Multitudinaria marcha en defensa del Garrahan
Trabajadores, médicos, residentes y gremios se movilizaron este jueves de Congreso a Plaza de Mayo para denunciar el desmantelamiento del Hospital pediátrico más importante de Latinoamérica.

La protesta convocada por la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del hospital, sumó el respaldo de gremios de la CGT, las dos CTA y organizaciones sociales y políticas.
“El Garrahan no se toca. Esta marcha se construyó desde abajo, con la fuerza de cada trabajador que sigue salvando vidas pese al abandono del gobierno, que nos aumentó 100 por ciento menos que la inflación”, afirmaron desde APyT.
La columna partió desde el hospital, con una primera parada frente al Congreso, y desde allí, a la Casa Rosada. Mientras tanto, el Garrahan no se detuvo: en simultáneo con la marcha, se realizaron cinco cirugías de alta complejidad, entre ellas un trasplante hepático infantil y neurocirugías. La protesta incluyó un paro de 24 horas, aunque se garantizó la atención de urgencias y pacientes internados.
“Este 17 de julio es un día clave en el plan de lucha, de protestas que venimos llevando adelante desde el equipo de salud de nuestro hospital en defensa del Garrahan y de la salud pública. Hoy confluimos con más de 90 organizaciones del campo de la salud, pero también organizaciones sociales, políticas, gente de la comunidad, organizaciones del campo de la cultura que apoyan la lucha en defensa del Garrahan, porque el Garrahan es de los chicos y porque el Garrahan no se toca”, enfatizó la secretaria general de la APyT, Norma Lezana.
El Garrahan, que atiende 600 mil consultas al año, 400 mil de alta complejidad, es un pilar de la salud pública. “El 40 por ciento de los niños con cáncer del país se atienden aquí. Somos referencia en trasplantes”, destacó Lezana. Sin embargo, el desfinanciamiento, la precarización y la cuestionada designación de Mariano Pirozzo como director médico –sin formación en pediatría y con antecedentes de ajuste– agravan la situación. Más de 220 profesionales renunciaron en los últimos meses por los bajos salarios.
Los reclamos centrales son: salario inicial de al menos $1.800.000 / $1.900.000 igual a la canasta básica, para frenar las renuncias; rechazo a la precarización de residentes y becarios; reapertura de diálogo institucional; y garantía de funcionamiento pleno del hospital.