Barracas, la de ayer, la de hoy, la de siempre

En agosto la Junta de Estudios Históricos fundada por Enrique Puccia cumplió 50 años. Los festejos realzaron el mismo espíritu con el que trabajan día a día: protección del patrimonio, la memoria y la identidad del barrio. Por Fabiana Montenegro

Barracas, la de ayer, la de hoy, la de siempre

La Junta de Estudios Históricos de Barracas es una organización sin fines de lucro que, desde hace 50 años, brega por el patrimonio,  la memoria y la identidad del barrio. Está formada por un grupo de vecinos entusiastas que, día a día, le ponen el hombro a un trabajo anónimo, con el objetivo de brindar a la comunidad espacios de conocimiento y reflexión, que permitan comprender los procesos de transformación que fue sufriendo el barrio hasta llegar a la Barracas actual. 

 
Para sus integrantes, la historia es una herramienta de análisis del pasado, pero sobre todo, una fuente desde donde pensar los desafíos por delante. Lucas Yáñez, actual presidente de la Junta, dice: “Se trata de recuperar aquellas investigaciones que le dan un espacio a sujetos subalternos, clases plebeyas, relegadas, que no estaban presentes en la historiografía más tradicional, ya que permiten recuperar lo más cercano para pensarnos como protagonistas, sujetos que hacemos la historia”. Desde esa posición, Graciela Puccia, ex presidenta y una de las principales referentes de la Junta- coincide: “Los libros de mi viejo tienen que servir para el conocimiento de lo que fue la historia y las tradiciones del barrio, pero no para quedarnos con que todo lo pasado fue mejor, sino para entender qué nos pasó y por qué”.
 
La Junta de Estudios históricos realiza innumerables actividades en escuelas y en el barrio, en conjunto con otras instituciones, como el Archivo histórico, el Circuito Cultural Barracas, Proteger Barracas, entre otras. “Trabajar en red significa trabajar en pos de un mismo objetivo y solo es posible hacerlo desde un genuino interés por el otro”, cuenta Graciela.
 
En consonancia con su propósito, se realizó el II Encuentro de Historia de Barracas al Norte y al Sud, en donde cuatro instituciones (la Junta de Estudios Históricos de Barracas, la Junta de Estudios Históricos de Barracas al Sud, la Junta de Estudios Históricos de Avellaneda y la Asociación de Historia Oral de Avellaneda) se reunieron el 31 de agosto y 1° de septiembre en el Centro Municipal de las Artes - CMA (ex Casa de la Cultura) de Avellaneda, bajo el lema: “A cien años de la Reforma Universitaria de 1918, la educación en Barracas al Norte y al Sud”.
 
Lucas Yáñez explica que la importancia del encuentro radica en la posibilidad de  discutir la educación en distintos períodos en el mismo territorio que fue sede de las primeras escuelas normales y que, en la actualidad, está marcado por la vida universitaria. Por otro lado, cabe destacar lo significativo que resulta para el contexto educativo actual –recortes presupuestarios a universidades, desidia estatal que llevó a la muerte a dos trabajadores de una escuela en Moreno- poner en discusión la educación hoy como medio para el desarrollo y progreso de la Nación que, como dice Lucas, “no está acompañada por políticas públicas que hagan esto posible. Que haya universidades que formen profesionales para un país con un cierto desarrollo industrial se choca con políticas neoliberales que pretenden retrotraerlo a una economía primarizada o tercerizada”.
 
El mundo está cerca
Graciela Puccia dice que hay una tendencia a tamizar la historia, y en el tamiz queda lo que nos hubiera gustado. Sin embargo, “para entender la Barracas actual –que no es una isla, está dentro del contexto del mundo- hay que remontarse a los orígenes, saber que la ciudad de Buenos aires se fundó mirando a Europa y de espaldas a Latinoamérica. Ahí se entienden muchas cosas: que cuando dicen el granero del mundo era de la Avenida Alvear, no acá, acá estaban las luchas obreras, las huelgas de inquilinos, la marginalidad, el hacinamiento de los conventillos con un baño precario y una pileta donde se lavaban los pies y se colaban los fideos”. Ese hecho fundante explica la mirada hacia la inmigración de esa época, que es reconocida como la única potable para forjar la identidad del país, y la actual, tan desmerecida.
 
La Barracas actual lejos está de aquella Barracas pujante que Enrique Puccia supo condensar en el escudo barrial. Los procesos de desindustrialización que lo transformaron hoy conviven junto con esa cultura heredada, las fábricas cerradas, los cartoneros, la nueva inmigración, la especulación inmobiliaria. Y la autopista que la cruza como una cicatriz. Vincular cómo los procesos políticos “más macro” repercuten y se trasladan de manera directa al territorio es una de las tareas constantes de la Junta. El mundo no está lejos, ejemplifica Lucas -refiriéndose a una de las tiras de Mafalda- y nos afecta a todos de manera directa. “Y desde la Junta, dice, el desafío es visibilizar la situación, poner en valor que hay otro barrio, otro país, otro mundo posible”.
 
FOTO:
La tradicional barranca y los los tranvías tirados a caballos. Como fondo los jardines y el antiguo edificio de la planta industrial Bagley. 
De Barracas: su historia y tradiciones, Enrique H. Puccia.