Dengue: la importancia de prevenir

La primavera es un tiempo crucial para evitar la reproducción del mosquito transmisor de la enfermedad, destacan los expertos. Pero en la Villa 21-24, uno de los barrios más afectados durante la epidemia de comienzos de este año, hay pocas acciones oficiales para evitar un brote.

Dengue: la importancia de prevenir

Desde hace ocho meses, la gran preocupación sanitaria está concentrada en la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la llegada del clima primaveral y los primeros calores, trajeron consigo el retorno de los mosquitos. Y con ello, el temor a una de las enfermedades con importante presencia en Buenos Aires: el dengue.

El otoño pasado reunió la mayor cantidad de infectados por el virus de la última década, y se sintió con fuerza en la Comuna 4. Si bien el dengue suele llegar a su pico entre febrero y abril, los meses previos resultan claves para la prevención, ya que se puede evitar que las larvas se conviertan en mosquitos adultos con el retorno del calor. El dengue se transmite cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona con dengue y luego pica a otras personas. No se contagia de persona a persona. Por eso es fundamental prevenir su reproducción eliminando el agua estancada, lugar donde la hembra coloca sus huevos, que son muy resistentes al paso del tiempo.

Para que no ocurra lo mismo que a principios de año, en Villa 21-24 ya encendieron las luces de alerta con la intención de contener a tiempo cualquier brote. Si bien es imposible predecir el comportamiento del virus, y es necesario sostener todos los recaudos, algunos expertos señalan que hay altas probabilidades de que no se desencadene una epidemia de dengue de grandes volúmenes en la próxima temporada. Para argumentarlo, destacan que no hay brotes cercanos de esta enfermedad (u otras que transmite el mismo insecto como la Chikungunya y el Mayaro) en la región latinoamericana. El más cercano está en Perú, el único por debajo del Ecuador, cuando en ocasiones cercanas había alertas rojas en Paraguay y el sur de Brasil.

A ello se le suman las restricciones a la movilidad y las dificultades que tendrá el turismo internacional e interno en este verano. El virus del dengue viaja entre humanos, por lo que, a menor circulación de personas entre las regiones, más complejo es que la enfermedad llegue (sobre todo en gran cantidad) a estas latitudes. Porque si bien el virus no se contagia de persona a persona, si alguien llega al país con la enfermedad y un mosquito aedes lo pica, sí inicia el círculo de reproducción.

Por ahora, poco

En simultáneo, para el período que va del 1 al 8 de noviembre la Ciudad vive la “Semana de prevención del virus del Dengue y Chikungunya”. Esto se apoya en la Ley 5401 de la Legislatura porteña, la cual destaca que, en esos días, “el Poder Ejecutivo difundirá información y programará actividades respecto de la prevención y tratamiento de esta enfermedad”. Al cierre de esta edición, las tareas al respecto aún no se habían llevado a cabo en la Villa 21-24, aunque sí existían diversas promesas oficiales de reuniones y acciones de limpieza contempladas para la fase preventiva.

Desde el barrio, distintas voces coinciden en describir el estado de situación actual. “No hay nada concreto, nada que sirva a futuro. Todo es por la mitad, con parches, y mucha plata destinada innecesariamente”, cuenta Dagna Aiva, integrante de la Mesa de Salud y Hábitat de la Villa 21. En ese sentido, la referenta del barrio menciona un ejemplo. “Se colocan mosquiteros para sellar las ventanas. Pero no se tienen en cuenta el formato de las construcciones que tenemos aquí. La mayoría de las casas tienen agujeros, y los insectos van a entrar igual”, agrega.

Asimismo, cuestiona el anuncio reciente por parte de la Ciudad de que cooperativas contratadas por el Gobierno se harán cargo de la limpieza, el barrido y el descacharreo. “Históricamente lo hicieron compañeras de distintas organizaciones. El tema es que acá va a llegar gente sin conocimiento sobre el territorio”, plantea Dagna. Con el objetivo de persuadir a los funcionarios de algunas de estas cuestiones, se llevará a cabo una reunión a mediados de mes entre autoridades y la Mesa de Salud.

El médico Juan Calvetti, a cargo del CESAC N° 8, aporta un panorama parecido. “Hasta el momento, no nos llegó nada puntual. Lo que más se movió es el tema de los autos abandonados, a cargo de la Comuna 4. Y el comité de emergencia, conformado por profesionales de centros de salud, directores de escuelas del barrio y gente del IVC empezó a hablar sobre la temática, pero no mucho más”, relató a este periódico.

“Se están comenzando a hacer algunos operativos de descacharreo en Villa 21-24 y Barrio Espora, pero viene tranquilo el tema”, aportaron en tanto desde la Junta Comunal N°4, donde el margen de acción sobre la enfermedad está limitado.

La recomendación de un experto

“Antes de la aparición de los casos, lo que se debe hacer es un saneamiento ambiental, control de criaderos, eliminación de elementos inservibles y sobre todo, mucha capacitación”, precisa Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de Exactas UBA. El experto señala que hay mucha “desiformación” respecto a la enfermedad, mediante publicidad engañosa. Uno de los grandes mitos de combate contra el dengue tiene que ver con la fumigación.

Aquí, Schweigmann resulta terminante. “La fumigación no debe hacerse antes de que aparezcan los casos. Equivaldría a tomar un antibiótico por las dudas”, explica. Por ello, únicamente recomienda aplicarla cuando hay mosquitos infectados de dengue.

Entre enero y junio de este año, según el boletín epidemiológico del Gobierno porteño, 437 vecinos y vecinas de la Villa 21-24 se contagiaron de dengue. Barracas ocupó el segundo lugar con más casos detrás de Flores. A menos de dos meses de la llegada del verano, el nombre de la enfermedad parece lejano en un año dominado por el coronavirus. Pero el virus está en el horizonte y para prevenir otra epidemia, el barrio empezó a moverse.