El legado de Mugica
A 50 años del asesinato del sacerdote en manos de la Triple A, el Padre Lorenzo “Toto” de Vedia, de la parroquia Caacupé, pide que no se imponga “la ideología del individualismo” y reflexiona sobre los problemas que persisten y los nuevos desafíos en los barrios populares.
Sin importar lo que las jerarquías digan, e incluso más allá de la órbita de la Iglesia Católica, quienes habitan los barrios populares ya tienen un santo. Es el Padre Carlos Mugica, presente en remeras, pintadas y ruegos de los creyentes. Pero a diferencia de otros santos de estampita, su figura y su obra se hacen bandera en la lucha del presente, como volvió a quedar demostrado al cumplirse 50 años del asesinato del religioso: se montaron actividades en las villas porteñas y todo culminó en una misa masiva a la que se acercaron las comunidades de las barriadas.
El modelo del Padre Mugica en los barrios populares lo buscan imitar en la Iglesia Católica el equipo de sacerdotes para las villas de emergencia. Una de las caras visibles de este grupo es alguien muy conocido por todes en la Villa 21-24 de Barracas, el padre Lorenzo “Toto” de Vedia. Desde 2011 es titular de la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé, la cual tiene una extensa tarea pastoral con resonancias sociales más allá de lo religioso, que fue creciendo ya desde la época de Pepe di Paola y alcanza hoy una red de contención fundamental en el barrio.
Toto fue uno de los asistentes y celebrantes de la misa que el Arzobispado de Buenos Aires organizó en el Luna Park el domingo 12 de mayo, a la que concurrió una delegación de la Parroquia de Caacupé. La misa tuvo la característica de las celebraciones religiosas en los barrios populares, porque fue acompañada de pancartas, cánticos, bombos y un clima de alegría. Fue, además, el cierre de una semana de intensas actividades para honrar el legado de Mugica, tanto en las villas como en la propia Catedral porteña. Allí se lucieron esculturas con el rostro del sacerdote asesinado por la Triple A el 11 de mayo de 1974 y de otro cura villero, el Padre Bachi de La Matanza, las cuales habían sido confeccionadas por les integrantes de la Casa de la Cultura de la Villa 21-24.
Acción social
En medio de este ritmo vertiginoso, el Padre Toto se tomó un tiempo para reflexionar ante Sur Capitalino. “El legado del Padre Mugica se mantiene vivo en el trabajo de los barrios populares, tratando de imitar el espíritu que tuvo él en su tiempo y, a la vez, acompañando y buscando afrontar los nuevos desafíos que se presentan”, inició. Inmediatamente, le puso nombre a esos desafíos de antes y del ahora.
“Hay una violencia social que viene de arriba hacia abajo. Con un presidente que insulta, ataca y descalifica”
“En su época, se trataba de instalar la realidad de las villas en la sociedad, armando los barrios con Comisiones Pro Agua, Pro Luz, etcétera. Hoy, si bien se sigue trabajando en la infraestructura, presentado como Integración Socio Urbana, hay una urgencia enorme contra la que luchar, que es el paco. Y se enfoca desde la prevención en adolescentes y jóvenes, y desde la recuperación en quienes ya cayeron en la adicción”, describió el Padre Toto.
La tarea de Caacupé
Al respecto de ese flagelo, su parroquia coordina una sede de los Hogares de Cristo en recuperación. Es una de las múltiples ramificaciones que tiene la acción social de esta iglesia, situada en Osvaldo Cruz al 3400. “Son en total 12 capillas, 8 comedores, Catequesis, Apoyo Escolar, grupos de Misioneros, una Escuela con Jardín, Primario y Secundario, un Terciario de Enfermería y hasta una murga. Y periódicamente se hacen campamentos, encuentros comunitarios, o competencias recreativas”, relató Toto.
Por todo esto, sostuvo que la Parroquia es “como la Intendencia del barrio para nuestros vecinos”. “Se acercan con pedidos de comida, de trabajo, de ropa, o de mediación ante conflictos personales. Junto a las organizaciones sociales, tratamos de llevar a cabo la asistencia y el servicio social”, dijo, y agregó que en medio de esta crisis económica, todas esas intervenciones “se potencian fuertemente” por las necesidades.
Lesbicidio de Barracas
La trayectoria del Padre Toto de Vedia en medio de esta realidad del día a día de los barrios más postergados, permitió sumar a su análisis una reflexión sobre el aberrante lesbocidio sucedido en Barracas. Fue enfático sobre el clima que se vive en la sociedad, especialmente en los sectores más golpeados por la situación económica.
“Hay una violencia social que viene de arriba hacia abajo. Con un presidente que insulta, ataca y descalifica, creando un modo de conducir el país con agresiones, que trae violencia. Esa violencia decanta en violencia entre los propios vecinos”, planteó. “Esto se suma a la situación social complicada que se vive en nuestros barrios, que también genera violencia. Muchas, por supuesto, vienen desde hace tiempo y otras tantas se agudizan más aún ahora”, analizó Toto.
En el homenaje que se realizó en la parroquia Cristo Obrero, de la villa 31, donde descansan los restos de Mugica, Toto también habló del momento que atraviesa el país. “Mugica nos enseña a no mirar para otro lado cuando hay que denunciar lo que está mal, a no dejarnos arrastrar por este nuevo cambio cultural en el que se impone la ideología del egoísmo y el individualismo”, dijo y en el texto que leyó en nombre de todo el equipo, reivindicó: “Mugica muere en los que tienen hambre y vive en muchos comedores comunitarios; Mugica muere en tantos jóvenes desangrados por la droga y vive en el Hogar de Cristo y en quienes los ayudan a pararse; muere en barrios sin cloaca, luz y servicios y vive en capillas, colegios y clubes de barrio; muere cuando el Estado se ausenta y vive cuando se fortalece la comunidad. Muere cuando crecen los despidos y vive en los trabajadores de la economía popular”.