“Llevamos el barrio a todos lados”

Pablo Bernaba repasa la historia de Quinteto Negro La Boca, que cumple 10 años, antes de su debut en La Trastienda el próximo 11 de mayo, donde presentarán su disco último Cruces Urbanos. La amistad con Osvaldo Bayer y el tango como un movimiento que va mucho más allá de un género musical. 

Por Lucio Cocca

“Llevamos el barrio a todos lados”

 Promedia la tarde y afuera el sol sigue arriba, pero el barrio en cambio ya se dispone a latir, sin dudas, en su mayor fiesta. Es miércoles de Copa Libertadores y en unas horas nomás Boca derrotará al Junior en la Bombonera. Un murmullo colectivo se cuela, a pocos metros del estadio, por la venta de ese primer piso del que cada lunes, las melodías de un tango convoca a algunos vecinos atentos que detienen su andar para escuchar, una vez más, el ensayo del Quinteto Negro de La Boca. En ese living familiar, que es sala de ensayo ocasional, Pablo Bernaba recibe a Sur Capitalino para hablar del Quinteto, que es también hablar de la identidad del barrio, y adelanta algo de lo que será el primer show del grupo en La trastienda el próximo 11 de mayo a las 20.30 horas, donde presentarán su último disco Cruces urbanos. 2018 será un año especial para QNLB, cumplen 10 años juntos. Y lo celebrarán en el barrio, pero primero llegará el debut en La Trastienda, con un concierto del que participarán varios de los músicos que sumaron su arte a Cruces Urbano: el Chango Spasiuk, Duende Guernica, Antonio Ríos, la Mississippi, Las Pastillas del Abuelo, entre otros.

–Ya diez años de QNLB

–Así es. Festejamos diez años del Quinteto, que surgió en este barrio y seguimos acá. Víviamos tres en este mismo departamento, que veníamos de distintas formaciones de tango. En mi caso, de una orquesta del estilo Pugliese, como La imperial, con la que había hecho varias giras por Europa, Canadá y Estados Unidos. Fue así que decidimos armar un grupo que homenajeé al barrio.

–¿Cómo fue esa búsqueda inicial?

–La búsqueda era bastante simple: armar un grupo de tango que lleve la bandera del barrio, rescatar algunos autores como Pedro Laurenz, (Juan Dios) Filiberto, que han nacido en La Boca. Lo pensamos, sin ser ortodoxos, pero con la línea estética de Julio De Caro… todos desciende de De Caro: Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo, fue una de las escuelas de las más importantes. La puja entonces era entre De Caro y la orquesta de Francisco Canaro. Siempre hubo pujas n el tango. Pero volviendo a nuestro comienzo, tuvimos un par de años hasta que sacamos el primer disco y salió la primera gira por Europa tocábamos por todas las milongas, y en bastantes provincias. Después de eso empezamos con otras inquietudes, nos picó el bichito y comenzamos el contacto con Osvaldo Bayer, paralelamente con muchos amigos del barrio, el Malevaje Arte Club que estaba en ese momento, con Gustavo Núñez, Ángel Osiglia y Martín Otaño, impulsamos el Festival de Tango de La Boca, este año va por la novena edición. Teníamos un ciclo en Malevaje, además del festival, e impulsamos la Escuela Popular de Tango, que vinieron a apadrinar Nelly Omar, Leopoldo Federico y el mismo Bayer. Ese fue y es nuestro trabajo en el barrio. Tratamos de seguir tocando en el barrio, cuando se puede, siempre si hay alguna fecha lo hacemos en el teatro Brown. Nuestro trabajo en relación con el barrio es llevar la bandera a todos lados. Así fue que empezamos a indagar más con Bayer y en el proceso del segundo disco Tangos Libertarios, es más que una postura estético-política, -que se refleja en letras más fuertes-, sino también una experimentación musical y una fusión con otros géneros. Eso es lo que se exacerba en Cruces urbanos, pero que lo venimos trabajando hace 6 años.

–Mencionaste al pasar que siempre hubo pujas en el tango. ¿Hoy sigue siendo así?

–Siempre hay. Lo que pasa es que hoy importa menos. Antes aparecían en televisión(Juan) D’Arienzo o (Astor) Piazzola que era bastante mediático... Pero hoy no ocurre porque el tango está relegado a lo under hace bastante tiempo. Básicamente en el tango esta la cuestión de apropiación, la disputa no es ni siquiera por quien es mejor o es peor. Es “yo soy el tango”, esa era la disputa Canaro-De caro. Hoy es muy heterogé- neo. Pero tanto antes como ahora, el tango es un movimiento porque va más allá de un género musical, es un movimiento surgido de los inmigrantes y sigue siendo un movimiento por distintas razones, al igual que pasa con el PJ (se ríe) todos se disputan…

–Quién tiene el sello del tango

–Es así. Tanto en el baile como en la música. Lo que vemos es que el tango tiene esa moneda de dos caras, lo under y la cuestión for export que a nosotros no nos interesa su estética. Hemos hecho giras y lo seguiremos haciendo, pero la discusión es otra. Por ejemplo, en el barrio nuestra disputa es Caminito, hablando estética e ideológicamente. Somos la antítesis de esa estética de lo for export, o intentamos serlo; esa estética que intenta reducir al tango a un cruce de piernas en el Obelisco, o a Caminito. Una estética que intenta resumir todo a una postal. Estamos en contra del tango postal, a nosotros el tango nos parece un movimiento vivo y no una postal muerta, cerrada y destinada a vender. Además, le juega en contra al tango como movimiento. Hace tiempo notamos que a la juventud le cuesta acercarse al tango porque tiene esa cuestión de arraigarse a un pasado, pero eso es más negocio que otra cosa.

–Su amistad con Bayer lo llevó a él a participar hasta en un video de ustedes.

–Si. Lo primero fue, a partir de un homenaje que hicimos a Severino Di Giovanni La letra es de Osvaldo y se estrenó en la Boca en el primer Festival, donde hubo una charla sobre Tango y anarquismo. Nos gustó el resultado y decidimos hacer un “larga duración” como se llamaba antes. Y ahí empezamos un trabajo largo, hicimos una gira de un año, y hubo mucho mail, mucho teléfono con Osvaldo, y a lo largo de dos años se hicieron todos los temas de Libertario que se terminó de grabar en 2014 y salió en 2015.

–En Cruces Urbanos el arte de tapa es de Rocambole, otro cruce artístico.

–Con Rocambole fue acentuar esa búsqueda. Traer a alguien que no viene del tango, pero sí está caracterizado por la imagen discográfica. Estamos muy contentos con su obra. Nosotros no le dijimos que haga algo referido a La Boca e hizo algo muy boquense.