Mujeres que construyen

Fundación Temas abrió un taller destinado a vecinas de la villa 21-24 que brinda capacitación en albañilería, un oficio socialmente asignado a los hombres. Además, entre ladrillos y cemento, suma una salida laboral y empodera a las mujeres en el mejoramiento de las condiciones de vida de su comunidad.

Mujeres que construyen

La villa 21-24 de Barracas es una de las más pobladas de la Ciudad. La mayoría de las 80 mil personas que la habitan, viven en condiciones de hacinamiento, en construcciones precarias, con problemas en el suministro de agua potable, riesgo eléctrico y una fuerte exposición a la contaminación por su proximidad al Riachuelo. Además, es un barrio con gran preponderancia de familias numerosas en las que el sostén del hogar es una mujer.

La Fundación Temas es una organización que desde hace 15 años viene trabajando en la villa diferentes problemáticas sociales, desde lo colectivo y comunitario. Uno de los programas que comenzaron a poner en marcha es un fondo rotatorio de microcréditos para mejoramiento habitacional. Un proyecto, aún en etapa piloto, destinado a mujeres y disidencias de la comunidad con acceso a un crédito y asistencia técnica.

“En la implementación surgió la cuestión de la mano de obra. Por un lado, estaban las mujeres que contaban con un compañero, hermano, primo que tenían conocimientos de construcción y las que no. Las que contaban con un hombre que pudiera hacerlo, dependían de sus tiempos o de la idoneidad que a veces no resultaba ser tanta. El resultado era que las mujeres perdían materiales o las obras no lograban mejorar el problema. Partiendo de ahí, y en el camino de continuar construyendo igualdad entre géneros es que decidimos avanzar en formarnos en oficios de la construcción que están socialmente asignados a los hombres”, cuenta Paz Ochoteco de Temas.

Así nació el taller de albañilas. A las cuatro horas de publicada la convocatoria ya se habían inscripto 150 mujeres, de las que quedaron 60 por cuestiones de presupuesto y espacio. El cupo rebasado dejó en claro la necesidad de la formación.

El grupo de talleristas está compuesto por arquitectas y constructoras de tres colectivas: Arquitectura Participativa Comunitaria (APC), Nosotras lo arreglamos y Albañilas. El objetivo del taller, además de aprender el oficio para sanear las deficiencias habitacionales propias y ajenas, es sumarle la perspectiva de género. Una perspectiva que atraviesa todos los módulos, buscando comprender las desigualdades de raíz para construir en comunidad.

Además, la posibilidad del desarrollo de este taller significa una oportunidad de inserción laboral. Luego del curso de introducción a la construcción y rehabilitación de viviendas que dura dos meses y medio, comienzan el módulo básico común que incluye una serie de contenidos troncales y finalmente eligen una especialidad entre: albañilería general, electricidad y plomería para poder abordar los problemas más frecuentes y urgentes.

Las prácticas las realizan en las viviendas del barrio que están en condiciones más críticas, promoviendo la solidaridad comunitaria y aportando al empoderamiento de las mujeres y disidencias. La actividad también busca sumar mano de obra en el barrio para ejecutar las obras de mejoramiento que surjan. Cuentan con un banco de herramientas y máquinas que se pone a disposición para las prácticas y que se puede utilizar en las obras organizadas a partir del fondo rotatorio.
“En simultáneo con los espacios de formación también realizamos las rondas de mujeres, un viernes a la nochecita, recuperamos ese momento de encontrarnos para conversar, para escucharnos, para conocernos más, para ser cada día más amigas”, relata Paz orgullosa de los espacios que abrieron.

Las mujeres y disidencias del barrio 21-24 están organizadas, tejen redes y se tienden manos. Agarran la pala, se cargan al hombro las bolsas y construyen paredes en el sentido más metafórico y real de la palabra. No esperan al hombre proveedor, ellas son quienes se forman juntas para poder ayudar e incidir positivamente en la comunidad de la que son parte. Tal como mencionan en la presentación del proyecto desde la Fundación el taller de albañilas, “además de promover la autonomía económica, empodera a las mujeres en el mejoramiento de las condiciones de vida de su comunidad”. La palabra sororidad en la Villa 21-24 no es cliché, resuena en cada pasillo.

 

La pandemia y después

El actual escenario de pandemia amplificó las desigualdades y problemáticas de las mujeres y disidencias del barrio. Sobrecargó las tareas de cuidado socialmente asignadas, aumentó la desocupación y la precariedad laboral, agravó las situaciones de violencia y expuso con más fuerza a las deficitarias condiciones de la vivienda.

A comienzos de este año, en la Fundación Temas entrevistaron a 138 mujeres que asisten al espacio. Relevaron, como datos alarmantes, que el 85 % de las entrevistadas tiene más de un 1 hijx, de lxs cuales el 42.5 % no vive con su padre, que durante el 2019 se redujeron los ingresos en el 79 % de los casos, que casi el 40 % expresó que las condiciones de su vivienda son de regular a muy malas; y que el 42 % de ellas refirió necesitar un espacio para hablar sobre violencia de género.

La perspectiva de género atraviesa todas las prácticas de Temas. Desarrollan espacios comunitarios destinados a Educación Sexual Integral para niñxs, Salud sexual y reproductiva para mujeres, campañas de controles ginecológicos y espacio de mujeres y taller de masculinidades para adolescentes y jóvenes; cuentan con la experiencia de implementación de dos programas de microcréditos destinado a mujeres y otro de formación de referentas en géneros.

 

Fundación Temas

Manzana 26, casa 42 – Villa 21-24  / Fb @FundacionTEMAS / 011 3379-1669