Piden que Cromañon y el taller clandestino de Luis Viale se conviertan en espacios de memoria

Familiares de las víctimas y sobrevivientes de las masacres de Cromañon y del incendio del taller clandestino de Caballito presentaron dos proyectos para que la Legislatura convierta a ambos sitios en centros de memoria para preservar los elementos testimoniales y rescatar esas historias como parte de la memoria colectiva.

Piden que Cromañon y el taller clandestino de Luis Viale se conviertan en espacios de memoria

Familiares de las víctimas y sobrevivientes de las masacres de Cromañón, en la que murieron 194 personas durante un recital en un boliche del barrio porteño de Once, y de Luis Viale, donde fallecieron una mujer y cinco niños por el incendio en un taller textil clandestino de Caballito, buscan que ambos inmuebles sean expropiados y convertidos en "centros de memoria" para contribuir a visibilizar ambos siniestros

Los proyectos fueron presentados en la Legislatura porteña durante este año y apuntan a que pasen a manos del Estado el inmueble de Bartolomé Mitre 3060, donde funcionó el local bailable "República Cromañón", y el de de Luis Viale 1269, en el cual vivían y trabajaban 65 personas en condiciones de explotación laboral y hacinamiento.

Ambas iniciativas fueron elaboradas por los grupos que reúnen a los familiares de las víctimas y a los sobrevivientes de los dos hechos, quienes reclaman a los diputados de la ciudad de Buenos Aires la sanción de sus propuestas, para lo cual concurrirán el jueves próximo, a las 17, a la reunión de la Comisión Especial de Seguimiento y Prevención de la Violencia Institucional del Parlamento porteño.

El primer proyecto plantea que el edificio del boliche de la zona de Once, que es propiedad de Rafael Levy -el mismo dueño que al momento del incendio-, sea expropiado para "resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica colectiva de la Ciudad".

El objetivo es que el lugar se transforme en un espacio para la memoria en recuerdo de las víctimas, que se sume al santuario ubicado enfrente al edificio que, en la actualidad, sirve de espacio de encuentro y homenaje pero que, al estar al aire libre, sufre periódicamente vandalizaciones.

El taller textil clandestino de Luis Viale era un galpón con una planta baja donde estaban las maquinarias y un primer piso para las "habitaciones", en realidad separadas solo por telas y cartones. Allí, habitaban unas 65 personas -más de la mitad, niños y niñas- llegadas desde el Cantón Cohana, un pueblito de Bolivia, y trabajaban en condiciones de explotación laboral y sin medidas de seguridad.

El 30 de marzo del 2006, un desperfecto eléctrico desató un incendio en la planta superior y mató a seis personas que no pudieron escapar por el humo: Juana Vilca, de 25 años y embarazada; Wifredo Quispe, de 15 años; Elías Carabajal, de 10 años; Rodrigo Carabajal, de 4 años; Luis Quispe, de 4 años y Harry Rodríguez, de 3 años.

En diálogo con Télam, Lourdes Hidalgo, una de las sobrevivientes, dijo que están "decididos a pelear por la expropiación del galpón a los dueños, que son los mismos del 2006, porque este caso quedó impune, entonces no queremos que vuelva a ocurrir allí otra masacre".

"Buscamos que el lugar sea un espacio para las próximas generaciones, para nuestros hijos, que tengan donde organizarse y capacitarse porque las víctimas de Luis Viale eran todos inmigrantes bolivianos que no sabían nada sobre los derechos ni a quién recurrir", recordó.