Del fuego a la organización

Las familias que viven en el edificio de Zanchetti saben, desde hace cinco años, que no la tienen fácil pero que la única salida es colectiva. Tras el incendio, los acampes; después la vuelta a sus viviendas y ahora, el logro de que AySA comience a instalar un servicio básico: las cloacas.

Del fuego a la organización

En agosto se cumplieron cinco años desde el incendio intencional que provocó la muerte de cuatro personas y dejó en la calle a 20 familias que vivían en Pedro de Mendoza 1447. Desde entonces, les habitantes de Zanchetti tuvieron que organizarse para visibilizar su situación y exigir respuestas. Vivieron bajo lonas en un acampe a la intemperie que pedía una vivienda digna. Es que, tras el fuego, no les habían permitido reingresar al edificio y se habían quedado sin nada. Sin acompañamiento del Gobierno porteño, un año después varias familias decidieron volver a entrar. De a poco limpiaron y reacondicionaron sus espacios para hacerlos habitables. Pero Edesur nunca les reconectó la electricidad cortada durante el incendio, lo que se sumó a la falta de cloacas en el lugar.

Con el apoyo de algunas organizaciones del barrio, como La Cámpora y el Comedor Camioneritos, el año pasado fueron relevados y comenzaron a formar parte del ReNaBaP (Registro Nacional de Barrios Populares) junto con El Pescadito, en la misma cuadra. Ser parte de este registro implica el otorgamiento del Certificado de Vivienda Familiar, un documento que expide la ANSES y que les permite a las familias acreditar su domicilio ante cualquier autoridad pública para solicitar servicios como la conexión a la red de agua corriente, cloacas, energía eléctrica, gas natural o transporte.

A fin de año, y a partir de una gestión directa con la directora de AySA, Malena Galmarini, pudieron avanzar en el pedido para las conexiones a las cloacas, un servicio ausente en toda esa cuadra que provoca que los desechos desemboquen en el borde de la vereda. Las obras empezaron, pero por ahora no incluyen a todes.

En toda la cuadra, los desechos desembocan en la vereda. A fin de año, comenzaron las obras de AySA para instalar las cloacas, pero por ahora no incluyen a todes.

Actualmente, cinco familias comparten el mismo baño. Quienes ya cuentan con la cloaca conectada fue, en parte, gracias a les vecines que trabajaron para hacer la conexión interna, es decir, la caída de todos los baños, desde adentro del inmueble hacia la calle. Además, hicieron el desagote fluvial y colocaron un tanque: “Cada uno puso dinero de su bolsillo, la colecta vecinal sirvió para los materiales. Lo que falta terminar es la cuadra completa con conexión cloacal. La conexión de luz está por salir. Seguimos esperando”, cuenta Johana, quien vive en Zanchetti desde el 2002 junto a sus padres, hermanos y sobrines.

Otro paso que pudieron dar las mujeres por estar registradas fue inscribirse en el programa Mi Pieza, a través del cual el Ministerio de Desarrollo nacional otorga subsidios para refacciones. Una de las vecinas ya salió sorteada.

“Cuando nos hicieron abandono de persona, decidí volver porque no nos daban soluciones. Hace cinco años que nos hacen esperar por la vivienda, ya nos dejaron abandonados. Pasaron cinco años del incendio y el gobierno (de la ciudad) nunca se hizo cargo hasta el día de hoy”, explica Johana.

Hace más de seis meses, comenzaron una olla popular, encabezada por Maritza, otra vecina que decidió reingresar con sus cinco hijes, cansada de no obtener respuesta. Cada martes a las 18, sacan la mesa a la vereda con una cacerola gigante para poder paliar la situación propia y de las familias de la cuadra: cocinan para todes, con lo que tienen.