Ya eligieron el lugar y el nombre. No lo inventaron. No lo ocuparon. Lo conquistaron con arte, trabajo y compromiso. Porque eso es la murga. Nuestra murga. Se trata del predio bajo la autopista Frondizi, en la intersección de Benito Quinquela Martín, frente a la Plaza Herrera de Barracas. La historia cuenta que por iniciativa de les integrantes de las murgas Lxs Quitapenas y Garufa de Constitución y con el aval de la Organización de murgas de la Ciudad de Buenos Aires fue presentada una nota ante la Legislatura de la Ciudad solicitando la reserva del nombre “Plaza Tato Serrano” para ese predio que, en los catastros de la Ciudad, hasta hoy figura como “Patio de juegos”. Nombrar un espacio público y de uso popular lleva indefectiblemente al conocimiento y a la construcción de memoria. A la pregunta inmediata, ¿quién es Tato Serrano? y la respuesta que va de boca en boca encuentra su registro, su lugar en el mundo.

Los carnavales porteños y con ellos las Murgas de la Ciudad han sufrido durante años la discriminación, censura y persecución por parte de ciertos sectores políticos y sociales, pero a pesar de ello y desde la segunda mitad de la década del 90 y la primera de este siglo los frutos de esa lucha y del apoyo popular se han hecho visibles. Ahora van por la memoria, su historia y su registro. Durante los carnavales de este año pandémico, si bien no hubo murgas ni corsos en las calles, les murgueres han organizado muestras fotográficas, murales y han decorado las calles donde deberían haber sucedido los corsos. “Presencia sin presencia” fue la consigna que los guió. Y de esas reuniones y actividades conjuntas surgió la idea de “plantar memoria”. La idea de nombrar esa plaza, en donde Lxs Quitapenas ensayan periódicamente y donde junto a Garufa han actuado para el barrio, con el nombre de quien ha sido el nexo entre los movimientos murgueros de los ’70 con los de los ’90, con casi 20 años de silencio represor, Justo “Tato” Serrano.

Según la legislación, en nuestra Ciudad, para nombrar un espacio o lugar público con el nombre de alguna persona, en principio deben transcurrir 10 años luego de su muerte, pero se puede solicitar la reserva de nombre hasta que se cumpla el período o bien la Legislatura autorice una excepción.

Mientras avance el trámite de votación en la Legislatura les murgueres realizarán un “Bautismo popular”, para visibilizar e instalar el nombre de “Plaza Tato Serrano” entre les vecines del barrio. Será el primer sábado de noviembre por la tarde y participarán murgas en vivo junto a artistas populares y se hará un recorrido por la vida de Tato quien hubiera cumplido 70 años tres días antes, el 3 de noviembre. Presencia sin presencia, plantar memoria, visibilizar y registrar la historia de la murga serán, sin duda, las consignas de ese día.

 

Bailarín, bombista y recitador

Justo “Tato” Serrano nació un 3 de noviembre de 1951 en el Abasto. Desde muy pequeño comenzó a participar de agrupaciones de carnaval. Fue bailarín, bombista, letrista y recitador. Creó, integró y/o dirigió variadas y emblemáticas agrupaciones como Los Marinos Unidos del Plata, Los Nenes del Abasto, Los Elegantes de Palermo, Lxs Quitapenas, Atrevidos por costumbre, Los descontrolados de Barracas, Los Pajaritos, La pasión que faltaba, La Flor y Nata entre otras. Les murgueres lo recuerdan como un hombre generoso y de gran predisposición. Su vida cruzó la acción social con la artística. Varias generaciones de murgueres lo reconocen como uno de los principales referentes de los carnavales de la Ciudad. Promovió a fines de los 90 la creación de la Comisión de Carnaval que dio lugar a los permisos de ensayos. Nexo insoslayable entre la murga tradicional y la nueva, entonó su canción de retirada el 1 de julio de 2020.