Faltan profesionales en el Cesac 9

La asamblea de trabajadores y trabajadoras que brindan atención primaria en la salita de Irala y Lamadrid denuncian que la reducción de personal vuelve imposible conseguir turnos para especialidades y prestaciones. Psicología es uno de los equipos con más problemas.

Faltan profesionales en el Cesac 9

En los últimos años, el Cesac 9 de La Boca sufrió las bajas de tres médicos generalistas, un médico pediatra, una trabajadora social, un médico psiquiátrico, una odontóloga, una psicóloga y una ginecóloga. Nueve trabajadores y trabajadoras de la salud menos que, por trabas burocráticos o procesos de concursos que no se agilizan, no son reemplazados. Además, el Gobierno de la Ciudad cerró las concurrencias y los profesionales en formación ya no pueden hacer sus prácticas en los centros de salud comunitarios. Las consecuencias son evidentes: conseguir un turno para una especialidad o una prestación es prácticamente imposible. Por lo que, el acceso a la salud para una gran parte de les vecines de La Boca es un derecho vulnerado. 

En el Cesac 9 se atienden entre 200 y 300 personas por día. Actualmente en el centro de salud trabajan 50 profesionales, desde que abre sus puertas a las 7 de la mañana hasta las 18. “En la comuna 4 existe un 38% de personas con cobertura de salud pública exclusiva, es decir sin obra social ni prepaga; un porcentaje superior a otras comunas de la Capital Federal”, afirma una de las representantes de la asamblea del Cesac que, al igual que el resto de sus compañeras y compañeros, no da su nombre por temor a la persecución que hace el Gobierno porteño a les trabajadores que denuncian la falta de recursos humanos en la salud. 

En el Cesac 9 se atienden entre 200 y 300 personas por día. Actualmente, en el centro de salud trabajan 50 profesionales, un 20% menos que hace unos años.

“A quienes no tienen cobertura, hay que sumarles las personas que acuden al Cesac porque se quedaron sin trabajo registrado, o aquellas que tienen cobertura privada pero tampoco consiguen turnos para atenderse. Más los trabajos territoriales que solicitan desde las escuelas y las defensorías”, agregan sobre el gran abanico de atención médica que brindan en el barrio.

El área más perjudicada, aseguran, es salud mental, en niños, niñas y adolescentes, y también en personas adultas, una demanda que siempre fue importante pero que ahora, tras la pandemia, se profundizó. “No tenemos psicóloga en adolescentes, hay una sola que viene una vez por semana en el turno mañana. Tuvimos que cerrar las listas de espera, tampoco tomamos admisiones y solo atendemos por casos de gravedad. Sí seguimos trabajando con los juzgados que, a través de oficios, solicitan evaluar”, ejemplifican.

La explicación que dan las representantes sobre este vacío o congelamiento del personal profesional es que “hay licencias que se toman por mayor jerarquía, es decir van a otras áreas, pero ese cargo no se vuelve a concursar. O, a veces, es un trámite que es meramente burocrático y pasa de 6 meses a una espera de 2 años y queda perdido”. En todo esto hay una política de precarización, señalan, y agregan que “esas horas se cubren con suplencias de guardia plana, donde la paga es malísima: todas respuestas atadas con alambres, que se podría haber solucionado con una suplencia concursada formalmente que en una época se hacía y luego dejó de hacerse”.

Otra pieza importante en el sistema de salud porteño son las y los enfermeros afectados por la Ley N° 6035 de Profesionales de la Salud que excluyó a la enfermería y a otros dos grupos, como a los instrumentistas quirúrgico y especialistas en imágenes. “Tenemos menos sueldos, contamos con menos beneficios laborales. Cumplimos un rol clave en la atención primaria y tenemos mayor carga horaria”, reclaman quienes son parte importante de la estructura del Cesac 9.

“Nosotros buscamos entender las necesidades de nuestra población. Desde la Subsecretaría de atención primaria buscan que el acceso a los turnos sea únicamente por la línea 147 o el Boti (WhatsApp). Pero la población del barrio tiene poco acceso a internet o celulares”, señalan les profesionales y suman otro fenómeno que comprueban a diario: “Hay un gran porcentaje de ausentismo cuando se da un turno para 30 o más días y luego uno se olvida y no va. Nosotros damos turnos por ventanilla o programados por los médicos para dar seguimiento. El gobierno busca una cola cero. Nosotros preferimos una agenda limitada y cercana, y no una agenda abierta y larga”. Las y los trabajadores del Cesac 9 tienen otra forma de relacionarse con los vecinos, un compromiso con las necesidades de este territorio, una mirada integradora. En la gestión de la Ciudad, en cambio, hay una posición alejada de la realidad de las personas del barrio.

A pesar del temor a dar sus nombres, las y los representantes de la asamblea del Cesac 9 buscan darle visibilidad al reclamo que sigue sin respuesta. Desde las redes, las carteleras o juntando firmas, buscan que las y los vecinos se sumen y comprendan que “la falta de turnos es consecuencia de la falta de recursos humanos”, una responsabilidad del Ministerio de Salud porteño.