El sueño de dar la vuelta en la Bombonera

Laurina Oliveros es la dueña del arco de Boca desde 2019. Además, fue parte del plantel de la Selección Argentina que logró la histórica clasificación al Mundial 2023. Este domingo buscará su cuarto campeonato con la azul y amarilla.

El sueño de dar la vuelta en la Bombonera

Corre el año 2019, es un miércoles de septiembre, la profesionalización del fútbol femenino apenas da sus primeros pasos y la Bombonera se convierte en el escenario ideal. Se juega el primer superclásico de esta nueva era. Les socies llenan la platea baja. El sol obliga a hacer visera para divisar a las jugadoras. Y ahí está ella. Laurina Oliveros porta el buzo negro con el número 1 y le da la espalda a una 12 vacía. Desconoce que el partido terminará en una goleada histórica con 5 goles y su valla en cero. Muchas de las nenas que las alientan empiezan a construir a sus ídolas.

En agosto se cumplieron tres años de la decisión de AFA de profesionalizar la disciplina y exigir a los clubes contar con al menos ocho contratos. A corta distancia se ven los frutos. “Ahora entrenamos todos los días, tenemos un vestuario nuestro, un gimnasio a disposición. Los cuerpos técnicos son más completos. Hay psicólogos y video-analistas. Nos estudian más, entonces ya no es tan fácil ganar. Saben a qué jugás, cómo jugás, cómo le pega tal, cómo gira mejor. En ese sentido mejoró mucho, las jugadoras crecieron un montón en todo aspecto: futbolístico, físico, mental. Está buenísimo porque le da más competencia al juego”, considera Laurina consciente de que van por buen camino. La brecha entre los equipos se va acortando y el juego se vuelve más atractivo para el público.

En 2018 las jugadoras de la Selección exigían mejores condiciones: pago de viáticos, indumentaria adecuada, canchas de césped para entrenar y un hotel donde dormir cuando viajaban. Después del último mundial, lo lograron.

Alguna vez Riquelme sentenció el grito sagrado de la institución, “el hincha de Boca está loco”. Esa locura la ponen a disposición de cada deporte del club. Las Gladiadoras, primer equipo de fútbol femenino, hace vibrar Casa Amarilla en cada fecha. Las gradas de la cancha auxiliar quedan chicas. Horas antes de los partidos largas filas rodean el predio y la frase “estamos con capacidad llena” es la más repetida por la seguridad de la entrada. #LasGladiadorasALaBombonera se predica como mantra entre sus seguidores.

-El estadio se abrió para partidos puntuales, no se tiene como hábito. ¿Qué piensan?

-Como jugadoras hacemos sentir esa presión de querer jugar en La Bombonera, pero no depende de nosotras. Nos encantaría contar con el estadio todos los fines de semana. Más que nada para que la gente pueda ir. Para nosotras también es lindo poder vivir esa experiencia. Esperemos que la última fecha se dé la oportunidad y poder salir campeonas. 

Están a una fecha de poder coronarse. En la última jornada se enfrentarán a UAI Urquiza, su principal perseguidor y tratarán de cerrar el torneo de la mejor manera, junto a su gente. Laurina buscará su cuarto campeonato con la azul y amarilla (Torneo Transición `20, Clausura y Superfinal `21) y luego pondrá la cabeza en el gran desafío del 2022: la Copa Libertadores. “Es una copa muy importante a nivel clubes. Siempre dejar a Argentina en lo más alto posible de Sudamérica al fútbol femenino le suma mucho. Es un torneo difícil, están los mejores equipos de cada país, pero siempre con confianza”, expresa una arquera que sabe que el torneo continental puede ser una vidriera.

En 2018 una foto recorrió los portales deportivos. En la Copa América, las jugadoras de la Selección posaban imitando al Topo Gigio. Exigían mejores condiciones: pago de viáticos, indumentaria adecuada, canchas de césped natural para entrenar y un hotel donde dormir cuando viajaban. Ella aparece en el retrato. Dice que después del último Mundial hubo un antes y un después, “nos empezaron a tratar igual que al primer equipo masculino. Nos dieron un espacio que antes no teníamos y lo merecíamos. Creo que nosotras lo logramos, conseguimos un montón de cosas como grupo”.

-¿Cómo fue la experiencia de esta Copa América donde lograron el tercer puesto y la clasificación directa al Mundial?

-Me generó tantas emociones que no puedo explicarlo. Veníamos de estar un mes concentradas, de jugar muchos partidos. Fue muy emocionante. Necesitábamos un cambio, que se plantee otro estilo de juego. Y Germán (Portanova) creo que fue la persona indicada. Es un técnico ofensivo, al que le encanta atacar y salir jugando. Hoy tenemos esa libertad.

Laurina Oliveros habla con la tranquilidad con la que juega. Su herramienta principal son las manos; sin embargo, disfruta de participar mucho con los pies. Quizás esa energía la toma de su ritual más especial en la previa de los partidos. Se descalza y siente el pasto fresco. Una costumbre que se desprende de su origen campesino, dice la oriunda de Ramallo. Tiene la mentalidad de les arqueres, claridad de pensamiento y seguridad en sus palabras. El objetivo 2023 será romper la barrera y figurar dentro de la lista de convocadas al Mundial.

-Si tuvieses que darle un mensaje a las nenas que están empezando a jugar, ¿qué les dirías?

-Que se diviertan. Que nunca dejen de jugar. Que sepan qué lugar ocupan dentro de un equipo. Y que sean empáticas con la compañera, respetuosas y pasionales con el fútbol. Yo lo veo como una pasión.