Dos barrios bien plantados

Plazas, parques y patios fueron los escenarios donde este año La Boca y Barracas sembraron memoria, en el marco del 45 aniversario del último golpe cívico militar. Además de la enorme participación, hubo otra importante noticia: después de largos años de espaldas a cualquier tema relacionado con los derechos humanos, el Club Boca Jrs realizó homenajes y le quitará el título de socio honorario al genocida Emilio Massera.  

Dos barrios bien plantados

“Justo acá, donde estamos plantando el árbol, había una fuente y mi papá me traía a jugar con un barquito. Yo tenía 10 años cuando se lo llevaron”. Fernando está parado en el medio de la Plaza Malvinas, allí por donde su papá, Eustaquio Peralta, cruzó el 28 de diciembre de 1977 para ir a su trabajo en el puerto y nunca más volvió. “En medio de la caminata para llegar a la lancha Mineral, amarrada en unas de las dársenas, fue secuestrado”, recuerda su hijo frente a un centenar de vecinos y vecinas de La Boca, que se reunieron en medio de la pandemia para plantar memoria. La plaza está en el corazón del complejo Catalinas Sur, una zona de La Boca con una identidad y una historia distinta al resto del barrio. “Es muy difícil para el barrio reconocer lo que ha pasado, hay mucho silencio y mucho dolor. Pero mucho silencio. Esperemos que se revierta”, dice Fernando y sus palabras se convierten en acción: de cara a este nuevo aniversario del golpe cívico militar, se unió con otres vecines para romper con tanto silencio. Juntes buscan recuperar los nombres de quienes vivieron en alguno de los edificios y fueron secuestrades; buscan rescatar sus historias de vida, sus militancias. Como la de Eustaquio, paraguayo, obrero marítimo, delegado gremial, vecino del 12, papá de Fernando y víctima del Plan Cóndor.   

La actividad en Plaza Malvinas fue una de las tantas que se organizaron en distintos espacios públicos de La Boca y Barracas y que se enmarcaron en las acciones del Encuentro por la Memoria, un espacio que reúne a vecinos y vecinas de esos barrios. Esta vez, debido a la situación sanitaria, se definió no realizar la Marcha de Antorchas que todos los años atraviesa las calles boquenses. En su lugar, la semilla de la memoria se multiplicó. Y la participación fue, incluso, mayor que en la tradicional movilización. La cercanía a sus casas, las propuestas que acompañaron la plantación o, tal vez, la necesidad de compartir con otres después de tanto aislamiento y distancia, redundaron en que cientos de vecinos y vecinas se sumaran en plazas, parques, canteros y hasta en macetas de patios y balcones.

 

Boca plantada

Además de la importantísima participación social en los barrios, otra gran noticia de este 24 de marzo fue el cambio de política de la dirigencia del Club Boca Juniors. En una acción impensada de 1995 a esta parte, convocaron a organismos de derechos humanos para homenajear a las y los 30 mil desaparecides, y plantar un árbol dentro del club.

En la actividad, realizada al aire libre en la zona de los quinchos, su presidente Jorge Amor Ameal consideró “un orgullo que nos permitan plantar un árbol para que el recuerdo sea permanente. Porque 24 de marzo no es un solo día. Es todos los días. Por eso lo vamos a replicar en cada peña y en cada lugar donde trabajamos”. En esa línea, también informó que llevará a la Asamblea de Representantes –que preside José Luis Palazzo, de Nuevo Boca- la propuesta de conformar una comisión de derechos humanos. El espacio, que de crearse sería una novedad en la institución xeneize, existe desde hace tiempo en muchos clubes argentinos, pero jamás estuvo ni en los planes de las gestiones macristas que durante larguísimos años administraron el club. El año pasado, una idea similar propuesta por algunos miembros de la nueva comisión directiva, no había sido escuchada.

En el acto estuvo presente Lita Boitano, mamá de Adriana y Miguel, quienes se encuentran desaparecides. Detrás de la tarima, que de tan alta apenas dejaba ver sus rulos blancos, la presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, reconoció que, aunque es hincha de Boca, esta era la segunda vez en su vida que entraba a la Bombonera. Emocionada y con la camiseta xeneize número 10 colgada en el atril, agradeció el homenaje: “Siento que nunca tuve a mis hijos tan cerca como este año que plantamos memoria”, subrayó. Muy cerquita escuchaba Graciela Lois, compañera de Lita en Familiares y cuyo rol fue fundamental en el acercamiento de los organismos al club de la ribera.

Después tomó el micrófono Raquel Witis, militante de derechos humanos y mamá de Mariano, joven asesinado por un policía bonaerense hace 21 años. Raquel destacó que “Boca y River puedan realizar campañas abrazados, dejando de lado la cultura del odio que le dice al adversario ‘no existís’” y recordó a Mauricio Macri, allí en el exacto lugar donde arrancó su carrera política: “La gestión macrista fue una gestión gendarme y negacionista, que tuvo que volver atrás cuando propuso el 2x1 por la gran movilización popular”.

En el mismo sentido y recordando -sin nombrar- no sólo a Macri sino también a Daniel Angelici, el prosecretario del club, Alejandro Veiga, resumió sobre el acto en el que se plantó el jacarandá: “Boca era un territorio hostil para estas cosas, pero ahora ya no lo es”.

Y para desterrar tanto silencio, tanto desprecio por la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, desde la Comisión Directiva también anunciaron otro acto de enorme peso simbólico: se llevará a la Asamblea de Representantes la propuesta de que se le quite la condición de socio honorario al genocida y jefe del centro clandestino que funcionó en la Esma, Emilio Eduardo Massera, y a otros miembros de la dictadura que recibieron esa distinción en 1972. En ese momento el país estaba gobernado por otra dictadura, la de Alejandro Agustín Lanusse y Boca reconocía a varios militares por los “servicios prestados” para la construcción del estadio en la Ciudad Deportiva, en la costanera sur. El estadio nunca se construyó.

Esta justa iniciativa y la conformación de una comisión de derechos humanos podrían ser votadas en la próxima asamblea que se reunirá el 30 de abril. Su aprobación debe ser el comienzo de un camino distinto para  

 

Un hilo, un tejido

Plazas y parques. Veredas y patios. La acción de plantar árboles, arbustos, plantas o semillas se multiplicó a lo ancho de La Boca y Barracas. En algunos casos, el empuje partió de un aula, de una maestra. En otros, fueron las organizaciones sociales y políticas las que se pusieron al hombro la convocatoria con radios abiertas, música, ferias y pintadas. Pero en cada una de las actividades, se percibió una profunda sensación de que la memoria, al igual que las semillas, viene cargada de futuro. Que traer el pasado al presente no hace más que construir un mejor porvenir.  

“La memoria vive en las luchas cotidianas –leyeron en cada movida les integrantes del Encuentro La Boca Barracas- Un año atrás nos encontrábamos organizando la marcha de antorchas cuando estalló la pandemia. A partir de ese momento, las compañeras y compañeros de nuestros barrios nos dimos a la tarea de organizarnos para conseguir y distribuir alimentos, garantizar los dispositivos de testeos, crear un protocolo para barrios populares y viviendas multifamiliares, asistir a las vecinas y vecinos desocupados, permitir el acceso a los contenidos educativos reemplazando la falta de conectividad con apuntes, libros, fotocopias, celulares, y enfrentar los desalojos que aún siguen siendo una amenaza para las familias que no llegan a acceder a un techo digno”. El texto colectivo mostró ese hilo que, en la tarea cotidiana de construir un barrio más justo, va tejiendo pasado, presente y futuro.

 

Socixs desaparecidxs

Otra de las acciones que impulsó el Club Boca Juniors en el marco del 45 aniversario del golpe genocida fue convocar a familiares o allegados/as de socias y socios que hayan sido víctimas de desaparición forzada durante la última dictadura militar.

El objetivo es conocer sus historias de vida y reivindicar su condición de socios y socias del club. Para hacerlo deben enviar un mail a derechoshumanos@bocajuniors.com.ar

 

Homenajes a ex combatientes

En La Boca se realizaron dos actos de reconocimiento a veteranos de guerra de Malvinas. Uno en la Plaza Malvinas, donde se descubrió una placa con sus nombres y se volvió a izar la bandera argentina, que había sido robada meses atrás.

Otro sentido homenaje ocurrió en el Club Boca Jrs, donde se reconoció con medallas a 73 ex combatientes socios del club. Además se inauguró un mural en la platea L, pintado por las manos de @patopintora y @floresdeluna.pinturas (en Ig), y el primero en ser emplazado dentro de la cancha.

“Pintar con Memoria las paredes de nuestro club, o nuestro barrio, para honrar y no olvidar a los héroes que dieron la vida por la Patria, es también recuperar nuestra identidad popular xeneize”, señalaron desde la agrupación Boca es Pueblo.