CIFHA: memoria fotográfica

Una ex pulpería en peligro de derrumbe, en La Boca, se convirtió en el resguardo de un pedazo de la historia argentina en imágenes. Más de 700 mil documentos se encuentran preservados por Alfredo Srur y todo un equipo interdisciplinario. En junio inauguran un espacio de exhibición.

CIFHA: memoria fotográfica

Alfredo Srur habla pausado y elige sus palabras. No porque pretenda ser cuidadoso o políticamente correcto. Más bien lo contrario. Prefiere la crudeza y la honestidad. Srur no está en piloto automático, no tiene un set de respuestas preparadas y freezadas, listas para ser usadas en cualquier contexto. Srur piensa lo que dice y su cadencia responde a que revisa permanentemente su forma de pensar. Desde que fundó CIFHA, el Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino que funciona en Daniel Cerri e Irala, Srur se liberó de “un montón de prejuicios”, y elige seguir por ese camino: “a esta altura prefiero escuchar otras posiciones que lo mismo que pienso yo”.

Su abuelo sirio, habitante de La Boca, y la búsqueda inintencionada de la verdad/crudeza/honestidad, lo trajo hasta estos bordes relegados -pero siempre discursivamente convocados por los gestionarios estatales- que son los barrios del sur porteño, porque cree que “la zona sur conserva verdades sobre lo que fue nuestra historia y sobre lo que es nuestra sociedad”. Aquí se encontró con personajes expulsados hacia los márgenes sociales, tan dejados a su suerte como los documentos fotográficos que Srur restaura, conserva y difunde, a quienes retrató con su cámara analógica sin condescendencia ni pedantería. Quienes protagonizan el ensayo fotográfico “Zona Sur” se plantan frente a la cámara, porque rechazan ser objetos de curiosidad, caridad o empatía progresista, y porque se rehúsan a ser contemplados sin su autorización.

Poco antes de cumplir los 30 años, Srur compró un ex almacén en peligro de derrumbe sobre la esquina de Daniel Cerri e Irala, en el barrio de La Boca. Allí funciona CIFHA, dedicado a la preservación, producción y difusión de los materiales fotográficos argentinos. Lo acompaña en el proyecto Emilio Casabianca, fotógrafo, docente y laboratorista. Como jefe de laboratorio, se ocupa de la restauración de antiguas placas de vidrio y de la preparación de químicos para procesos fotográficos. Vestido con su ambo blanco -cual cirujano de la fotografía- da respuestas cortas y concisas. Describe su trabajo como “bastante técnico”, a la vez que reconoce que requiere cierto grado de obsesión en el cuidado del material fotográfico. Srur, junto a un equipo interdisciplinario de más de 10 personas que realizan tareas en archivística, investigación, conservación, informática, contenidos y curaduría, recuperan y custodian estos objetos olvidados y descartados, y al hacerlo, los vuelven acervo y los traen al presente. A la fecha, el archivo de CIFHA contiene más de 700 mil documentos fotográficos, que se conservan sin humedad y a la temperatura precisa durante todo el año. A su vez, el material es categorizado, digitalizado y puesto a disposición de manera gratuita a través del sitio web.

El centro se gestó a fuego lento y el año que viene cumplirá diez años de existencia. La conformación del archivo que lo compone tiene un criterio amplio en términos de épocas, formatos, autores y de uso de la fotografía. “En principio, me interesa que responda a la historia argentina, del Río de la Plata y de América Latina y su conexión con el mundo”, sostiene Srur. “No me interesa ver a la Argentina desconectada de Europa ni de Estados Unidos. De hecho, los principales fotógrafos del siglo XIX y del siglo XX eran todos extranjeros. Veo a la Argentina como un lugar de confluencia de culturas, pero eso no quita que vea nuestras falencias en cuanto a la conservación de nuestra cultura y nuestra historia”. Además de la recuperación de archivos del siglo XIX y XX (entre los que se encuentran obras de Harry Grant Olds, Bernardo Croce, Alejandro C. Del Conte y Juan S. Müller), CIFHA también se centra en fotógrafos contemporáneos, y el próximo mecenazgo estará dedicado al trabajo del fotoperiodista Silvio Zuccheri, a quien Srur reconoce como uno de sus maestros, y quien donó su archivo a CIFHA. 

“En su momento me interesó fotografiar seres humanos heridos, marginados, incomprendidos y olvidados. De alguna manera, es parecido a lo que ocurre con la historia de la fotografía argentina y su materia”.

Como director del centro, Srur está especialmente interesado en que las nuevas generaciones “puedan tener otra idea de lo que es la fotografía, o de dónde viene lo que hoy todos utilizan masivamente, que son los celulares y la fotografía celular”. La apuesta a las nuevas generaciones no es casual: “son más permeables a nuevas formas de ver el mundo”, dice, confirmando que detrás del proyecto CIFHA hay un deseo de transformación social: “me interesa vivir en una sociedad con menos desigualdad y con menos quiebre social”.

Para Srur, CIFHA es un acto de rescate y resistencia cultural frente al olvido. Entre su labor como fotógrafo y (llamémosle) “arqueólogo fotográfico” y archivista, observa un hilo conductor: “puede parecer extraño que una persona que fotografió la guerra civil en Colombia de repente hable de la restauración de daguerrotipos, pero creo que hay una esencia muy parecida. Lo que en su momento me interesó fotografiar eran seres humanos heridos, marginados, incomprendidos y olvidados. De alguna manera, es parecido a lo que ocurre con la historia de la fotografía argentina y su materia. Le veo similitud a cuando estábamos recuperando el archivo de Harry Grant Olds y las placas de vidrio con espejos de plata, que es como la herida en la piel pero en el organismo del negativo fotográfico. El espejo de plata es el símbolo de lo que sufrió ese objeto, refleja la desidia y el sufrimiento de ese material. Salvando las distancias, es como el tajo en la piel de un ser humano. Ahí veo un parecido en lo que trabajo y lo que retrato”.

Para junio está previsto que CIFHA estrene su salón de exposiciones con el acervo fotográfico de Juan Müller, el primer fotógrafo en retratar el Tigre. Las impresiones fotográficas se realizaron en el laboratorio de CIFHA desde los negativos originales del fotógrafo de ascendencia noruega. Fue la casualidad o el destino o lo fortuito lo que permitió que se conserve su obra, ya que como explica Srur “uno de los principales enemigos del material fotográfico es la humedad. Que se haya conservado en el Tigre un archivo fotográfico durante cien años sin ningún tipo de cuidado es prácticamente un milagro”.

El rescate fotográfico de CIFHA puede disfrutarse en altísima calidad en su sitio web: cifha.org.ar