Duro y represivo

Si algo tiene el gobierno de Larreta es su claridad y consecuencia ideológica. Desde estas paginas nos hemos venido ocupando, desde que llegaron al gobierno de la mano de Mauricio Macri, allá por el año 2007, de cada una de las tropelías, siempre en favor de los que más tienen, realizadas en el sur de la Ciudad. El negocio inmobiliario en todas sus facetas fue desde sus inicios facilitado a sus amigos, socios y aportantes de campaña en forma constante con un pico de discrecionalidad asombrosa entre 2015 y 2019.

Duro y represivo

Quizás la definición más ajustada sobre el alcalde porteño la haya realizado el radical Martín Lousteau, uno de sus mayores socios políticos y quizás el que más chances tenga de sucederlo en el gobierno porteño, al afirmar “Larreta todo lo que puede comprar lo compra y todo lo que puede vender, en términos inmobiliarios, lo vende”. Claro está que, para poder vender los espacios públicos al sector inmobiliario, el propio Losteau con sus legisladores porteños dio una gran mano, al igual que todo el entramado peronista que muchas veces acompañó y otras tantas calló.

La maquinaria oficial, puesta al servicio de los amigos continúa intacta y no deja de sorprender. Pocos días atrás más de un centenar de policías de la Ciudad, asistidos por motos, patrulleros, camiones y seguridad privada rodearon la manzana de Vespucio 65 del barrio de la Boca, para hacer efectivo un desalojo de un conventillo habitado históricamente por 21 familias. El despliegue sorprendió por la nula resistencia de los vecinos que allí viven y por la búsqueda de solución, de manera pacífica que trataban de acercar las diferentes organizaciones barriales. Esa demostración de fuerza, siempre dura y represiva en contra de los que menos tienen y genuflexa con los poderosos quizás sea la primera muestra de cómo intercederá el gobierno de Larreta en apoyo de sus amigos ante el difícil año que se viene en términos de desalojos. Una vez más se vio en este caso la mirada sesgada en contra del vecino del barrio que seguramente deberá migrar en busca de alguna solución habitacional que esta ciudad nunca le dio.

Aunque los resultados no siempre son los deseados, la resistencia a la máquina política, judicial y económica empresarial, siempre está y la realidad nos demuestra que no es fácil de vencer, aunque se aúnen esfuerzos. El rechazo a la venta de 17 hectáreas en costanera norte para la construcción de un mega emprendimiento inmobiliario de lujo en perjuicio de los vecinos de la Ciudad y su relación con el río generó que más de 2 mil personas expusieran en la audiencia pública desarrollada entre diciembre y enero, de los cuales el 97 por ciento rechazó el negociado en tierras públicas.

Si hay ajustes hay que mirar al sur y para mayor castigo que sea en las áreas más vulnerables, salud, educación y vivienda. Así se desprende de los recortes presupuestarios elevados por Larreta para el año en curso y de los estudios del diputado Matías Barroetaveña que aseguran que la Comuna 14 –Palermo- tendrá un incremento del presupuesto del 147 por ciento, mientras que la Comuna 4 –La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya- recibirá un incremento interanual de tan solo el 27 por ciento. Si venimos de un año duro, este no parece que se nos presente mucho mejor.