Durante tres semanas, más de 2500 oradores y oradoras expondrán sus posturas para luego dar paso a la segunda lectura de la norma a la que el oficialismo porteño ya le dio la primera aprobación. 

Para avanzar con este acuerdo, la Legislatura porteña debe aprobar el cambio de las normas urbanísticas en un terreno que está habilitado solo para actividades deportivas. A cambio de la autorización para construir en altura torres de hasta 45 pisos, IRSA se comprometió a dejar una parte del terreno como parque de uso público y mantenerlo durante 10 años, además de hacer un aporte monetario al "fondo de desarrollo urbano sostenible".

La jornada de hoy, arrancará con la exposición de 23 funcionarios, comuneros y especialistas que abrirán el debate a las 14.

Desde la ciudadanía y las organizaciones ambientalistas que rechazan el proyecto hay confianza en que se repita la experiencia de Costa Salguero, cuando lograron frenar el intento de privatizar los predios de Costa Salguero y Punta Carrasco, en la costanera norte.

“La Ciudad tiene una oportunidad histórica de repensar su relación con el Río y el desarrollo urbano que está dilapidando en pos del interés privado”, planteó la legisladora del Frente de Todos Claudia Neira en la previa de la audiencia. 

Por su parte, Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), primero en la lista para intervenir por parte de los vecinos y vecinas, recordó que el convenio "se firmó sin producir el Estudio Diagnóstico y la Evaluación de Impacto Ambiental que exige el Plan Urbano Ambiental”. 

El ODC y la Defensoría de Laburantes presentaron una acción judicial para solicitar que se presenten los estudios cuanto antes, y aseguran que su falta "resulta violatoria del derecho político a participar en la audiencia pública de manera informada y del derecho de acceso a la información ambiental de manera clara y oportuna".

María Eva Koutsovitis, coordinadora de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CIC), que también expondrá, advirtió que con el proyecto "van a modificarse la circulación de los vientos, el escurrimiento superficial y subsuperficial de las aguas, las condiciones de asoleamiento y van a generarse importantes impactos sonoros. Esto va a impactar en la calidad del aire, en el aumento de inundaciones y la temperatura, y va a poner en riesgo la biodiversidad que habita en la Reserva". 

Fuente: Página 12