo en que viajaban las víctimas y, con la intención de quitarles la vida, efectuó al menos tres disparos contra el conductor, Nadalich, que no impactaron", señaló el juez Rappa en su dictamen. 
 
Las conclusiones del juez terminan de echar por la borda la versión que intentaron construir Otero y la Policía de la Ciudad. Según el oficial acusado de "gatillo fácil", un auto Alfa Romeo, en el que viajaban Toledo y sus dos amigos, lo había interceptado en el cruce de la avenida Vélez Sarsfield y Australia y luego el conductor descendió para empezar al golpearle el vidrio de la puerta de su acompañante con una piedra. Otero entendió la situación como un intento de robo, dijo haberse identificado y comenzó a disparar con su arma reglamentaria a las cubiertas del vehículo. Sin embargo, no mencionó la persecución posterior. 
 
"Quedó comprobado que los chicos no estaban armados y que los empezaron a perseguir hasta que mataron a Toledo. Esto nos tiene que alertar cómo las fuerzas de seguridad trabajan en los barrios", advirtió el padre Lorenzo "Toto" De Vedia, cura de la parroquia Virgen de Caacupé de la villa 21-24.
 
Fuente: Página 12