Gestionar desigualdad

Preside una de las dos comunas más pobres de la Ciudad, las únicas donde el oficialismo de Juntos por el Cambio perdió las elecciones en 2019. Ser opositor le costó recursos que a la Comuna 4 no llegaron como al resto del distrito. También perdió una subsede que jamás se reconstruyó. A poco de terminar su gestión, entrevistamos a Ignacio Álvarez.   

Gestionar desigualdad

Ignacio Álvarez asumió al frente de la Comuna 4 en diciembre de 2019. Sabía que presidir la junta comunal que representa a cuatro de los barrios más postergados de la Ciudad no sería tarea sencilla. A eso se sumaba una complicación aún mayor: junto con el presidente de la 8, serían los únicos dos opositores a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en el distrito más rico del país. Sin embargo, asegura, lo volvería a hacer. Es que a pesar de los obstáculos que, a 18 años de sancionada la ley, aún perduran contra una real autonomía de las comunas, su balance de lo hecho en estos casi cuatro años es positivo. “Creo que, al ser una comuna opositora, los recursos desde otras áreas, otros ministerios porteños, no nos han llegado directamente como llegan a otras comunas. Y en años electorales la tensión es mayor. Pero lo que nos propusimos hacer, lo hicimos: priorizamos ir a los lugares donde el Gobierno de la Ciudad no iba nunca y mejorarlos y así fue”, analiza Álvarez, vecino de Parque Patricios, militante de La Cámpora, 39 años y un termo bajo el brazo que lo acompaña a donde va.      

- ¿Con que te encontraste al llegar a la comuna en diciembre de 2019?

- Con una situación bastante compleja: la comuna tenía una semi intervención porque la gestión anterior no estaba haciendo las cosas bien. Había un equipo de abogados que se ocupaba prácticamente de la gestión de la comuna. Fue una sorpresa, no lo esperábamos ni lo sabíamos. A la presidenta anterior no la vi, dejó la llave de la oficina y ni nos conocimos. Pero bueno, finalmente pudimos hacer la transición.

- Y poquito después la pandemia…

- Claro. Partimos con dos años de pandemia que nos imposibilitó la gestión porque en las comunas, como en muchísimos otros organismos de la Ciudad, los recursos fueron reasignados a la cuestión sanitaria. Pero cuando empezó a aflojar, pudimos empezar a retomar tareas y responsabilidades. Creo que hay un balance positivo, aunque no del todo lo que esperábamos en cuanto a ganar más autonomía como lo establece la ley de comunas. Cuando llegamos estaba todo hiper controlado y la gestión prácticamente no tenía el control de nada de lo que sucedía en las tareas diarias de la comuna. Los gerentes de la comuna dialogaban directamente con las distintas áreas del Gobierno de la ciudad. Nosotros pudimos ajustar que las definiciones y toda la información corra a través de la presidencia y de la junta comunal.

- ¿En cuanto a la autonomía, se pudo avanzar en algo?  

- A nivel comunicación, logramos sacar la página web. La ley establece que cada comuna debe tener su web, pero cuando llegamos estaba centralizada en el gobierno central. También logramos sacar un cuit y una cuenta bancaria propia de la comuna como establece la ley, en el camino a tener la jurisdicción propia. Ahí es donde no logramos terminar de avanzar y es el desafío para los próximos cuatro años de todas las comunas: que el presupuesto entre directamente a una cuenta de la comuna y no a una general, como ahora.

- ¿Se toparon con más obstáculos por ser una comuna opositora?

- Pensamos que íbamos a poder avanzar en la autonomía y no lo logramos. Tampoco en otras competencias que indica la ley como el mantenimiento de vías secundarias, el alumbrado, las veredas, y que todavía las tiene Espacio Público. Creo que, al ser una comuna opositora, los recursos desde de otras áreas, de otros ministerios, no nos han llegado directamente como llegan a otras. En años electorales la tensión es mayor. Por poner un ejemplo, algo que relevamos concretamente para poder ir a pelear y discutir con elementos fueron las veredas y caminos internos de los espacios verdes de la comuna 2: Espacio Público destinó una gran cantidad de recursos e hizo todo a nuevo. Lo que genera esto es que impide tener otro nivel de cercanía con las herramientas de la ciudad que tienen que estar destinadas a los vecinos. Y quita la oportunidad de poder administrar esos recursos hacia donde se requiere más ayuda. Para contrarrestar esto, acercamos herramientas del Estado nacional al territorio con cientos de operativos en la comuna.

- El tema es que además de opositora, es una de las comunas con mayor pobreza de la Ciudad. ¿Cuáles son los principales problemas que relevaron en nuestros barrios?

- Hoy el reclamo por lejos en la comuna, con más enojo, es el de la seguridad. Seguimos siendo la comuna con los índices más altos de inseguridad, y lo dice el propio gobierno de la Ciudad. Cuando ves el mapa de las cámaras están casi todas en el norte. Es para otro sector de la sociedad. Después, vivienda, educación -falta de vacantes- y salud también. Son siempre los mismos ejes. En el sur se vive ocho o nueve años menos que lo que vive un vecino de los barrios de norte, tenemos el doble de demanda de utilización de lo público, los trabajadores ganan la mitad de lo que ganan en el norte, a las mujeres les cuesta más conseguir trabajo, la mortalidad infantil es mucho más alta que en el norte de la ciudad... Esa desigualdad tiene que ver con la falta de inversión en los servicios públicos, fundamentales en nuestra comuna.

- ¿Cuál es el balance de la gestión?

- El balance es bueno. En cuanto a las mejoras de los espacios verdes, lo que nos propusimos hacer, lo hicimos. Priorizamos ir a los lugares donde el Gobierno de la Ciudad no iba nunca y mejorarlos. En Pompeya, que es el barrio con menos espacios verdes de la comuna, pudimos revitalizar el boulevard Rabanal, con patios de juegos y hoy va mucha gente a disfrutar a un lugar donde nunca se había hecho nada. Lo mismo vamos a hacer con Amancio Alcorta, que estamos esperando el ok de la Secretaría para poder comenzar la obra. En el barrio de La Boca, en la plaza Almirante Brown no se hacía nunca nada, pudimos poner la plaza en valor. El parque de Flora Nativa también. Nos dimos cuenta, con la pandemia más aún, que la gente necesita lugares para hacer actividad física, por eso trabajamos en mejorar las canchitas de básquet, fútbol, futbol tenis y voley.

- ¿La comuna intervino también en la zona del Procrear Estación Buenos Aires? Faltó planificación alrededor de tanta cantidad de familias nuevas en un barrio…

- Sí, a los barrios de Estación Buenos Aires y Estación Sáenz le falta muchísimo. Sobre todo, en la habitualidad: faltaba que abran comercios, los nombres de las calles, que esté el supermercadito del barrio, algunas cuestiones de seguridad, iluminación en varios espacios. Fue un desafío. Logramos sumar al mantenimiento de la comuna casi 3 hectáreas más de espacios verdes y se incorporaron siete sectores en Estación Buenos Aires. Ahí, el proyecto original tenía contemplado una escuela primaria pero la Ciudad bajó la licitación y no la volvió a levantar. Ahora finalmente se avanzó en que Nación otorgue el dinero para que Ciudad construya. También el gobierno nacional junto con la UBA está construyendo allí el nuevo CBC, el que estaba en Montes de Oca pasará ahí. Lo recalco porque toda la obra de infraestructura en el sur de la ciudad y en nuestra comuna en estos cuatro años la hizo el gobierno nacional. Incluido el viaducto Belgrano Sur que va a conectar Pompeya con la Estación Buenos Aires en Barracas, y con Constitución, con lo cual ahí también va a haber otro medio de transporte importante muy rápido y muy accesible.

- Lo que sí hizo la Ciudad fue el metrobús en unas cuadras de La Boca…

- Esa fue una obra completamente injustificada, innecesaria y muy mal planificada que no cumplió con los tiempos. El objetivo de que el transporte sea más rápido es insignificante para semejante obra. Pasa exactamente lo mismo con la estación de subte Sáenz de la línea H, que lleva años y que no se va a terminar ya que caducó la prórroga de expropiación del terreno para hacer la boca. Miles de millones de pesos tirados a la basura.

- ¿Cómo fue la decisión de presentarse como presidente de la comuna en el amparo por el cumplimiento de la ley 2240 en La Boca?

- Fue una presentación institucional. Es un hecho inédito para una junta comunal. Se decidió que yo sea el representante en las reuniones con la mesa ejecutora y así lo estamos haciendo. La verdad que habíamos arrancado muy bien y con algún tipo de diálogo para empezar a trabajar. Se trabajó en un plan para el barrio de La Boca importante, donde se pudieron llevar todas las problemáticas. Pero ahora, año electoral, entiendo que hay una definición de no avanzar. Paralelamente, se dieron algunos incendios y desalojos en los que no tuvimos respuesta. O sea, teníamos más respuesta antes de que se conforme la unidad ejecutora que ahora. La Ciudad no aplicó los protocolos. La causa sigue en pie, hay audiencia pronto, así que iremos nuevamente a plantear lo mismo, el cumplimiento del fallo.

- ¿Te vas a presentar para ser reelecto?

- No estamos pensando todavía en eso, además no es una decisión individual sino del colectivo del que formo parte y del Frente de Todos.

- ¿Pero te gustaría?

- A mí la gestión me encanta. Me gusta trabajar, he disfrutado de estos cuatro años. Y creo que hemos logrado cosas. Es un desafío volver a ganar la comuna y seguir gestionando la comuna 4 años más con el compañero o compañera que esté al frente.

- Tu gestión se diferenció por estar mucho en la calle, ¿fue una decisión?

- Creo que tiene que ver con que somos militantes. Al haber sido siempre militante de base, en el territorio… quizás no es que estoy ahora más que antes, cuando no tenía esta función también estaba. Es el trabajo que más nos gusta y el que más vocación tenemos de hacer. Todo lo que pudimos estar, lo hemos hecho. Con todos los conflictos que tuvimos. Desalojos, incendios, seguridad, tratando de hacer llamados, articular algunas herramientas. No podemos resolver mucho porque son cuestiones en las que no tenemos injerencia. Pero estar ahí, hablar con el vecino y hasta, en muchos casos, terminar cortando una calle como un vecino más porque no tenemos respuesta del gobierno en la ciudad. A veces no nos queda otra que ponernos codo a codo con el vecino en ese reclamo.

- Por último, ¿en qué quedó la situación de la subsede comunal en Barracas?

- Es algo que no se pudo concretar. Había empezado con una promesa cara a cara del jefe de Gobierno en una reunión en la comuna, donde dijo que se iba a reconstruir la sede de Barracas, en la calle Suárez. Trabajamos en el proyecto arquitectónico, se hizo el proyecto con ellos durante un año, estaba todo avanzado y de un momento para el otro se cayó. Y paralelamente, cuando se toma esa definición de no hacer la obra, que obviamente nunca nos la transmitieron, toman una muy mala decisión que es instalar una subsede de la comuna paralela. Eso lo judicializamos porque entendemos que fue algo completamente fuera de la ley. La ley dice que las subsedes solo pueden ser aprobadas por la junta comunal. Y eso nunca pasó. Ni siquiera nos avisaron. Acá hubo una clara intención política que fue: ‘esta comuna la perdimos, saquémosle los servicios’.

 

La 4 en números

Por ahora, las comunas sólo tienen como competencia el arbolado y el mantenimiento de los espacios públicos.

Estos son los números de esta gestión a diciembre de 2022:

  • 2.852 plantaciones
  • 10.013 podas
  • 821 extracciones
  • 55 intervenciones en parques y plazas (renovación de juegos, espacios deportivos, mejoramiento de mobiliario, etc.)
  • 12 nuevos sistemas de riego
  • Más de 200 operativos territoriales (Comuna, ANSES, PAMI, Renaper, Ministerio Público de la Defensa, El Estado en tu barrio, Secretaría de Energía, Ministerio de Salud y muchos organismos más)