El Conicet y Acumar desarrollan un biosensor para monitorear la calidad del agua

Científicos del Instituto Leloir y Conicet avanzan en la adaptación y validación de un biosensor que permite detectar la presencia de contaminantes en el agua que consumen los habitantes de la Cuenca Matanza-Riachuelo.

El Conicet y Acumar desarrollan un biosensor para monitorear la calidad del agua

El biosensor es uno de los 147 proyectos seleccionados en la convocatoria "Ciencia y Tecnología contra el Hambre", del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, en el marco del Plan Nacional de Argentina contra el Hambre.

Por sólo un dólar, y en media hora, el biosensor “Rosalind” es capaz de detectar 15 contaminantes en agua, incluyendo metales como cobre, plomo, zinc y cadmio; varios tipos de antibióticos; y hasta elementos presentes en maquillaje.

"Lo que hace el biosensor es detectar la presencia del contaminante por la producción de una molécula de una sustancia fluorescente; esa sustancia se 'sintetiza' si el contaminante está presente y se 'enciende' una luz verde", contó a Télam Daiana Capdevila, líder del proyecto y jefa del Laboratorio Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

Ahora, la científica y su equipo trabajan para extender el alcance del Rosalind y poder detectar diferentes contaminantes perjudiciales para la salud como arsénico, nitrato y plomo, y determinar si la muestra de agua analizada resulta apta para consumo humano.

"El objetivo es tener los sensores en el campo de acá a un año. Se trata de un sensor portable, rápido y barato, que además es sencillo de utilizar", añadió.

Capdevila señaló que "la falta de acceso al agua potable es un problema global y también afecta a un porcentaje de la población de nuestro país. Desde el principio me vengo enamorando de este proyecto que para mí es una evidencia muy fuerte de que hacer ciencia básica en Argentina puede ayudar a resolver problemas de las argentinas y los ar