Más de cinco millones de personas viven bajo la amenaza ambiental que es la cuenca Matanza-Riachuelo. Doce mil empresas se levantan en sus orillas y tan solo 15 inspectores son los encargados del control. Y se nota en el deterioro del río pese a los 1050 millones de dólares que el Estado argentino ha recibido desde 1997 a la fecha.

Invitados por la Fundación X La Boca nos internamos remontando el Riachuelo en una lancha de Prefectura donde pudimos observar que en estos últimos diez años se han levantado la mayoría de los barcos sumergidos. Pero que también sobre el margen de nuestra vecina Avellaneda se está levantando una calle costera, que al igual que la avenida 27 de febrero que une Puente Alsina, con el Puente La Noria, bordeando el Riachuelo, a frenado la contaminación que generaban los camiones que se acercaban a la margen para volcar sus desperdicios.

Tan solo eso y algunas otras mejoras como la recolección permanente de la basura flotante. No mucho más para tanto tiempo. Sin embargo con tan poca cosa se han comenzado a ver sobre Vuelta de Rocha una media docena de grandes tortugas y río adentro avistamos no menos de una decena de garzas blancas, cosa que parecía impensada hace unos escasos años.