El Playón no se vende

Desde hace algunas semanas, quienes integran la murga Los Príncipes de La Boca están en estado de alerta. Una inmobiliaria tiene en venta a más de medio millón de dólares la esquina de Iberlucea y Lamadrid, espacio de ensayo, deportivo y recreativo para les pibis del barrio.

El Playón no se vende

Si uno nombra el Playón dentro del barrio, automáticamente se sabe de qué lugar emblemático se está hablando. El Playón es murga y es pibes pateando una pelota. La esquina de Lamadrid e Iberlucea es también parada obligada para miles de turistas que caminan día a día de Caminito y Vuelta de Rocha hacia el estadio de Boca Juniors.

Hoy, esa esquina que es patrimonio de cientos de vecinos y vecinas del barrio se ve nuevamente atacada por las manos del negocio inmobiliario que ya no sólo les expulsa de sus casas sino también del espacio público y los lugares de recreación para les jóvenes.

Sur Capitalino conversó con Juan Ramírez, presidente de la Asociación civil de los Príncipes de La Boca y del Playón, más conocido como El Rama, quien vive en el barrio hace 42 años y es el encargado de armar y desarmar la feria de artesanos. Juan vio nacer el playón hace 33 años cuando era un juntadero de escombros y cenizas, a raíz de uno de los tantos históricos incendios que dejó a quince familias en la calle. El Rama era chico, pero recuerda que “lamentablemente, como siempre pasa en el barrio, se prendió fuego un conventillo. En los años ‘90 existían muchos baldíos en el barrio, que generaban contaminación. Ahí se decidió limpiarlo y los vecinos empezaron a hacer un cemento con canto rodado”, piedra emblema de las veredas, calles y plazas en la arquitectura barrial.

“Excelente terreno a metros de Caminito y circuito turístico La Boca. Posee 16,57 metros de frente a calle Aráoz de Lamadrid - 6 metros de ochava - 17,85 metros de frente a calle Del Valle Iberlucea - 20,73 metros de frente hacia el sur - 22,23 metros de frente hacia el oeste”. Así, sin murga, ni mural ni un solo pibe la inmobiliaria Antúnez Vega describe el Playón en su página de internet. La empresa dedicada al negocio de la propiedad desde 1969 vende la esquina despojada, el mismo mecanismo que usan todas las inmobiliarias cuando publican la venta de un conventillo repleto de familias.  

“Para el negocio inmobiliario el Playón es una mina de oro. Nosotros queremos esa mina de oro, pero abierta para el barrio”

Sabíamos que el lugar no tenía dueño en los papeles. Hace 6 ó 7 años apareció la inmobiliaria Antúnez Vega, y empezó a pegar carteles de venta en nuestro lugar de ensayo. Nosotros los sacábamos, le restábamos importancia, pero ahora es distinto”, reflexiona Rama. También con bronca dice que “la inmobiliaria nunca se comunicó con nosotros, ni tampoco nadie apareció en 33 años reclamando algo. Esa esquina para el negocio inmobiliario es una mina de oro. Y también tenemos información que es la misma inmobiliaria que puso una galería a pocos metros del supermercado Día%. Da la casualidad que siempre buscan galpones, terrenos baldíos y se los dan por derecha”.

En el playón nació la murga más numerosa del barrio y del país, Los Amantes de La Boca, ganadora de muchísimos premios. Luego, con el tiempo, emergieron Los Príncipes. “En esa esquina se originó toda una cultura social del barrio”, afirma Juan Ramírez y agrega: “existe una vida carnavelera: hay murga principalmente, y de ahí se desprenden los talleres de baile, fantasía, apliques y percusión. Además, hicimos una feria de diseño y manualidades para los vecinos”. Luego hubo modificaciones, ellos pusieron las rejas y lo cerraron simbólicamente, pero siempre está abierto para todos los vecinos. También en ese terreno pelado de casi 400 metros cuadrados hay una canchita de fútbol, donde todos son dueños. Sean los chicos que juegan corriendo detrás de una pelota o para los miles de turistas que entran todos los días a sacarse fotos.

“Lo pensamos desde esa idea, que los pibes no estén en la calle, apuntamos a la juventud, que ellos van a cambiar el mundo, desde la unidad y organización”, explica el referente de Los Príncipes.

El playón también es utilizado para que alumnes de la escuela que está a metros de allí, sobre la calle Lamadrid, realicen educación física. También funciona como un punto de encuentro para evacuación de los colegios William Morris y Quinquela Martín.

Por todo esto, no quieren perderlo. Cuentan con el apoyo de otras organizaciones del barrio, como el Comedor Pequeños Camioneritos que los ayuda con la presentación de avales o la Fundación CasaSan. “Se lo reclamamos a la Comuna 4, que todavía no nos dio una respuesta formal, ni a favor ni en contra”, explica Juan.  Y se ampara en la ley 2240 que declaró la Emergencia Urbanística y Ambiental, en lo que hace a la vivienda, servicios, equipamiento y espacios verdes de La Boca. “Queremos que se formalice de una vez, sabemos lo que está pasando en el barrio, el negocio inmobiliario en la zona. Antes La Boca no era nada de esto, Caminito solo era una cuadra y hoy son 4 manzanas, desde el puerto hasta la cancha de Boca. Antes en la calle Iberlucea vivían 50 familias, ahora con toda la furia 15. Para el negocio inmobiliario es una mina de oro. Nosotros queremos esa mina de oro, pero abierta para el barrio".

Desde hace más de 30 años el Playón es del barrio. Es el barrio el que lo usa, lo mantiene y lo conserva. Su propietario, si es que lo tiene, nunca se hizo presente.